I
Querido Dios, eres Tú quien me ama, me levantaste del estiércol, me entrenaste para el reino. Me han limpiado Tus palabras, vivo una vida feliz. Siento en mi corazón que es Tu gran amor. Ah... Ah... Ah... Ah... ¡Querido Dios! Tus palabras de verdad son. De los humanos mereces el amor. II ¡Oh, Dios! Ignora mi pasada rebelión, cuidas de mí y obras para salvarme. Me llevas por el camino correcto, me custodias siempre. Y sólo esperas que crezca, que me convierta en una nueva persona. Ah... Ah... Ah... Ah... ¡Querido Dios! Buscaré amarte, leal en el deber para complacerte. III Oh Dios Todopoderoso, Tus palabras me han limpiado. Nunca olvidaré Tu gracia salvadora. Toda mi vida te amaré, satisfaciendo Tu corazón. Tanto dejaste para salvarme, y nunca te fallaré. Ah... Ah... Ah... Ah... ¡Querido Dios! Toda mi vida te amaré, leal en el deber, en el deber. Ah... Ah... Ah... Ah... ¡Querido Dios! Toda mi vida te amaré, leal en el deber, en el deber. De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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