martes, 10 de noviembre de 2020

Enfócate en serenarte ante Dios en los devocionales


Cada cristiano tiene su propia vida de devoción espiritual, por ejemplo, leer - orar las palabras de Dios, orar a Dios, añorar el amor de Dios y así sucesivamente. Pero inconscientemente, la devoción espiritual de la mayoría de hermanos y hermanas se ha convertido en una rutina, sólo en aras de seguir un proceso. Aunque se toman tiempo en ella, no tienen la ganancia real y conmoción. Entonces, ¿cómo hacemos la devoción espiritual para alcanzar el buen efecto?

Encontrar el enfoque correcto de los devocionales es necesario para que nuestra vida espiritual dé sus frutos. Primero, hemos de serenarnos ante Dios. Cuanto más lo hagamos, más fácil será obtener el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo. Si no podemos hacer eso, entonces mientras leemos las palabras de Dios todavía tenemos en nuestras mentes cosas como el trabajo, la escuela y la familia. En tal caso, solo nos limitamos a actuar por inercia y apaciguar a Dios en nuestros devocionales porque no estamos enfocados únicamente en adorar a Dios y leer en oración Sus palabras. Eso hace improbable que recibamos esclarecimiento del Espíritu Santo, aunque entendamos el significado literal de las palabras de Dios.

La palabra de Dios dice: “Una vida espiritual normal es una vida vivida ante Dios. Al orar, uno puede aquietar su corazón ante Dios y, a través de la oración, puede buscar el esclarecimiento del Espíritu Santo, conocer las palabras de Dios, y entender Su voluntad. Al comer y beber de Sus palabras, la gente puede obtener una comprensión más clara y completa de la obra actual de Dios. También pueden obtener una nueva senda de práctica, y no se aferrarán a lo viejo; lo que practican tendrá como objetivo lograr el crecimiento en la vida” (‘Acerca de una vida espiritual normal’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Si queréis tener vuestro corazón realmente en paz ante Él, entonces debéis hacer la obra de cooperación consciente. Es decir, cada uno de vosotros debe dedicar un tiempo para vuestras devociones, un momento en el que apartáis a todas las personas, asuntos u objetos, calmáis vuestro corazón y guardáis silencio ante Dios. Todo el mundo debería tomar notas devocionales, registrar su conocimiento de la palabra de Dios y cómo se les conmueve el espíritu, independientemente de que sea profundo o superficial, todos deben acallar sus corazones ante Dios de manera consciente. Si puedes dedicar una o dos horas cada día a una vida espiritual verdadera, tu vida durante ese día se sentirá enriquecida y tu corazón será brillante y claro. Si vives esta clase de vida espiritual a diario, entonces tu corazón podrá volver a estar más en posesión de Dios, tu espíritu se volverá cada vez más fuerte, tu condición mejorará constantemente, podrás recorrer mejor la senda por la que guía el Espíritu Santo, y Dios te concederá más bendiciones. El propósito de vuestra vida espiritual es obtener conscientemente la presencia del Espíritu Santo. No consiste en observar reglas o celebrar rituales religiosos, sino en actuar verdaderamente en sintonía con Dios y disciplinar realmente vuestro cuerpo. Esto es lo que el hombre debe hacer; así que debéis hacerlo esforzándoos al máximo” (‘Una vida espiritual normal guía a las personas por el camino correcto’ en “La Palabra manifestada en carne”). Podemos ver en la palabra de Dios que la práctica de serenar nuestro corazón ante Dios es necesaria para una buena vida espiritual. Antes de los devocionales, necesitamos alejarnos conscientemente de todo lo que pueda interrumpirnos, de todas las personas, eventos y cosas que puedan alejar nuestro corazón de Dios. En general, nuestros corazones están más apaciguados por la mañana, antes de que nos ocupemos de las innumerables pequeñas cosas que surgen en nuestras vidas y en el trabajo. Podemos orar a Dios en este momento, contándole todas nuestras dificultades y deficiencias; podemos leer cuidadosamente las palabras de Dios, reflexionando y buscando su voluntad y un camino de práctica. Cuanto más nos serenemos ante Dios de esta manera, más probabilidades tendremos de ganar la obra del Espíritu Santo. Esta es una forma mejor de sacar provecho de nuestros devocionales y así nuestra condición espiritual seguirá mejorando.

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