El Antiguo Testamento nos habla de un rey, quien una vez fue un pastor ordinario, pero luego fue elegido por Dios y se convirtió en el amado rey de los Israelitas.
Cuando David tenía sólo 14-15 años, cuidaba ovejas en los campos. Él era capaz de salvar el rebaño de los leones o cualquier otra bestia con sus propias manos, porque tenía a Jehová Dios como su refuerzo. Sus himnos que alababan a Jehová Dios siempre hacían eco a través de las montañas y campos. ¡La íntima relación entre él y Jehová Dios era envidiable!
Cuando el gigante filisteo desafió al ejército Israelí, ninguno se atrevió a enfrentarse con él. Aunque él era delgado y débil, David estuvo dispuesto a pelear por el ejército de Jehová Dios. Él derrotó al gigante filisteo Goliath solo con una honda y fue reconocido como un valiente soldado. Confiando en Jehová Dios. él ganó una batalla tras otra, y protegió a los Israelitas.
Después que David fuera nombrado el rey de Israel por Dios, a veces tocaba liras alabando a Jehová Dios, y nunca olvidó la gracia de Dios y Sus bendiciones hacia él. Más importante aún, él estaba determinado a construir un templo para que todos los Israelitas pudieran alabar al Dios Jehová.
Sin embargo, David incriminó y mató a Uriah, tomó a la esposa de Uriah, Bathsheba, como su esposa. El ofendió el carácter de Dios y en consecuencia fue castigado: El primer hijo de David y Bathsheba murió joven, la espada de Dios nunca se apartó de su casa; su hijo violó a su hija, sus hijos se mataron entre ellos por el trono…
Yo siempre suspiro por las historias del Rey David. David, quien fue apoyado por las personas, que acataba la voluntad y los mandamientos de Jehová Dios, que fue extremadamente fiel a Dios, y derrotó a los filisteos confiando en Dios. Pero luego tomó a la esposa de Uriah como suya. Por hacer eso, él ofendió el carácter de Dios, fue detestado, juzgado y castigado por Dios. ¿Desde las lecciones del fracaso de David, cómo podríamos conocer el carácter de Dios?
Justo como Dios dice: “[…] cuando el hombre le desobedece o se resiste a Él, o cuando revela su propia corrupción y se opone a Él, Dios no mostrará misericordia alguna al castigarlo y disciplinarlo”. “Dios posee este tipo de carácter justo porque detesta la maldad, las tinieblas, la rebeldía y los actos malvados de Satanás, que corrompen y destruyen a la humanidad, porque Él detesta todos los actos de pecado en oposición a Él y debido a Su esencia santa y pura. Es por esto que Él no sufrirá a ninguno de los seres creados o no creados oponiéndose a Él o disputando con Él. Incluso si un individuo al que Él hubo mostrado alguna vez misericordia o seleccionado, sólo necesita provocar a Su carácter y transgredir Su principio de paciencia y tolerancia, Él liberará y revelará Su carácter justo sin la más mínima misericordia o duda —un carácter que no tolera ofensa—”.
De esta sección de palabras yo entiendo: a pesar de todo de si una persona que alguna vez Dios le mostró piedad o amor, cuando se resista o desobedezca a Dios y ofenda Su carácter, él se va a enfrentar al juicio y la ira de Dios. Esta es el justo carácter de Dios y no permite ninguna ofensa. El justo carácter de Dios es libre de otros elementos, es sagrado y sin fallas. Aunque el rey David tuvo fe en Dios, fue leal a Dios y amado por Dios, cuando él pecó, Dios lo juzgó de acuerdo a Su carácter justo. Dios envió a Nathan el profeta para revelar el pecado de David y le entregó el castigo de que la espada nunca debería moverse de su casa.
Otro pasaje de las palabras de Dios dice “La ira de Dios es una salvaguardia que evita que todas las fuerzas malignas se multipliquen y proliferen, y es también una salvaguardia que protege la existencia y la difusión de todas las cosas justas y positivas, y las guarda eternamente de la supresión y la subversión”. Las palabras de Dios me hicieron entender que cuando la ira de Dios ataca al hombre, aunque sea un severo juicio y castigo para el hombre, sucede para prevenir todas las fuerzas malignas de multiplicarse y correr desenfrenados y es también un salvaguarda que protege la existencia de la justicia y de las cosas positivas, y también una increíble protección para nosotros que nos impide cometer pecado. Tomen a David por ejemplo. Después que David pecara, el castigo de Dios vino hacia él, lo cual causó que él perdiera a su hijo, y luego fue cuando él se dio cuenta de todo lo que había hecho era malvado a ojos de Jehová Dios. Después de este asunto, David se arrepintió verdaderamente hacia Dios e hizo la promesa que él nunca volvería a cometer actos malvados. Cuando él era viejo y no podía mantenerse en calor, aunque su sirviente le pidió a una virgen para que se acostara a lado de él para ayudarlo a calentarse, él no tenía relaciones íntimas con ella. Es más, después del asunto de Bathsheba, él siguió con los mandamientos de Jehová Dios más estrictamente aún, y guió a los Israelitas para que le adoraran a Dios. Dios aún le tenía piedad y se preocupaba por él y él seguía siendo rey apoyado por los Israelitas.
Dios es como una madre amorosa así como también un padre severo. Justo como la Biblia dice, “Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre á su hijo, así Jehová tu Dios te castiga” (Deuteronomio 8:5). Cuando nosotros pecamos y nos resistimos a Dios, Dios nos castiga y disciplina como un padre severo; cuando obedecemos a Dios y nos arrepentimos verdaderamente, Dios es como una madre amorosa dándonos piedad, cariño y bendiciones. Justo como Dios dice, “[…] cuando Dios está airado con el hombre, espera que este sea capaz de arrepentirse sinceramente, y espera ver el arrepentimiento verdadero del hombre, en cuyo caso continuará concediendo entonces con liberalidad Su misericordia y tolerancia al hombre. Es decir, la conducta malvada del hombre provoca la ira de Dios, mientras que la misericordia y tolerancia de Dios se conceden a aquellos que escuchan a Dios y se arrepienten sinceramente delante de Él, a aquellos que pueden volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia de sus manos”. “Sólo el Creador tiene compasión de esta humanidad. Sólo el Creador muestra ternura y afecto a esta humanidad. Sólo el Creador tiene un afecto sincero, inquebrantable por esta humanidad. De igual forma, sólo el Creador puede conceder misericordia a esta humanidad y cuida de toda Su creación. Su corazón da un vuelco y duele con cada una de las acciones del hombre: Él se enoja, angustia y apena por el mal y la corrupción del hombre; Él está encantado, feliz, es clemente y está exultante por el arrepentimiento y la fe del hombre; cada uno de Sus pensamientos e ideas existe por y gira alrededor de la humanidad; lo que Él es y tiene se expresa totalmente por el bien de la humanidad; Su placer, Su ira, Su tristeza y Su felicidad, todo ello está entretejido con la existencia de la humanidad”.
Yo siento el verdadero amor de Dios hacia la humanidad en Su fuerte manera de enseñar. No importa cómo Él trabaja en nosotros, Sus intenciones son para que nosotros nos arrepintamos verdaderamente a Él, alejarse totalmente del camino malvado y ser una persona buscando Su corazón. Especialmente ahora que hemos sido corrompidos por Satanás durante miles de años, perdiendo la conciencia, el sentido y la verdadera imagen del hombre. Sin embargo todas las emociones de Dios cambian de acuerdo a nuestra actitud con Él. Cuando nos arrepentimos de verdad hacia Dios, Él nos dará piedad y tolerancia de nuevo, y nos guiará.
No pude dejar de pensar, cuando yo comencé a creer en Dios, solo quería gozar la gracia y las bendiciones de Dios. Una vez que Dios me disciplinó o cuando se dirigió a mí con palabras severas de juicio, yo lo malentendía como: “¿Dios aún me ama? ¿Por qué me trata así? ¿Dios se está revelando conmigo?” Pero ahora entiendo que cuando el justo carácter de Dios viene a nosotros, también es una salvación para nosotros. Cuando yo me revelo ante Dios o muestro resistencia hacia Él, Él me disciplina, trata conmigo y me castiga, pero no significa que sea para eliminarme u olvidarme. En cambio, me juzga y me salva a través de eso, para que pueda conocer mi naturaleza y esencia satánica, y me liberé de la corrupción de Satanás, para seguir en el camino correcto. El justo carácter de Dios no es soló de compasión y amor, también es justo y majestuoso. No importa que designe Dios, todo lo que hace es para entregarnos amor y salvación. Dios ha mirado encarecidamente a nuestro sincero arrepentimiento y ha alejando todo lo malo de Satanás de nosotros. En cualquier momento el corazón de Dios estará dispuesto para ayudar al hombre, nunca cambiará. Esta es la parte más querida de Dios, y también algo que nosotros debemos atesorar y valorar.
Recomendación:reflexiones cristianas
(Traducido del original en inglés al español por Luis Alejandro Carrillo)
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