Estudio bíblico sobre la fe, este es un tema muy importante para todos los cristianos. Debemos de entender que es la verdadera fe en Dios antes de que podamos realmente creer en Dios.
Como hay tanta gente que se dice ser cristiano, nos es familiar el creer en Dios. Aunque mucha gente dice creer en Dios, la mayoría no entiende qué significa tener una verdadera fé en Dios. Quizás muchos de estos creyentes no están de acuerdo y opinan: ¿realmente piensas que somos menos? Hemos creído en Dios durante muchos años, ¿es posible que realmente no entendamos lo que la verdadera Fé en Dios significa? Algunos dicen: “Creer en Dios es admitir que hay un Dios, y creo que Dios creó los cielos y la tierra y todas las cosas, y que Dios existe realmente. ¿No es esto creer en Dios?”. Algunos dicen así: “Leo la Biblia a menudo, oro, asisto a las reuniones, y predico el Evangelio. ¿Eso no cuenta como verdadera Fé en Dios?”. Algunos otros dicen: “Puedo recitar los más famosos capítulos y versículos de la Biblia, así que, ¿quién se atreve a decir que no yo soy un verdadero creyente en Dios?”. Otros dicen: “Hago sacrificios para el Señor, he estado trabajando, predicando y compartiendo el evangelio por muchos años y siempre intento ayudar y mantener a los hermanos y hermanas, ¿realmente no creo en Dios?”. La gente utiliza muchas de estos argumentos para probar que realmente son creyentes en Dios. Sin embargo, ¿nos hemos detenidos a pensar si estos argumentos son realmente ciertos?
Vamos a ver lo que realmente el Señor Jesús nos enseña acerca de esto: “Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad’” (Mateo 7:22-23). De estos versículos de las Escrituras podemos concluir que estos que predicaban el evangelio, que echaban fuera demonios, y que realizaban muchos milagros en el Nombre del Señor Jesús, también tenían reuniones, predicaban sermones, y predicaban el evangelio, gastando y sufriendo mucho, sin embargo el Señor Jesús les dijo que Él no les conocía y les llamó “hacedores de maldad”. Según nuestra concepción del tema, creeríamos que eran verdaderos creyentes en Dios y que serían alabados por el Señor. Pero de hecho, el Señor no sólo no les alaba su fe, sino que les condena y les elimina. Así que, ¿podemos seguir pensando que aquellos que creen en Dios, que conocen la Biblia bien, que trabajan y se sacrifican para el Señor tienen una fe verdadera en el Señor? Realmente la verdadera fé en Dios no es tan simple como pensamos y hay mucha verdad en esto que debemos investigar. Así que, ¿qué significa realmente tener verdadera fé en Dios? Vamos a meditar acerca de esto.
¿Cómo debemos practicar nuestra fe para que realmente seamos verdaderos creyentes en Dios? Al mencionar este tema, primero leemos este pasaje: “Aunque muchas personas creen en Dios, pocas entienden qué significa la fe en Él, y qué deben hacer para ser conforme a Su corazón. Esto se debe a que, aunque están familiarizadas con la palabra ‘Dios’ y expresiones como ‘la obra de Dios’, no le conocen, y mucho menos Su obra. No es de extrañar, por tanto, que todos los que no conocen a Dios posean una creencia confusa. No se toman en serio la creencia en Él, porque es demasiado desconocido, demasiado extraño para ellos. De esta forma, no están a la altura de las exigencias de Dios. Es decir, si las personas no conocen a Dios ni Su obra, no son aptas para que Él las use, y menos aún pueden satisfacer Su deseo. ‘La creencia en Dios’ significa creer que hay un Dios; este es el concepto más simple de la fe en Él. Aún más, creer que hay un Dios no es lo mismo que creer verdaderamente en Él; más bien es una especie de fe simple con fuertes matices religiosos. La fe verdadera en Dios significa que la gente experimenta Sus palabras y Su obra en base a la creencia de que Él tiene soberanía sobre todas las cosas. Por tanto, se logrará desechar el carácter corrupto, se satisfará el deseo de Dios, y se llegará a conocerlo. Sólo emprendiendo ese paso se puede decir que se cree en Dios”. Estas palabras han revelado la verdad y los misterios con respecto a la fe en Dios. Vemos que simplemente reconocer que hay un Dios o creer absolutamente que Dios existe no es una verdadera creencia en Dios, sino sólo una convicción religiosa. Si creemos en Dios, pero realmente no conocemos el verdadero significado de la fé en Dios, o en las obras de Dios, y no conocemos a Dios tampoco, entonces nuestra creencia es simplemente una fé confusa que no puede ser alabada por Dios. Realmente, la verdadera fé en Dios significa experimentar las palabras y las obras de Dios basados en la creencia de que Dios sostiene todas las cosas soberanamente y entonces podemos llegar a conocer a Dios. Así que, si sólo conocemos que existe un Dios sin haber experimentado la obra de Dios o el conocimiento de Dios, seguiremos resistiendo a Dios o defraudándole, y si nuestra fé es así, es una fé sin sentido. El siguiente pasaje nos dice claramente cual es el verdadero significado de la fé en Dios: “La fe verdadera en Dios significa que la gente experimenta Sus palabras y Su obra en base a la creencia de que Él tiene soberanía sobre todas las cosas. Por tanto, se logrará desechar el carácter corrupto, se satisfará el deseo de Dios, y se llegará a conocerlo. Sólo emprendiendo ese paso se puede decir que se cree en Dios”. De estas palabras podemos sacar en conclusión que tener fé en Dios es realmente tener fé en las palabras de Dios, practicar la palabra de Dios, y experimentar Su Obra. Sólo de esta manera podemos conocer la Verdad, llegar a tener un verdadero conocimiento de Dios y ser contados como verdaderos creyentes en Dios. Por ejemplo, cuando Job se enfrentó a las pruebas, las aceptó como de parte de Dios, y aunque fueran buenas o malas, procedían del permiso de Dios. Aún más, él creía en la Soberanía de Dios y aunque se le quitaran sus propiedades, esto era parte de la predestinación de Dios, ya que los ladrones no podrían quitarle nada sin el permiso de Dios. Así, él fue capaz de obedecer y alzar una oración de adoración: “Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito.” (Job 1:21)*. Después de haberse mantenido firme en su testimonio es que recibió doble bendición del Señor, y Jehová Dios habló con él. Del ejemplo de Job podemos decir que Job era un hombre que realmente creía en Dios. Ya que cuando se encontró con problemas, no los miró desde la perspectiva humana, ni culpó ni malentendió a Dios, ni siquiera confió en su temperamento o en su propia opinión para que se le devolvieran sus propiedades, más bien él aceptó esto como de parte de Dios y obedeció a la soberanía y a la disposición de Dios. Finalmente se mantuvo fiel en su testimonio. Este es el único camino por medio del cual podemos ser verdaderos creyentes en Dios. Si no caminamos por el verdadero sendero de creer en Dios, sino que vivimos en la filosofía de vida de Satanás, tratamos a las personas, los asuntos y las cosas de acuerdo con nuestras nociones e imaginaciones, y no buscamos la voluntad de Dios ni perseguimos el conocimiento de Dios y la transformación de la disposición, entonces no importa cuantos años lo hayamos creído, será para nada. Como cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra muchos volvieron al Señor Jesús por Sus Palabras y por las señales y maravillas que Él manifestaba; mientras que los escribas y fariseos no conocían las palabras de verdad ni el trabajo del Espíritu Santo, sino que veían las cosas desde la perspectiva humana en lo referente al Señor Jesús como hijo de un carpintero y en cuanto que decían que echaba fuera los demonios por el príncipe de los demonios. No sólo ésto sino que también negaban que los milagros que el Señor Jesús hacía como dar vista a los ciegos y levantar a los muertos procediesen de Dios. Aún más, por miedo a perder sus trabajos o sus posiciones y también perder seguidores del Señor, llegaron a dar condenación al Señor Jesús. En vista de todo esto, no importaba cómo se dedicaban o corrieran de aquí para allá, o predicasen el evangelio del Señor, el Señor nunca les alabaría sino que les llamaría “hacedores de maldad”.
Así que debemos de entender que es la verdadera fe en Dios antes de que podamos realmente creer en Dios. Si creemos en Dios descuidadamente y aferrándonos a las viejas perspectivas, pegados a las viejas costumbres y observando reglas religiosas, aunque incluso externamente tengamos reuniones, oremos a Dios, leamos Su Palabra y propaguemos el Evangelio, internamente nunca conoceremos qué es verdaderamente la Fé en Dios o el resultado que debemos alcanzar por creer en Dios. Más aún, nos convertiremos en personas arrogantes y vanidosas con tantas palabras y teorías y apariencias de sacrificios. Si no perseguimos el verdadero creer en Dios, y si vemos las cosas y no nos comportamos de acuerdo con la verdad, seguiremos los pasos de los fariseos. Así que, si queremos conseguir buenos resultados y alcanzar el creer en Dios, debemos comenzar a caminar en el verdadero camino del creer en Dios.
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Nota al pie:
*. Scripture quotations taken from RVA
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