viernes, 31 de julio de 2020

Al saludar el regreso del Señor, no puedes cometer el error de Tomás


Hoy en día, los desastres se vuelven cada vez más graves en todas partes del mundo, las profecías de la Biblia sobre el regreso del Señor se han cumplido básicamente, también hay muchas personas en la plataforma de Internet están presenciando que el Señor ha regresado. Sin embargo, muchas personas están llenas de dudas sobre Su aparición y todavía mirando al cielo y esperando que el cuerpo espiritual del Señor Jesús venga con las nubes, pero ¿hemos pensado alguna vez en lo que esto representará cuando veamos a Él venir en las nubes? ¿Seremos salvados o eliminados por Él? Mirando en retrospectiva, la actitud de Tomás hacia la aparición del Señor Jesús después de Su resurrección estaba llena de dudas y especulaciones, solo cuando él vio las marcas de los clavos en Su mano, creyó en Su aparición. El Señor Jesús le culpó a Tomás, diciendo: “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron” (Juan 20:29). Tomás fue condenado por el Señor por sus dudas y poca fe en Dios. Del mismo modo, al dar la bienvenida al regreso del Señor, si mantenemos que lo creemos solo al ver a Él descender sobre una nube, y no buscamos ni investigamos el camino verdadero, ¿no es esto cometer el mismo error que Tomás? ¿Cómo trata Dios a ese tipo de personas como Tomás?


La palabra de Dios dice: “Antes de que el Señor Jesús fuera clavado en la cruz, Tomás siempre dudó de que fuera el Cristo y no podía creerlo. Su creencia en Dios sólo se cimentaba en aquello que él podía ver con sus propios ojos, en lo que podía tocar con sus propias manos. El Señor Jesús entendía muy bien cómo era la fe de este tipo de persona. Ellos sólo creían en el Dios del cielo, y no creían en absoluto ni aceptaban al enviado por el Dios ni en el Cristo encarnado. Con el fin de que le reconocieran y creyeran en la existencia del Señor Jesús, y que de verdad era Dios encarnado, Él permitió que Tomás le tocara el costado. [...] La aparición del Señor Jesús y Sus palabras proveyeron una conclusión, y un veredicto sobre la fe de quienes estaban llenos de dudas. Usó Sus palabras y Sus actos prácticos para decirles a los que dudaban, a los que sólo creían en el Dios del cielo, pero no en Cristo: Dios no elogió la creencia de ellos ni que le siguieran llenos de dudas. El día que creyeran por completo en Dios y en Cristo sólo podría ser el día en que Dios completara Su gran obra. Por supuesto, también sería el día en que su duda recibiría un veredicto. Su actitud hacia Cristo determinó su destino, y su obstinada duda significaba que su fe no había producido resultados, y su dureza indicaba que sus esperanzas eran en vano. Debido a que su creencia en el Dios del cielo se alimentaba de ilusiones, y a que su duda hacia Cristo era en realidad su verdadera actitud hacia Dios, aunque tocaran las marcas de los clavos en el cuerpo del Señor Jesús, su fe seguía siendo inútil y su resultado sólo podía describirse como golpear el viento, en vano. Lo que el Señor Jesús le dijo a Tomás también les indicaba claramente a todas las personas: el Señor Jesús resucitado es el Señor Jesús que había pasado obrando con anterioridad treinta y tres años y medio entre la humanidad. Aunque había sido clavado en la cruz y experimentado el valle de sombra de muerte y la resurrección, Su cada aspecto no había sufrido cambio alguno. Aunque ahora tenía marcas de clavos en Su cuerpo y había resucitado y salido de la tumba, Su carácter, Su comprensión de la humanidad y Sus intenciones hacia esta no se habían modificado en lo más mínimo. Asimismo, les estaba diciendo a todos que Él había bajado de la cruz, triunfado sobre el pecado, sobre las dificultades y sobre la muerte. Las marcas de los clavos precisamente eran la prueba de Su victoria sobre Satanás, de haber sido la ofrenda por el pecado para redimir con éxito a toda la humanidad. Estaba proclamando que ya había cargado con los pecados de esta y que había completado Su obra de redención. Cuando regresó para ver a Sus discípulos, les dijo con Su aparición: ‘Sigo vivo, sigo existiendo; hoy estoy verdaderamente delante de vosotros para que podáis verme y tocarme. Siempre estaré con vosotros’. El Señor Jesús también quería usar el ejemplo de Tomás como advertencia para la gente futura: aunque creas en el Señor Jesús, no puedes verle ni tocarle; sin embargo, puedes ser bendecido por medio de tu fe verdadera y puedes verle a través de ella; este tipo de persona es bendecida”.


En la actualidad, ante los desastres, muchos creyentes en el Señor están anhelando amargamente Su descenso, pero no creen que Él haya regresado y aún se aferran a sus propios puntos de vista de que creerán en Él solo al ver al Señor descender sobre una nube con sus propios ojos, ¿no son tales personas tan sospechosas y engañosas como Tomás que tenía poca fe? Si no dejamos ir nuestras imaginaciones y nociones sobre la venida del Señor, inevitablemente no veremos Su aparición, y perderemos por completo la oportunidad de recibir Su salvación y entrar al reino de los cielos. Y aquellos que son puros y honestos, y aquellos buscan e investigan cuando escuchan que Él regresa expresando palabras para salvar a las personas, saludarán a Él. Estas personas son benditas y Dios las aproba porque creen en Él sin verlo.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


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