El Señor Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-354). De la Palabra del Señor Jesús podemos ver que los que aún pueden pecar son los esclavos del pecado y no están cualificados para entrar en el reino de Dios. Pero ahora, la mayoría de los creyentes pecan durante el día y confiesan por la noche, son incapaces de escapar de la atadura del pecado. Tal como Pablo dijo: “Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no” (Romanos 7:18). ¿Dios puede aprobar tales personas que viven repetidamente en un círculo de pecar y confesar?
Dios dice: “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto”.
“Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.
De “La Palabra manifestada en carne”
De “La Palabra manifestada en carne”
De aquí, podemos saber que aunque hemos aceptamos la redención del Señor Jesús y nuestros pecados han sido perdonados, todavía tenemos caracteres corruptos de Satanás y como consecuencia pecamos y nos resistimos con frecuencia a Dios. Por lo que aún necesitamos experimentar el juicio y la salvación de Dios de los últimos días, sólo así podremos deshacernos del pecado y lograr la purificación y convertirnos en una persona que es conforme al corazón de Dios. Tal como en la Biblia se dice: “el cual nos libró de tan gran peligro de muerte y nos librará, y en quien hemos puesto nuestra esperanza de que Él aún nos ha de librar” (2 Corintios 1:10). “que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo” (1 Pedro 1:5).
Mañana continuaremos comunicando con todos sobre el tema de que la obra de juicio y castigo en los últimos días de Dios es la más crítica de la salvación de la humanidad.
Scripture quotations taken from www.LBLA.com
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