jueves, 8 de noviembre de 2018

La palabra de Dios | La verdad interna de la obra de conquista (4)

¿Qué significa ser perfeccionado? ¿Qué significa ser conquistado? ¿Qué criterios debe uno cumplir para ser conquistado? ¿Y para ser perfeccionado? Conquistar y perfeccionar tienen el propósito de trabajar al hombre de forma que este pueda volver a su semejanza original, y quedar libre de su carácter satánico corrupto así como de la influencia de Satanás. Esta conquista llega pronto en el proceso de trabajar al hombre, lo que significa que es el primer paso de la obra. Perfeccionar es el segundo, o la obra de conclusión. Cada ser humano debe pasar por el proceso de ser conquistado; de lo contrario, no sería capaz de conocer a Dios y no sabría que hay un Dios, esto es, no sería capaz de reconocerlo. Y si una persona no le reconoce, sería imposible que Dios la haga completa, porque no cumpliría los criterios para esta finalización. Si ni siquiera reconoces a Dios, ¿cómo podrías conocerle? ¿Y cómo lo buscarías? Serías, asimismo, incapaz de dar testimonio de Él, y menos aún de tener la fe que le satisface. Por tanto, para cualquiera que quiera ser hecho completo, el primer paso tiene que ser pasar por la obra de conquista. Esta es la primera condición. Pero sea la conquista o el perfeccionamiento, cada uno de ellos tiene la meta de trabajar al hombre y cambiarlo, y cada uno es un elemento en la obra de gestionar al hombre. Estos dos pasos son lo que se exige para convertir a alguien en una persona completa; no se puede saltar ningún paso. Es cierto que “ser conquistado” no suena muy bien, pero en realidad el proceso de conquista de alguien es el de cambiar a ese alguien. Después de ser conquistado, no te has librado completamente de tu carácter corrupto, pero lo habrás conocido. Por medio de la obra de conquista habrás llegado a conocer tu humanidad inferior y también mucho de tu desobediencia. Aunque serás incapaz de descartarlos o cambiarlos dentro del corto período de la obra de conquista, llegarás a conocerlos. Esto establece el fundamento para tu perfección. Así pues, la conquista y el perfeccionamiento se llevan a cabo para cambiar al hombre, para liberarlo de su carácter satánico corrupto de forma que pueda darse plenamente a Dios. Es sólo que ser conquistado es el primer paso en el cambio del carácter humano y también en la acción de entregarse totalmente a Dios por parte del hombre, un paso inferior al de ser perfeccionado. El carácter vital de una persona conquistada cambia mucho menos que el de una persona perfeccionada. Ser conquistado y ser perfeccionado son cosas conceptualmente diferentes entre sí porque son distintas fases de la obra y porque les exigen a las personas diferentes estándares, la conquista se los exige más bajos y el perfeccionamiento se los exige más elevados. Los perfeccionados son personas justas, hechas santas y puras; son cristalizaciones de la obra de gestionar al hombre, o productos finales. Aunque no son humanos intachables, son personas que buscan vivir vidas llenas de sentido. ¿Y qué hay de los conquistados? Sólo reconocen verbalmente que Dios existe; reconocen que Dios se ha encarnado, que la Palabra aparece en la carne, y que Dios ha venido a la tierra para hacer la obra de juicio y castigo. También reconocen que el juicio y el castigo de Dios, así como Su golpe y refinamiento son todos beneficiosos para el hombre. Esto es, están tan sólo comenzando a tener la semejanza humana, y tienen algún entendimiento de la vida pero aún están confusos sobre el mismo. En otras palabras, están justo empezando a poseer humanidad. Estos son los resultados de ser conquistado. Cuando las personas entran en la senda de la perfección, su viejo carácter puede cambiarse. Además, sus vidas siguen creciendo y entran gradualmente más a fondo en la verdad. Son capaces de aborrecer al mundo y a todos aquellos que no buscan la verdad. Se aborrecen especialmente a sí mismos, pero más que eso, se conocen claramente a sí mismos. Están dispuestos a vivir por la verdad y hacen que su objetivo sea buscarla. No están dispuestos a vivir en los pensamientos generados por sus propios cerebros, y sienten aborrecimiento por la santurronería, la soberbia, y el engreimiento del hombre. Hablan con un fuerte sentido de propiedad, gestionan las cosas con discernimiento, poseen sabiduría, y son lealmente obedientes a Dios. Si experimentan un momento de castigo y juicio, no sólo no se vuelven pasivos o débiles, sino que están agradecidos por ello. No pueden seguir adelante sin el castigo y el juicio de Dios; pueden recibir Su protección por medio de ellos. No buscan una fe de paz y gozo ni de buscar pan para satisfacer el hambre. Tampoco van detrás de los disfrutes carnales temporales. Esto es lo que tienen los perfeccionados. Después de ser conquistadas, las personas reconocen que hay un Dios. Pero sean cuales sean las acciones que vienen con el reconocimiento de la existencia de Dios, estas están limitadas en ellas. ¿Qué significa realmente que la Palabra aparezca en la carne? ¿Qué significa la encarnación? ¿Qué ha hecho Dios encarnado? ¿Cuáles son la meta y el significado de Su obra? Después de experimentar tanto de Su obra, Sus hechos en la carne, ¿qué has ganado? Sólo serás una persona conquistada después de entender todas estas cosas. Si únicamente dices “Yo reconozco que hay un Dios” pero no abandonas al marido que deberías abandonar y eres incapaz de renunciar a los disfrutes carnales a los que deberías renunciar, y en su lugar sigues codiciando las comodidades carnales como siempre, no puedes deshacerte de ninguno de los prejuicios contra los hermanos y hermanas, y en muchas prácticas simples eres incapaz de pagar lo que debes para cumplir las acciones, eso demuestra que sigues sin ser conquistado. En ese caso, aunque entiendas mucho, no servirá de nada. Los conquistados son personas que han conseguido algunos cambios iniciales y una entrada inicial. Experimentar el juicio y el castigo de Dios hace que tengan un conocimiento inicial de Él y un entendimiento inicial de la verdad. Aunque en el caso de muchas verdades más profundas y detalladas eres incapaz de entrar completamente en su realidad, puedes poner en práctica muchas verdades rudimentarias en tu vida real, como las que implican a tus disfrutes carnales o tu estatus personal. Todo esto, por supuesto, es lo que se consigue en los que pasan por la conquista. También pueden verse algunos cambios en el carácter en los conquistados. Por ejemplo, su indumentaria y su aseo así como su vida, estas cosas pueden cambiar. Su perspectiva de la creencia en Dios cambia, obtienen claridad acerca del objeto de su búsqueda, y sus determinaciones crecen. Mientras son conquistados, su carácter vital también puede cambiar en consecuencia. No es que no cambie en absoluto. Simplemente, su cambio es superficial, inicial, y mucho más pequeño que el cambio en el carácter y el objeto de la búsqueda que se verían después de que uno sea perfeccionado. Si en el transcurso de ser conquistada, el carácter de una persona no cambia en absoluto y esta ni siquiera obtiene una pizca de verdad, ¡esta clase de persona se convierte simplemente en un residuo y es completamente inútil! ¡Las personas que no han sido conquistadas no pueden ser perfeccionadas! Y si una persona sólo busca ser conquistada, no puede ser hecha totalmente completa, aunque su carácter mostrara algunos cambios correspondientes durante la obra de conquista. También perderá las verdades iniciales que obtuvo. Existe una inmensa diferencia entre el grado de cambio de carácter en los conquistados y los perfeccionados. Pero ser conquistado es el primer paso en el cambio; es el fundamento. La ausencia de este cambio inicial demuestra que una persona no conoce realmente en absoluto a Dios porque este conocimiento viene del juicio, y este juicio es un elemento principal de la obra de conquista. Así que, cada persona perfeccionada ha pasado por la conquista. De lo contrario, no podría haber sido perfeccionada.


Dices que reconoces a Dios encarnado y que la Palabra se manifiesta en la carne, pero haces algunas cosas a Sus espaldas, y no actúas de la forma que Él quiere que lo hagas, y no le temes. ¿Es esto reconocer a Dios? Reconoces lo que Él dice, pero te niegas a poner en práctica incluso aquellas cosas que eres capaz de llevar a cabo y no te sujetas a Su camino. ¿Es esto reconocimiento? Lo reconoces, pero tu única mentalidad es protegerte de Él, nunca reverenciarlo. Si has visto y reconocido Su obra y sabes que Él es Dios, pero permaneces tibio y no cambias en absoluto, sigues siendo una persona sin conquistar. Una persona conquistada tiene que hacer todo lo que pueda; quiere entrar y alcanzar verdades más elevadas, aunque aún no es capaz de hacerlo. Sus prácticas están atadas y limitadas porque ella está limitada en lo que puede asumir. Pero tiene que hacerlo todo, como mínimo, en sus capacidades. Si puedes hacer estas cosas, será por la obra conquistadora. Supón que dices: “Dado que Él formula muchas palabras que el hombre no puede formular, si Él no es Dios, ¿quién lo es?”. Tener este tipo de pensamiento no significa que reconozcas a Dios. Si lo haces, tienes que demostrarlo a través de tus acciones. Liderar una iglesia, pero ser incapaz de hacer justicia, y codiciar dinero y canalizar en secreto el dinero de la iglesia hacia tus propios bolsillos, ¿es esto reconocer que hay un Dios? Él es todopoderoso y merece ser temido. ¿Cómo puedes no temer si reconoces realmente que hay un Dios? ¿Cómo puedes haber hecho cosas tan despreciables? ¿Se le puede llamar a eso creer? ¿Reconoces realmente a Él? ¿Es Dios aquello en lo que crees? Crees en un Dios ambiguo; ¡por eso no temes! Todos los que reconocen y conocen realmente a Dios le temen y tienen miedo de hacer cualquier cosa que se oponga a Él o que vaya contra su conciencia; temen especialmente hacer cualquier cosa que saben que va en contra de Su voluntad. Sólo esto puede considerarse reconocer la existencia de Dios. ¿Qué deberías hacer cuando tus padres te impiden creer en Dios? ¿Cómo deberías amar a Dios cuando tu marido incrédulo te trata bien? ¿Y cómo deberías amarle cuando los hermanos y hermanas te aborrecen? Si lo reconoces, actuarás apropiadamente y vivirás la realidad en todas estas situaciones. Si eres incapaz de actuar como es debido, y sólo dices que reconoces la existencia de Dios, ¡no eres más que un charlatán! Dices que crees en Él y lo reconoces. ¿De qué forma lo haces? ¿Cómo crees en Él? ¿Le temes? ¿Lo veneras? ¿Le amas en lo profundo de ti? Cuando estás angustiado y no tienes nadie en quien apoyarte, sientes que Dios debe ser amado, y después te olvidas de todo ello. ¡Eso no es amar a Dios ni creer en Él! ¿Qué quiere Dios que el hombre consiga en última instancia? Todos los estados que mencioné, como pensar que eres un mandamás, sentir que sabes más que nadie, controlar a los demás, mirarlos por encima del hombro, juzgar a las personas por sus apariencias, acosar a quienes son honestos, codiciar el dinero de la iglesia, y así por el estilo; la liberación de una parte de tales caracteres satánicos corruptos es lo que debería verse en ti después de ser conquistado.

La obra de conquista hecha en vosotros es de la más profunda importancia. Por un lado, el propósito de esta obra es perfeccionar a un grupo de personas, esto es, hacer de ellos un grupo de vencedores, como el primer grupo de personas hechas completas, las primicias. Por otro lado, es permitir que los seres creados disfruten del amor de Dios, reciban Su mayor salvación, y la salvación plena de Dios, permitir al hombre disfrutar no sólo de la misericordia y la amorosa bondad, sino lo que es más importante, del castigo y el juicio. Desde la creación del mundo hasta ahora, todo lo que Dios ha hecho en Su obra es amor, sin ningún odio hacia el hombre. Incluso el castigo y el juicio que habéis visto son también amor, un amor más verdadero y real, un amor que lleva al hombre al camino correcto de la vida humana. Por un tercer lado, es dar testimonio delante de Satanás. Y por un cuarto lado, es establecer un fundamento para extender la obra futura del evangelio. Toda la obra que Él ha hecho tiene el propósito de llevar a las personas al camino correcto de la vida humana, de forma que puedan tener la vida normal de la humanidad, porque el hombre no sabe cómo llevar una vida. Sin esa dirección, sólo serías capaz de vivir una vida vacía, inútil y sin sentido, y no sabrías en absoluto cómo ser una persona normal. Este es el sentido más profundo de la conquista del hombre. Todos vosotros descendéis de Moab. Hacer obra de conquista en vosotros es vuestra gran salvación. Todos vosotros vivís en un lugar de pecado y libertinaje; todos sois personas libertinas y pecadoras. Hoy no sólo podéis ver a Dios, sino lo que es más importante, habéis recibido castigo y juicio, una salvación tan profunda, esto es, el amor más grande de Dios. Todo lo que Él hace es amor verdadero por vosotros; no tiene malas intenciones. Él os juzga por vuestros pecados, para que os examinéis y recibáis esta tremenda salvación. Todo esto se hace para trabajar al hombre. De principio a fin, Dios ha hecho todo lo posible para salvar al hombre, y sin duda no está dispuesto a destruir completamente al hombre que creó con Sus propias manos. Ahora, Él ha venido entre vosotros para obrar; ¿no es esto aún más salvación? Si Él os odiara, ¿seguiría haciendo una obra de tal magnitud para guiaros personalmente? ¿Por qué iba a sufrir así? Dios no os odia ni tiene ninguna mala intención hacia vosotros. Deberíais saber que el amor de Dios es el más verdadero de todos. Es sólo por culpa de la desobediencia de las personas que Él tiene que salvarlas por medio del juicio; de lo contrario, no se salvarían. Como no sabéis cómo llevar una vida o cómo vivir, vivís en este lugar libertino y pecador, y sois diablos libertinos e inmundos, Él no soporta dejar que os volváis aún más depravados; tampoco soporta veros vivir en un lugar inmundo como este, pisoteados por Satanás a su antojo, o para dejaros caer en el Hades. Él sólo quiere ganar a este grupo de vosotros y salvaros totalmente. Este es el propósito principal de hacer la obra de conquista en vosotros, es sólo para salvación. Si no puedes ver que todo lo hecho en ti es amor y salvación, si crees que es sólo un método, una forma de atormentar al hombre y algo que no es digno de confianza, ¡entonces es mejor que vuelvas a tu mundo para sufrir dolor y dificultad! Si estás dispuesto a estar en esta corriente y disfrutar de este juicio y esta salvación inmensa, de toda esta bendición que no puede encontrarse en ninguna parte del mundo humano, y de este amor, mantente sumisamente en esta corriente para aceptar la obra de conquista de forma que puedas ser perfeccionado. Aunque ahora estás sufriendo algún dolor y refinamiento debido al juicio, este dolor es valioso y significativo. Aunque el castigo y el juicio son refinamientos y revelaciones inmisericordes al hombre, cuyo propósito es castigar sus pecados y a su carne, nada de esta obra tiene la intención de condenar o extinguir su carne. Las duras revelaciones de la palabra tienen, todas, el propósito de guiarte por la senda correcta. Habéis experimentado personalmente mucho de esta obra y, claramente, ¡no os ha llevado a una senda mala! Todo esto es para permitirte vivir una humanidad normal; todo ello es algo que tu humanidad normal puede lograr. Cada paso de la obra se realiza en base a tus necesidades, según tus debilidades, y según tu estatus real, y no se os coloca ninguna carga insoportable. Aunque seas incapaz de ver esto claramente ahora y sientas que estoy siendo duro contigo, aunque sigas pensando que la razón por la que te castigo y juzgo cada día y te reprendo cada día es que te odio, y aunque lo que recibas sea castigo y juicio, en realidad es todo amor por ti, también una gran protección para ti. Si no puedes comprender el sentido más profundo de esta obra, simplemente no hay forma de que avances en tu experiencia. Deberías sentirte consolado por semejante salvación. No te niegues a usar el sentido común. Habiendo llegado tan lejos, deberías ver claramente el sentido de esta obra de conquista. ¡Ya no deberías tener tal o cual parecer!

Fuente del artículo: Iglesia de Dios Todopoderoso

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