sábado, 16 de junio de 2018

Música cristiana | El suspiro del Todopoderoso


Música cristiana | El suspiro del Todopoderoso

I
El Todopoderoso
contempla a la humanidad afligida.
Él ve el descaro de los afligidos,
oye el llanto de los que sufren,
y siente el terror y desamparo
de la humanidad que perdió la salvación.
Ellos rechazan Sus cuidados,
caminan por sus propios caminos,
y evitan la mirada,
la mirada de Sus ojos.
Preferirían sufrir todos los dolores
del mar profundo,
junto al enemigo.
Ya nadie puede oír
el suspiro del Todopoderoso.
Las manos del Todopoderoso
ya no quieren tocar,
Sus manos ya no quieren tocar
a esta miserable humanidad.
El suspiro del Todopoderoso.
Ah... ah... ah...
II
Una y otra vez,
Dios recupera y pierde de nuevo.
Así repite Su obra sin cesar.
Una y otra vez,
Dios recupera y pierde de nuevo.
Así repite Su obra sin cesar.
Desde ese momento,
Él se agota y se cansa de esto,
y detiene la obra que está haciendo,
ya no se pasea entre los hombres...
Nadie ha percibido nunca estos cambios.
Nadie se da cuenta de la desilusión,
nadie se da cuenta de la pena,
de las idas y venidas del Todopoderoso.
Nadie se da cuenta.
Ah... ah...
III
Todo en este mundo
cambia muy rápidamente
con los pensamientos de Dios,
bajo Sus ojos.
Lo que la humanidad
nunca conoció llega de pronto.
Pero lo que el hombre siempre tuvo,
se le escapa sin darse cuenta.
Nadie puede entender
dónde está el Todopoderoso,
y nadie puede sentir la trascendencia
y la grandeza de Su poder de vida.
Su trascendencia radica
en cómo Él percibe
lo que los humanos no pueden percibir.
La grandeza de Dios
se radica en salvar a la humanidad,
aunque esta haya renunciado a Él.
Él conoce el significado
de la vida y la muerte,
y las reglas de la vida
para la humanidad.
Él es la base de su existencia,
y su Redentor para que vuelva a revivir.
Él es la base de su existencia,
y su Redentor para que vuelva a revivir.
Él llena de angustia
los corazones felices,
y de felicidad los corazones tristes.
Esto es todo para Su obra,
esto es todo para Su plan.
Él llena de angustia
los corazones felices,
y de felicidad los corazones tristes.
Esto es todo para Su obra,
esto es todo para Su plan,
para Su plan.
De "La Palabra manifestada en carne"





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