Leamos un párrafo de las palabras de Dios: “¿Qué representan las buenas acciones superficiales del hombre? Representan la carne, e incluso lo mejor de las prácticas externas no representan la vida, sólo tu propio temperamento individual. Las prácticas externas del hombre no pueden cumplir el deseo de Dios. Constantemente hablas de tu deuda con Dios, sin embargo, no puedes proveer la vida a los demás o inducir a otros a que amen a Dios. ¿Crees que tales acciones van a satisfacer a Dios? ¡Crees que esto es el deseo del corazón de Dios, que esto es del espíritu, pero en realidad esto es absurdo! Crees que lo que te agrada a ti y lo que deseas es en lo que Dios se deleita. ¿Puede lo que te agrada a ti representar lo de Dios? ¿Puede la personalidad del hombre representar a Dios? Lo que te agrada a ti es precisamente lo que Dios aborrece y tus hábitos son lo que Dios aborrece y rechaza. Si te sientes en deuda, entonces ve y ora ante Dios. No hay necesidad de hablar de esto con los demás. Si no oras ante Dios y en su lugar constantemente llamas la atención hacia ti mismo ante la presencia de los demás, ¿puede esto cumplir el deseo del corazón de Dios? Si tus acciones siempre son sólo en apariencia, esto quiere decir que tú eres el más vanidoso de todos los hombres. ¿Qué clase de hombre es aquel que sólo tiene buenas acciones superficiales, pero que está desprovisto de realidad? ¡Tales hombres son fariseos hipócritas y gente religiosa! Si no podéis abandonar vuestras prácticas externas y no podéis hacer cambios, entonces los elementos de la hipocresía en vosotros crecerán aún más. Entre mayores sean los elementos de la hipocresía, más resistencia habrá a Dios y, al final, ¡tal clase de hombres, con toda seguridad, serán desechados!”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
De la Palabra de Dios, se ve que los buenos comportamientos del hombre sólo significan que tiene buena intención y entusiasmo, y observar reglas o tener ciertos buenos hechos superficiales no representa tener el verdadero arrepentimiento. Al igual que los fariseos, los sacerdotes y los escribas, externamente parecían muy piadosos, se familiarizaban mucho con las leyes, siempre leían las escrituras, predicaban el evangelio, oraban y confesaban sus pecados al Señor Jesús. Desde el punto de vista del hombre, eran las personas aprobadas por Dios. Pero, ¿por qué crucificaron al Mesías a quien habían estado anhelando durante mucho años? Esto demuestra que tener buenos comportamientos externas no significa que tener conocimiento de Dios, tampoco representa que ya no tener pecado mucho menos que no resistirse a Dios. Así que tal arrepentimiento no es real, no encaja con la voluntad de Dios. Entonces, ¿qué es el verdadero arrepentimiento que se ajusta con la voluntad de Dios? Mañana, continuaremos discutiendo con ustedes.
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