Un día cuando estaba hojeando imágenes de la Biblia, mis ojos fueron atraídos a una imagen de Jonás siendo tragado por un gran pez en el mar. Entonces abrí el libro de Jonás en la Biblia y leí los versículos siguientes: “1 Y FUÉ palabra de Jehová á Jonás, hijo de Amittai, diciendo: 2 Levántate, y ve á Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella; porque su maldad ha subido delante de mí. 3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová á Tarsis, y descendió á Joppe; y halló un navío que partía para Tarsis; y pagando su pasaje entró en él, para irse con ellos á Tarsis de delante de Jehová. 4 Mas Jehová hizo levantar un gran viento en la mar, é hízose una tan gran tempestad en la mar, que pensóse se rompería la nave. …7Y dijeron cada uno á su compañero: Venid, y echemos suertes, para saber por quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. …15Y tomaron á Jonás, y echáronlo á la mar; y la mar se quietó de su furia. …17MAS Jehová había prevenido un gran pez que tragase á Jonás: y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.” Jonás (1:1-4, 7, 15, 17). “1Y oró Jonás desde el vientre del pez á Jehová su Dios. …10Y mandó Jehová al pez, y vomitó á Jonás en tierra.” (Jonás 2:1, 10). “1Y FUÉ palabra de Jehová segunda vez á Jonás, diciendo: 2 Levántate, y ve á Nínive, aquella gran ciudad, y publica en ella el pregón que yo te diré. 3 Y levantóse Jonás, y fué á Nínive, conforme á la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad sobremanera grande, de tres días de camino. 4 Y comenzó Jonás á entrar por la ciudad, camino de un día, y pregonaba diciendo: De aquí á cuarenta días Nínive será destruida.” (Jonás 3, 1-4).
Después de leer estas escrituras, pensé: ¿Por qué Jonás rechazó la advertencia de Jehová? ¿Por qué no escuchó a las palabras de Dios? Me quedé muy perplejo con estas preguntas.
Un día, en una reunión, mencioné mi confusión acerca de que Jonás rechazaba la advertencia de Jehová. Luego, un hermano compartió sus conocimientos y dijo: “Cuando Jehová Dios habló a Jonás y le mandó ir a Nínive, aquella gran ciudad, para transmitirle Sus palabras, Jonás no quiso ir porque el pueblo de Nínive era gentil, no adoraba a Jehová Dios, y incluso se oponía a Él. Pensó que Dios debía destruirlos directamente, y no había necesidad de transmitir la palabra de Dios. Así que Jonás no hizo lo que Jehová le ordenó. Entonces Jonás sufrió calamidades debido a su desobediencia. Cuando la palabra de Jehová Dios llegó a Jonás por segunda vez, no se atrevió a negarse. Pero en ese momento, la actitud de Jonás era que Dios definitivamente los destruiría, así que pensó que no había necesidad de decir mucho. Por lo tanto, Jonás sólo transmitió una frase: “Sin embargo, cuarenta días, y Nínive será derrocado”. Por la manera sencilla en que Jonás transmitió las palabras de Dios, podemos ver que Jonás fue a Nínive no por compasión hacia Nínive, sino como una mera formalidad. Si Jonás hubiera transmitido las palabras de Dios a los israelitas, definitivamente se habría esforzado más por salvarlos porque los israelitas creían en Dios y eran el pueblo elegido de Dios. Pero él sólo les transmitió las palabras de Dios tan brevemente como le fue posible. Por el comportamiento de Jonás, podemos ver que él no temía a Dios. No era consciente de las intenciones de Dios y no entendía la voluntad de Dios de salvar al hombre, confiando en su propia voluntad para hacer lo que Dios le había confiado. Jonás no sabía que Dios todavía le daría a la gente una segunda oportunidad para arrepentirse cuando decidió emitir Su ira y que no puede soportar destruir a los seres humanos que creó con Sus propias manos y espera que la gente se arrepiente cuando se enfrenten cara a cara con su propia corrupción y rebelión. Sin embargo, Jonás no entendió la voluntad de Dios, ni comprendió las sinceras intenciones de Dios. Además, él no sabía que hay misericordia en el carácter justo de Dios, así que definió la obra de Dios. Entonces Jonás encontró un lugar y hizo un cobertizo, y se sentó debajo a la sombra para observar con satisfacción cómo Dios destruía a Nínive, esa gran ciudad. Jonás pensó que Jehová Dios destruiría definitivamente a Nínive, pero inesperadamente, Dios cambió Su actitud hacia ellos y evitó Su ira debido a su verdadero arrepentimiento, otorgándoles compasión y tolerancia. Es evidente que Jonás no tenía un corazón temeroso de Dios y definió a Dios de acuerdo a sus propias nociones e imaginaciones. Para un hombre que teme a Dios, cuando no puede entender algo o las acciones de Dios no se ajustan a su concepción, pensará: Todo lo que Dios hace es correcto y siempre hay principios en las acciones de Dios; nosotros los hombres somos estúpidos e ignorantes, incapaces de penetrar en el reino espiritual, y nosotros los seres mortales no podemos conocer a Dios. No tiene concepciones o malentendidos acerca de Dios, así que puede mantener en su corazón una obediencia a Dios cuando trata con cada una de las acciones de Dios. Por lo tanto, evitará el mal y no juzgará y resistirá a Dios”.
Después de escuchar a la comunicación del hermano, de repente vi la luz. Fue porque Jonás no tenía un corazón temeroso de Dios que rechazó la advertencia de Dios. Él juzgó y definió la obra de Dios e hizo lo que Dios le confió basado en sus propias nociones e imaginaciones. Pensó que los ninivitas son gentiles, no los israelitas, no el pueblo escogido de Dios, y no tenía sentido informarles que se arrepintieran. Dios debe destruirlos inmediatamente. Por lo tanto, rechazó el encargo de Dios, lo que resultó … que fuera tragado por el gran pez, en cuyo vientre pasó tres días y tres noches.
De la actitud de Jonás hacia la advertencia de Dios podemos ver la tolerancia de Dios hacia nosotros los humanos. Aunque Jonás se rebeló contra Dios y rechazó Su advertencia, Dios le dio la oportunidad de arrepentirse. Jonás fue tragado por el gran pez, pero no fue herido. De esto podemos ver que Dios desprecia las cosas malas y castiga a los que lo desafían y ofenden Su carácter. Sin embargo, Dios extenderá misericordia y tolerancia cuando la gente se arrepienta y cambie. el carácter de Dios no es sólo de majestad e ira, sino también de misericordia y amor.
Las acciones de Jonás son una gran advertencia para nosotros. A través de esto, lo entiendo: No importa cómo Dios trabaja en nosotros y lo que Dios requiere de nosotros, no debemos juzgar la obra de Dios de acuerdo a nuestras propias imaginaciones, sino que debemos obedecer fielmente a Dios, buscar y captar la voluntad de Dios, y mantener reverencia por Dios en nuestros corazones. Sólo así no podemos ofender el carácter de Dios. Como dice el dicho, “La obediencia trae bendiciones, la rebelión trae desgracia”. Este dicho es cierto en verdad.
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