Mostrando entradas con la etiqueta los últimos días. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta los últimos días. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de mayo de 2020

Solo invocando el nuevo nombre de Dios podrán ser protegidos

En el libro de Apocalipsis, se predice que el Señor tendrá un nuevo nombre cuando regrese. Entonces, ¿cuál será Su nuevo nombre? ¿Por qué solo a través de clamar Su nuevo nombre se puede ser protegido? ¿Acaso no se puede recibir Su protección clamando el nombre del Señor Jesús? El Señor Jesús regresado en los últimos días ya nos ha dicho la respuesta.

domingo, 1 de marzo de 2020

La Palabra de Dios ha revelado los misterios de Su obra de gestion


El Señor Jesús dijo: “Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir(Juan 16:12-13).

Dios todopoderoso dice: “Durante los últimos días Dios ha venido principalmente con el fin de hablar Sus palabras. Él habla desde la perspectiva del Espíritu, del hombre, y de la tercera persona; habla de diferentes formas, usando una forma para un período de tiempo, y usa las formas de hablar para cambiar los conceptos del hombre y eliminar la imagen del Dios vago del corazón del hombre. Esta es la principal obra realizada por Dios. Como el hombre cree que Dios ha venido a sanar a los enfermos, a echar fuera demonios, a llevar a cabo milagros, y a concederle bendiciones materiales, Él lleva a cabo esta etapa de la obra —la obra de castigo y juicio— con el fin de eliminar esas cosas de los conceptos del hombre, de forma que este pueda conocer la realidad y la normalidad de Dios, y que la imagen de Jesús pueda eliminarse de su corazón y sustituirse por una nueva imagen de Dios. Tan pronto como la imagen de Dios en el hombre se haga vieja, pasa a ser un ídolo. Cuando Jesús vino y llevó a cabo esa etapa de la obra, no representó la totalidad de Dios. Llevó a cabo algunas señales y maravillas, habló algunas palabras, fue finalmente crucificado, y representó una parte de Dios. No podía representar todo lo que es de Dios, sino que lo representó realizando una parte de Su obra. Eso se debe a que Dios es muy grande, maravilloso e insondable, y sólo realiza una parte de Su obra en cada era. La obra llevada a cabo por Dios durante esta era es principalmente la provisión de las palabras para la vida del hombre, la revelación de la esencia de la naturaleza del hombre y el carácter corrupto de este, la eliminación de los conceptos religiosos, del pensamiento feudal, del pensamiento obsoleto, así como del conocimiento y la cultura del hombre. Todo esto debe ponerse en evidencia y purificarse por medio de las palabras de Dios. En los últimos días, Él usa palabras, y no señales y maravillas, para perfeccionar al hombre. Usa Sus palabras para descubrir, juzgar, castigar y perfeccionar al hombre, de forma que en las mismas este llegue a ver la sabiduría y la belleza de Dios, y a entender Su carácter, y así, a través de las palabras de Dios, el hombre vea Sus hechos. Durante la Era de la Ley, Jehová guió a Moisés fuera de Egipto con Sus palabras, y habló algunas otras a los israelitas; en ese momento, parte de los hechos de Dios quedaron claros, pero debido a que el calibre del hombre era limitado y nada podía completar su conocimiento, Él siguió hablando y obrando. En la Era de la Gracia, el hombre vio una vez más parte de los hechos de Dios. Jesús fue capaz de mostrar señales y maravillas, de sanar a los enfermos y echar fuera demonios, y ser crucificado, tres días después de lo cual resucitó y se apareció en la carne ante el hombre. Este sólo conocía esto de Dios. Conoce tanto como Él le muestra, y si Él no le mostrara nada más, esa sería la medida de la delimitación de Dios por parte del hombre. Así pues, Dios continúa obrando, de manera que el conocimiento que el hombre tiene de Él pueda volverse más profundo, y que pueda llegar a conocer gradualmente la esencia de Dios. En los últimos días, Dios usa Sus palabras para hacer perfecto al hombre. Las palabras de Dios revelan tu carácter corrupto y Su realidad sustituye tus conceptos religiosos. El Dios encarnado de los últimos días ha venido principalmente a cumplir las palabras: “La Palabra se hace carne, la Palabra viene en la carne, y la Palabra aparece en la carne”, y si no tienes un conocimiento exhaustivo de esto, seguirás siendo incapaz de mantenerte firme. Durante los últimos días, Dios pretende principalmente cumplir una etapa de la obra en la que la Palabra aparece en la carne, y esta es una parte del plan de gestión de Dios.
Esta etapa de la obra esclarecerá para ti la ley de Jehová y la redención de Jesús, y es principalmente así para que puedas entender toda la obra del plan de gestión de Dios de seis mil años, recibir todo el sentido y la esencia del mismo y entender el propósito de toda la obra realizada por Jesús y las palabras que Él habló, e incluso tu creencia ciega en la Biblia y tu adoración de esta. Te permitirá percibir todo esto. Llegarás a entender tanto la obra hecha por Jesús, como la obra de Dios hoy; entenderás y verás toda la verdad, la vida y el camino. En esa etapa de la obra realizada por Jesús, ¿por qué partió Él sin concluir la obra de Dios? Porque la etapa de Su obra no era la de conclusión. Cuando fue clavado en la cruz, las palabras que había hablado también llegaron a su fin; después de Su crucifixión, Su obra terminó completamente. La etapa presente es diferente: sólo después de que las palabras se hablen hasta el final y toda la obra de Dios se concluya habrá terminado Su obra. Durante la etapa de la obra de Jesús, quedaron muchas palabras sin decir o no se articularon del todo. Pero a Jesús no le preocupaba lo que dijo o no dijo, porque Su ministerio no era de palabras y, por tanto, partió después de ser clavado en la cruz. Esa etapa de la obra se produjo principalmente por causa de la crucifixión, y es distinta a la etapa actual. Esta fase de la obra es principalmente para completar, limpiar y llevarla toda a una conclusión. Si las palabras no se pronuncian hasta su final mismo, no habrá forma de concluir esta obra, porque en esta etapa de la misma toda obra se lleva a un final y se cumple usando palabras.
El objetivo de las tres etapas de la obra es la salvación de toda la humanidad, que significa la salvación completa del hombre del campo de acción de Satanás. Aunque cada una de las tres etapas de la obra tiene un objetivo y un sentido diferentes, son parte de la obra de salvación de la humanidad, y distintas obras de salvación llevadas a cabo de acuerdo a los requisitos de la humanidad.

De la Palabra de Dios, podemos ver que en los últimos días, Dios ha revelado el misterio de Su plan de gestión. Solo Él mismo puede decir claro la meta de las tres etapas de Su obra, el objetivo y significado de cada etapa de Su obra y los efectos de Su obra. En otras palabras, es la declaración de Dios la que puede revelar el misterio de Su obra de gestión. Podemos escuchar la voz de Dios desde este aspecto.

lunes, 24 de febrero de 2020

¿Has encontrado tu camino al reino celestial?

Mucha gente piensa que el Señor Jesús ha perdonado nuestros pecados, él ya no nos ve como pecadores. Cuando el Señor regrese, podemos ser llevados al reino de los cielos. ¿Es este punto de vista correcto? El Señor Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado. Y el siervo no queda en casa para siempre: el hijo queda para siempre (Juan 8: 34-35)”. “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12: 14)”. Al ver en los capítulos de la Biblia que Dios es santo, Dios no permitirá que personas llenas de carácter de Satanás entren en el reino de Dios. Pero siempre podemos resistir al Dios involuntariamente, no ha cambiado la carácter de nuestros crímenes, ¿cómo podemos entrar al reino de Dios? Solo cuando nuestro carácter corrupto se purifica y cambia, y ya no pecamos y resistir al Dios, podemos ser calificados para entrar en el reino de Dios. Entonces, para esto, ¿cómo hacemos? La profecía bíblica dijo:

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Reflexión cristiana | Resulta que las profecías del regreso del Señor se cumplirán así…

Reflexión cristiana | Resulta que las profecías del regreso del Señor se cumplirán así…


En cuanto a las profecías sobre el regreso del señor en los últimos días, mucha gente se aferra a las de Su descenso público, e ignora las del descenso secreto.
Por ejemplo: “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete. Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3). Todos sabemos que el Señor es fiel y todas Sus profecías se cumplirán una por una. Entonces, ¿cómo debemos ser vírgenes prudentes para poder recibir Su venida?

Para saberlo, vea el vídeo destacado de “¡Qué voz más hermosa!” - ¿De qué modo se cumplen las profecías del regreso del Señor Jesús?

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Leer más sobre evangelio: La venida de Cristo

miércoles, 3 de abril de 2019

¿Por qué se dice que la humanidad corrupta tiene mayor necesidad de la salvación de Dios hecho carne?

La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne
Dios se hizo carne porque el objeto de Su obra no es el espíritu de Satanás o de cualquier cosa incorpórea, sino el hombre que es de la carne y a quien Satanás ha corrompido. Precisamente porque la carne del hombre ha sido corrompida es que Dios ha hecho al hombre carnal el objeto de Su obra; además, porque el hombre es objeto de la corrupción, ha hecho al hombre el único objeto de Su obra a través de todas las etapas de Su obra de salvación. El hombre es un ser mortal, es de carne y sangre, y Dios es el único que puede salvar al hombre. De esta manera, Dios se debe hacer una carne que posea los mismos atributos que el hombre con el fin de hacer Su obra, para que Su obra pudiera lograr mejores efectos. Dios debe hacerse carne para hacer Su obra justamente porque el hombre es de la carne y es incapaz de vencer el pecado o de despojarse de la carne. Aunque la esencia y la identidad de Dios encarnado difiere grandemente de la esencia e identidad del hombre, con todo, Su apariencia es idéntica a la del hombre; tiene la apariencia de una persona normal y lleva la vida de una persona normal y los que lo ven no pueden discernir ninguna diferencia de una persona normal. Esta apariencia normal y humanidad normal son suficientes para que haga Su obra divina en la humanidad normal. Su carne le permite hacer Su obra en la humanidad normal y le ayuda a hacer Su obra entre los hombres, y Su humanidad normal, además, le ayuda a llevar a cabo la salvación entre los hombres. Aunque Su humanidad normal ha causado mucho alboroto entre los hombres, tal alboroto no ha impactado las consecuencias normales de Su obra. En resumen, la obra de Su carne normal es de un beneficio supremo para el hombre. Aunque la mayoría de la gente no acepta Su humanidad normal, Su obra aún es efectiva y estas consecuencias se logran gracias a Su humanidad normal. De esto no hay duda. Por Su obra en la carne, el hombre gana diez veces o docenas de veces más cosas que las nociones que existen entre los hombres acerca de Su humanidad normal y, al final, todas esas nociones Su obra se las tragará y el efecto que Su obra ha logrado, es decir, el conocimiento que el hombre tiene de Él, excederá por mucho en número las nociones que el hombre tiene de Él. No hay manera de imaginar o medir la obra que hace en la carne, porque Su carne es diferente a la de cualquier hombre carnal; aunque el caparazón externo es idéntico, la esencia no es la misma. Su carne produce entre los hombres muchas nociones acerca de Dios, sin embargo, Su carne también le puede permitir al hombre adquirir mucho conocimiento y puede, incluso, conquistar a cualquier hombre que posea un caparazón externo similar. Porque no es solamente un hombre, sino que es Dios con el caparazón externo de un hombre y nadie puede desentrañarlo o entenderlo por completo. Todos aman y acogen favorablemente a un Dios invisible e intangible. Si Dios es sólo un espíritu que es invisible al hombre, al hombre le es muy fácil creer en Dios. El hombre puede dar rienda suelta a su imaginación, puede escoger cualquier imagen que le guste como la imagen de Dios para agradarse y hacerse sentir feliz. De esta manera, el hombre puede hacer lo que sea más agradable para su propio Dios y lo que este Dios esté muy dispuesto a hacer, sin escrúpulos. Es más, el hombre cree que nadie es más leal y devoto que él con Dios y que todos los demás son perros gentiles y desleales con Dios. Se puede decir que esto es lo que buscan aquellos cuya creencia en Dios es vaga y se basa en doctrina; todo lo que ellos buscan es lo mismo, con poca variación. Sólo que las imágenes de Dios en sus imaginaciones son diferentes, pero su esencia es de hecho la misma.

martes, 2 de abril de 2019

Evangelio de hoy | ¿Por qué se dice que las dos encarnaciones de Dios completan el significado de la encarnación?

Versículos bíblicos como referencia:
[…] así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan (Hebreos 9:28).
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios (Juan 1:1).
Palabras relevantes de Dios:
La primera encarnación fue para redimir al hombre del pecado por medio de la carne de Jesús, esto es, Él salvó al hombre desde la cruz, pero el carácter satánico corrupto permaneció en el ser humano. La segunda encarnación ya no es para que sirva de ofrenda por el pecado, sino para salvar por completo a los que fueron redimidos del pecado. Esto se hace de tal forma que los perdonados puedan ser librados de sus pecados, ser purificados completamente, y alcanzar un cambio de carácter, liberándose así de la influencia de las tinieblas de Satanás y regresando delante del trono de Dios. Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado. Dios comenzó la obra de salvación en la Era de la Gracia, después de que la Era de la Ley llegara a su fin. No es sino hasta los últimos días, cuando Dios haya purificado totalmente a la humanidad, mediante la obra de juicio y castigo del hombre por la rebeldía, que Dios concluirá Su obra de salvación y entrará en el reposo. Por tanto, en las tres etapas de la obra, Dios sólo se hizo carne dos veces para llevar a cabo Su obra por sí mismo entre los hombres. Esto se debe a que sólo una de las tres etapas de la obra consiste en guiar al hombre en su vida, mientras las otras dos son la obra de salvación. Sólo si Dios se hace carne puede vivir junto al hombre, experimentar el sufrimiento del mundo, y vivir en una carne ordinaria. Sólo de esta forma puede proveer al hombre de Su creación con el verbo práctico que necesita. El hombre recibe la salvación total de Dios gracias al Dios encarnado, no directamente de sus oraciones al cielo. Y es que el hombre es de carne; el hombre es incapaz de ver al Espíritu de Dios y mucho menos de acercarse a Él. Todo aquello con lo que el hombre puede relacionarse es la carne encarnada de Dios; sólo a través de Él puede el hombre entender todo el verbo y todas las verdades, y recibir la salvación plena. La segunda encarnación es suficiente para eliminar los pecados del hombre y purificarlo plenamente. Así pues, la segunda encarnación pondrá fin a toda la obra de Dios en la carne y completará el sentido de la encarnación de Dios.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando Jesús estaba haciendo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. Siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor benevolente que redimía los pecados del hombre. Algunos, basándose en la fe, se curaron simplemente tocando el borde de Sus vestiduras; los ciegos podían ver e incluso los muertos ser restaurados a la vida. Sin embargo, el hombre no podía descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en él ni sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, la bendición de toda la familia sobre la fe de uno, la curación de las enfermedades, etc. El resto era las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si este podía vivir en base a eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo tales creyentes podrían entrar en el cielo tras la muerte, lo que significa que fueron salvos. Pero durante su vida, no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después confesaban, en un ciclo continuo sin camino alguno hacia un carácter cambiado; así era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. La misma no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería abandonada y el hombre sólo se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha terminado por completo el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
El primer Dios encarnado no completó la obra de la encarnación, sino sólo el primer paso de la obra que Dios debía realizar en la carne. Así pues, con el fin de terminar la obra de la encarnación, Dios ha regresado en la carne una vez más y vive toda la normalidad y la realidad de la carne; es decir, manifiesta el Verbo de Dios en una carne totalmente normal y ordinaria, concluyendo de esta forma la obra que Él dejó sin realizar en la carne. La segunda carne encarnada es esencialmente parecida a la primera, pero es incluso más real aún, incluso más normal que la primera. Como consecuencia, el sufrimiento que la segunda carne encarnada soporta es mayor que el de la primera, pero este sufrimiento es una consecuencia de Su ministerio en la carne, el cual es diferente del sufrimiento que el hombre corrupto tendría que padecer. También brota de la normalidad y de la realidad de Su carne. Como Él realiza Su ministerio en una carne totalmente normal y real, esta debe soportar muchas dificultades. Cuanto más normal y real sea esta carne, más sufrirá Él en la realización de Su ministerio. Dios obra en una carne muy común, una que no es en absoluto sobrenatural. Como Su carne es normal y también debe cargar con la obra de salvar al hombre, Él sufre en mayor medida de lo que lo haría una carne sobrenatural; todo este sufrimiento brota de la realidad y de la normalidad de Su carne. De los sufrimientos que han padecido las dos carnes encarnadas durante la realización de Sus ministerios, se puede ver la esencia de la carne encarnada. Cuanto más normal sea la carne, mayor la dificultad que debe soportar al emprender la obra; cuanto más real es la carne que emprende la obra, más duras son las nociones que se crean las personas y mayores los peligros que probablemente puedan sobrevenirle. Además, cuanto más real sea la carne y cuanto más posea esta las necesidades y el sentido completo de un ser humano normal, más capaz será Él de asumir la obra de Dios en la carne. Fue la carne de Jesús la que fue clavada en la cruz, Su carne que Él entregó como ofrenda por el pecado; fue por medio de una carne con humanidad normal que Él derrotó a Satanás y salvó totalmente al hombre desde la cruz. Y es como carne completa, que el segundo Dios encarnado lleva a cabo la obra de conquista y derrota a Satanás. Sólo una carne completamente normal y real puede realizar la obra de conquista en su totalidad y dar un testimonio convincente. Es decir, la obra de[a] conquistar al hombre se hace efectiva por medio de la realidad y la normalidad de Dios en la carne, no a través de milagros y revelaciones sobrenaturales. El ministerio de este Dios encarnado consiste en hablar, y, de este modo, conquistar y perfeccionar al hombre; en otras palabras, la obra del Espíritu materializada en la carne y el deber de la carne, es hablar y de este modo conquistar, revelar, perfeccionar y eliminar por completo al hombre. Por tanto, la obra de Dios en la carne se cumplirá en su totalidad en esta obra de conquista. La obra redentora inicial fue sólo el comienzo de la obra de la encarnación; la carne que realiza la obra de conquista completará toda la obra de la encarnación. […] En esta etapa de la obra Dios no lleva a cabo señales y maravillas, de forma que la obra logrará sus resultados por medio de las palabras. Además, en esta ocasión, la obra de Dios encarnado no es sanar a los enfermos ni echar fuera a los demonios, sino conquistar al hombre hablando; lo que quiere decir que la habilidad natural de esta carne encarnada de Dios es hablar palabras y conquistar al hombre, no sanar a los enfermos ni echar fuera a los demonios. Su obra en una humanidad normal no es realizar milagros, ni sanar a los enfermos ni echar fuera a los demonios, sino hablar; y por eso la segunda carne encarnada le parece a las personas más normal que la primera. Las personas ven que la encarnación de Dios no es mentira; pero este Dios encarnado es diferente a Jesús encarnado y aunque ambos son Dios encarnado, no son completamente iguales. Jesús poseía una humanidad normal y ordinaria, pero Él estuvo acompañado por muchas señales y maravillas. En este Dios encarnado, los ojos humanos no verán señales o maravillas, ni sanación de enfermos o expulsión de demonios, ni que ande sobre el mar o ayune durante cuarenta días… Él no realiza la misma obra que Jesús llevó a cabo, no porque Su carne sea esencialmente diferente a la de Jesús, sino porque no es Su ministerio sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios. Él no echa abajo Su propia obra ni la interrumpe. Como conquista al hombre a través de Sus palabras reales, no hay necesidad de someterlo con milagros y, por tanto, esta etapa es completar la obra de la encarnación. El Dios encarnado que ves hoy es completamente una carne y no hay nada sobrenatural en Él. Se enferma como los demás, necesita comida y ropa como los demás, ya que es completamente una carne. Si en esta ocasión Dios encarnado llevara a cabo señales y maravillas sobrenaturales, si sanara a los enfermos, echara fuera a los demonios o pudiera matar con una palabra, ¿cómo se realizaría la obra de conquista? ¿Cómo se difundiría la obra entre las naciones gentiles? […] En los últimos días, Dios materializa la obra de conquista en una carne ordinaria, normal; Él no sana a los enfermos ni será crucificado por el hombre, sino que simplemente habla palabras en la carne, conquista al hombre en la carne. Sólo una carne como esta es la carne de Dios encarnado; sólo una carne como esta puede completar la obra de Dios en la carne.
de ‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
¿Por qué digo que el sentido de la encarnación no se completó en la obra de Jesús? Porque el Verbo no se hizo enteramente carne. Lo que Jesús realizó fue sólo una parte de la obra de Dios en la carne; Él sólo llevó a cabo la obra redentora y no la de ganar completamente al hombre. Por esta razón, Dios se ha hecho carne una vez más en los últimos días. Esta etapa de la obra también se lleva a cabo en una carne ordinaria, un ser humano completamente normal, uno cuya humanidad no es en absoluto trascendente. En otras palabras, Dios se ha hecho un ser humano completo y es una persona cuya identidad es la de Dios, un ser humano completo, una carne completa, que está llevando a cabo la obra. Para el ojo humano, Él es sólo una carne que no es en absoluto trascendente, una persona muy ordinaria que puede hablar el lenguaje del cielo, que no muestra señales milagrosas, no obra milagros y que mucho menos exhibe la verdad interior sobre la religión en grandes salones de reunión. La obra de la segunda carne encarnada parece a las personas totalmente diferente a la de la primera, tanto así, que ambas parecen no tener nada en común y nada de la primera obra puede verse en esta ocasión. Aunque la obra de la segunda carne encarnada es diferente de la obra de la primera, eso no prueba que Su fuente no sea la misma. Que Su fuente sea o no la misma depende de la naturaleza de la obra realizada por las carnes y no de Sus caparazones corporales. Durante las tres etapas de Su obra, Dios se ha encarnado dos veces y, en ambas ocasiones, la obra de Dios encarnado inaugura una nueva era, abre el paso a una nueva obra. Las encarnaciones se complementan entre sí. Es imposible para el ojo humano percibir que ambas carnes provienen realmente de la misma fuente. Sobra decir que esto escapa a la capacidad del ojo humano o a la de la mente del hombre. Pero en Su esencia son lo mismo, porque Su obra se origina en el mismo Espíritu. Si ambas carnes encarnadas surgen o no de la misma fuente, no puede juzgarse por la era y el lugar en el que nacieron, o por otros factores similares, sino por la obra divina expresada por Ellas. La segunda carne encarnada no lleva a cabo nada de la obra que Jesús realizó, porque la obra de Dios no se ciñe a convenciones, sino que cada vez se abre una nueva senda. La segunda carne encarnada no busca profundizar ni solidificar la impresión de la primera carne en la mente de las personas, sino complementarla y perfeccionarla, profundizar el conocimiento de Dios por parte del hombre, romper todas las reglas existentes en los corazones de las personas y barrer las imágenes erróneas de Dios en sus corazones. Puede decirse que ninguna etapa individual de la obra de Dios puede darle al hombre un conocimiento completo de Él; cada una da sólo una parte, no el todo. Aunque Dios ha expresado Su carácter por completo, debido a las limitadas facultades de entendimiento del hombre, su conocimiento de Dios sigue siendo incompleto. Es imposible, usando un lenguaje humano, transmitir la totalidad del carácter de Dios; ¿cuánto menos puede una sola etapa de Su obra expresar plenamente a Dios? Él obra en la carne bajo la cubierta de Su humanidad normal y uno sólo puede conocerlo por las expresiones de Su divinidad, no por Su caparazón corporal. Dios viene en la carne para permitir al hombre conocerlo por medio de Su obra variada, y no hay dos etapas de Su obra que sean iguales. Sólo de esta forma puede el hombre tener un conocimiento pleno de la obra de Dios en la carne, no confinada a una sola faceta.
de ‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Jesús hizo una etapa de la obra que sólo cumplió con la esencia de "El Verbo era con Dios": La verdad de Dios era con Dios y el Espíritu de Dios era con la carne y era inseparable de Él; es decir, la carne de Dios encarnado estaba con el Espíritu de Dios, que es una prueba mayor de que Jesús encarnado fue la primera encarnación de Dios. Esta etapa de la obra cumplió el significado interno de "La Palabra se hace carne", le dio un significado más profundo a "El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios", y te permite creer firmemente en las palabras "En el principio era El Verbo". Lo que es igual a decir que en el momento de la creación Dios estaba poseído de Palabras, Sus Palabras eran con Él y eran inseparables de Él, y la era final deja aún más claro el poder y la autoridad de Sus palabras y permite al hombre ver todo Su Verbo, oír todas Sus palabras. Tal es la obra de la era final. […] Como esta es la obra de la segunda encarnación, y la última vez que Dios se hace carne, completa totalmente el significado de la encarnación, lleva a cabo y expone por completo toda la obra de Dios en la carne, y pone fin a la era de Dios en la carne.
de ‘Práctica (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
[…] en la que Dios no hizo la obra de la palabra, sino que se limitó a describir la crucifixión para redimir a toda la humanidad. La Biblia sólo describe la razón por la cual Jesús debía ser crucificado, y los sufrimientos a los que fue sometido en la cruz, y cómo el hombre debería ser crucificado para Dios. Durante aquella era, todo el trabajo realizado por Dios se centró en torno a la crucifixión. Durante la Era del Reino, el Dios encarnado pronuncia palabras para conquistar a todos los que creen en Él. Esto es “la Palabra que aparece en la carne”; Dios ha venido durante los últimos días para hacer esta obra, lo que significa que ha venido a efectuar el significado práctico de la Palabra que aparece en la carne. Él sólo habla palabras y rara vez se producen hechos. Es la esencia misma de la Palabra que aparece en la carne y cuando el Dios encarnado pronuncia Sus palabras, es la aparición de la Palabra en la carne y la Palabra que se hizo carne. “En el comienzo existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios, y la Palabra se hizo carne”. Esto (la obra de la aparición de la Palabra en la carne) es la obra que Dios llevará a cabo en los últimos días, y es el capítulo final de todo Su plan de gestión; así, Dios tiene que venir a la tierra y manifestar Sus palabras en la carne. Lo que se hace hoy, lo que se hará en el futuro, lo que Dios perfeccionará, el destino final del hombre, los que serán salvos, los que serán destruidos, etc., esta obra que debe realizarse al final se ha declarado con toda claridad, y su total propósito es realizar el significado práctico de la Palabra que aparece en la carne. Los decretos y la constitución administrativos que se emitieron anteriormente, los que serán destruidos, los que entrarán en el reposo, todas esas palabras deben cumplirse. Es la obra realizada por el Dios encarnado, principalmente durante los últimos días. Él hace que las personas comprendan adónde pertenecen los que fueron predestinados por Dios, y adónde pertenecen los que no son predestinados por Él; cómo serán clasificados Su pueblo y Sus hijos, lo que le ocurrirá a Israel y a Egipto. En el futuro, cada una de esas palabras se cumplirá. Los pasos de la obra de Dios se van acelerando. Dios usa la palabra como medio para revelarle al hombre lo que se debe hacer en cada era, lo que el Dios encarnado de los últimos días hará, y el ministerio que Él llevará a cabo; y todas estas palabras tienen el propósito de lograr el significado real de la Palabra que aparece en la carne.
de ‘Todo se realiza por la palabra de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Nota al pie:
a. El texto original omite “la obra de”.

domingo, 24 de marzo de 2019

Dios tiene la tarea para nosotros que nacimos en los últimos días

Dios Todopoderoso dice: “Todos los que son del pueblo de Dios deben tener vida, deben aceptar el entrenamiento del reino y deben buscar los cambios en su carácter de vida. Esto es lo que Dios exige del pueblo del reino. Las exigencias que Dios le hace al pueblo del reino son las siguientes:
1. Deben aceptar las comisiones de Dios, es decir, deben aceptar todas las palabras que se hablan en la obra de Dios de los últimos días.
2. Deben entrar en el entrenamiento del reino.
3. Deben buscar que Dios haya tocado sus corazones. Cuando tu corazón se haya vuelto por completo a Dios, y tengas una vida espiritual normal, vivirás en el reino de la libertad, lo que quiere decir que vivirás bajo el cuidado y la protección del amor de Dios. Sólo cuando vivas bajo el cuidado y la protección de Dios vas a pertenecerle a Dios.
4. Deben ser ganados por Dios.
5. Se deben convertir en una manifestación de la gloria de Dios en la tierra.

Estos cinco puntos son Mis comisiones para vosotros. Mis palabras las hablo al pueblo de Dios, y si no estás dispuesto a aceptar estas comisiones, Yo no te voy a obligar, pero si verdaderamente las aceptas, entonces serás capaz de llevar a cabo la voluntad de Dios. En la actualidad, comenzáis a aceptar las comisiones de Dios, buscar convertiros en uno del pueblo del reino y alcanzar los estándares que se exigen para ser el pueblo del reino. Este es el primer paso para la entrada. Si quieres llevar a cabo por completo la voluntad de Dios, entonces debes aceptar estas cinco comisiones y, si las puedes lograr, serás conforme al corazón de Dios y con toda seguridad Dios te usará grandemente.
[…] Dios predestinó desde el inicio del tiempo que pudieras aceptar el juicio, el castigo, los golpes y el refinamiento de las palabras de Dios y, además, que pudieras aceptar las comisiones de Dios y por eso no te debes afligir demasiado cuando seas castigado. Nadie os puede quitar la obra que se ha hecho en vosotros y las bendiciones que se os han otorgado y nadie os puede quitar todo lo que se os ha dado. La gente de la religión no admite comparación con vosotros. No poseéis una gran experiencia de la Biblia, ni estáis equipados con teoría religiosa, pero como Dios ha obrado dentro de vosotros, habéis ganado más que cualquiera a lo largo de las eras y, por lo tanto, esta es vuestra mayor bendición. Por esto, os debéis dedicar aún más a Dios y ser todavía más leal a Dios. Ya que Dios te levanta, debes reforzar tus esfuerzos y debes preparar tu estatura para aceptar las comisiones de Dios. Debes permanecer firme en el lugar que Dios te ha dado, buscar convertirte en uno del pueblo de Dios, aceptar el entrenamiento del reino, que Dios te gane y, en última instancia, volverte un testimonio glorioso de Dios. ¿Cuántas de estas resoluciones tienes? Si posees tales resoluciones, entonces al final estás seguro de que Dios te va a ganar y te vas a convertir en un testimonio glorioso de Dios. Debes entender que la comisión principal es que Dios te gane y que te conviertas en un glorioso testimonio de Dios. Esta es la voluntad de Dios”.

De "La Palabra manifestada en carne"

lunes, 11 de marzo de 2019

La palabra de Dios | Dios es la fuente de vida para todas las cosas (IV) Parte 2



1. Cómo gobierna y administra Dios el mundo espiritual
1) El ciclo de la vida y la muerte de los incrédulos
Para cualquier alma, el papel que desempeña después de reencarnarse —el papel que tiene en esta vida—, la familia en la que nace y cómo es su vida está estrechamente relacionado con su vida pasada. Todos los tipos de persona vienen al mundo del hombre, y los papeles que desempeñan son diferentes, así como las tareas que llevan a cabo. ¿Y qué tareas son estas? Algunas personas vienen a pagar una deuda: si debían demasiado dinero a otros en su vida anterior, pagan una deuda. En cambio, otras han venido a cobrar una deuda: las estafaron demasiadas cosas y demasiado dinero en su vida anterior, y por eso cuando llegan al mundo espiritual, este les hará justicia y les permitirá cobrar su deuda en esta vida. Algunas personas han venido para pagar una deuda de gratitud: durante su vida anterior —antes de morir—, alguien fue bueno con ellas, y en esta vida se les ha dado una gran oportunidad de reencarnarse y, por tanto, nacen de nuevo para devolver esta deuda de gratitud. Otras, sin embargo, han vuelto a nacer en esta vida para reclamar una vida. ¿La vida de quién? La de la persona que las mató en su vida anterior. En resumen, la vida presente de cada persona guarda una estrecha relación con su vida anterior, están inseparablemente conectadas. Es decir, la vida presente de cada persona se ve inmensamente afectada por la anterior. Por ejemplo, antes de morir, Zhang estafó a Li una gran cantidad de dinero. ¿Tiene, pues, Zhang una deuda con Li? Si la tiene, ¿es natural que Li recupere esa deuda de Zhang? Así pues, después de morir, existe una deuda entre ellos que debe saldarse; cuando se reencarnen y Zhang vuelva a ser humano, ¿cómo recuperará Li su deuda de él? Una forma es que Li recupere la deuda naciendo como hijo de Zhang, y que este sea su padre. Esto sería lo que ocurre en esta vida, en la presente. Zhang, el padre de Li, gana mucho dinero y Li lo despilfarra. Por mucho dinero que gane Zhang, su hijo Li le “ayuda” a gastarlo. Por mucho que gane Zhang, nunca es suficiente; por alguna razón, su hijo acaba siempre gastando el dinero de su padre de diferentes maneras y medios. Zhang está desconcertado: “¿Qué está pasando? ¿Por qué ha sido mi hijo siempre un gafe? ¿Por qué son tan buenos los hijos de otras personas? ¿Por qué no tiene mi hijo ambición? ¿Por qué es tan inútil e incapaz de ganar dinero? ¿Por qué tengo que mantenerlo siempre? Mientras tenga que mantenerlo lo haré, ¿pero por qué necesita siempre más dinero, por mucho que le dé? ¿Por qué no puede tener un trabajo diario honrado? ¿Por qué es un holgazán, que come, bebe, va a prostíbulos, apuesta y todo eso? ¿Qué demonios está pasando?”. Zhang piensa entonces por un momento: “¿Será porque le debía algo en la vida pasada? Ah, podría ser que yo tuviera una deuda con él en la vida anterior. Bien, entonces, ¡la pagaré! ¡Esto no acabará hasta que la pague en su totalidad!”. Puede que llegue el día en que Li recupere realmente su deuda, y cuando tenga cuarenta o cincuenta años, llegará el día en que se arrepienta: “¡No he hecho ni una sola cosa buena durante la primera mitad de mi vida! He despilfarrado todo el dinero que mi padre ganó; ¡debería ser una buena persona! Me armaré de valor: seré alguien honesto, que vive apropiadamente, ¡y nunca más entristeceré a mi padre!”. ¿Por qué piensa esto? ¿Por qué cambia repentinamente a mejor? ¿Existe una razón para ello? ¿Cuál es la razón? En realidad, es porque ha recuperado su deuda; esta ha sido pagada. Y así, hay causa y efecto. La historia empezó hace mucho, mucho tiempo, antes de que ambos nacieran y, por tanto, esta historia de su vida pasada se ha traído hasta la presente, y ninguno puede culpar al otro. Por muchas cosas que Zhang enseñara a su hijo, este nunca escuchaba y nunca hizo un trabajo diario honrado; sin embargo, el día en que se saldó la deuda, no hubo necesidad de enseñarle; su hijo entendió de forma natural. Este ejemplo es simple, y sin duda hay otros muchos. ¿Y qué les dice a las personas? (Que deberían ser buenos.) Que no deberían hacer el mal, ¡y que habrá retribución para las maldades! La mayor parte de los incrédulos, como puedes ver, comete muchas maldades, y sus fechorías acaban encontrando la retribución, ¿verdad? ¿Pero es esta retribución arbitraria? Todo lo que encuentra retribución tiene un trasfondo y una razón. ¿Piensas que no te pasará nada después de estafar dinero a alguien? ¿Piensas que después de haberles timado no habrá consecuencias para ti, tras haberte quedado con su dinero? Eso sería imposible: uno recibe lo que da; ¡esto es totalmente correcto! Es decir, independientemente de quiénes sean, de que crean o no que existe un Dios, las personas tienen que ser responsables de su conducta y cargar con las consecuencias de sus acciones. Con respecto a este ejemplo simple —Zhang es castigado, Li es retribuido—, ¿es justo? Lo es. Cuando las personas hacen cosas así, se produce ese tipo de resultado. ¿Y está separado de la administración del mundo espiritual? Es inseparable de ella. A pesar de la incredulidad de los que no creen en Dios, su existencia está sujeta a edictos y decretos celestiales de los que nadie puede escapar; por muy elevada que sea su posición en el mundo del hombre, nadie puede evitar esta realidad.

Los que no tienen fe creen a menudo que todo lo que se puede ver existe, y lo que no puede verse, o está muy lejos de las personas, no. Prefieren creer que no hay un “ciclo de la vida y la muerte”, que no hay “castigo”, y por tanto pecan y cometen maldades sin escrúpulos, tras lo cual son castigados, o se reencarnan en un animal. La mayoría de las diversas personas que componen el grupo de los incrédulos caen en este círculo vicioso. ¿Y por qué ocurre esto? Porque desconocen que el mundo espiritual es estricto en su administración de todos los seres vivientes. Tanto si crees como si no, esta realidad existe, porque ni una sola persona u objeto puede escapar del ámbito de lo observado por los ojos de Dios, y ni una sola persona u objeto pueden escapar de las reglas y limitaciones de los edictos celestiales y los decretos de Dios. Por eso te pongo este ejemplo simple; independientemente de si crees o no en Dios, es inaceptable pecar y cometer maldades; hay consecuencias, y esto es absoluto. Cuando alguien que le timó dinero a otro es castigado así, ese castigo es imparcial, razonable y justo. El mundo espiritual penaliza un comportamiento habitual como este y lo castiga por los decretos y los edictos celestiales de Dios, y una conducta tan malvada y profundamente criminal —violar y saquear, defraudar y engañar, robar y hurtar, asesinar y provocar incendios, etc.— está aún más sujeta a una variedad de castigos de diversa severidad. ¿Y qué incluyen estos castigos de severidad variada? Algunos de ellos utilizan el tiempo para establecer el nivel de severidad; unos lo hacen por medio de diferentes metodologías, y otros a través del lugar al que van las personas cuando se reencarnan. Por ejemplo, algunas personas son malhabladas. ¿A qué se refiere “malhablado”? Significa maldecir a los demás y emplear un lenguaje soez, que maldice a las personas. ¿Qué indica un lenguaje soez? Indica que quien lo emplea tiene un corazón necio. El lenguaje soez que maldice a las personas procede con frecuencia de la boca de tales personas, y viene acompañado de graves consecuencias. Después de que estas personas hayan muerto y recibido el castigo adecuado, pueden volver a nacer siendo mudos. Algunas personas son muy calculadoras cuando están vivas, suelen aprovecharse de los demás, sus pequeños ardides están particularmente bien planeados, y hacen muchas cosas que dañan a los demás. Cuando vuelven a nacer, pueden hacerlo como alguien estúpido o disminuido psíquico. Algunos espían a menudo la privacidad de otros; sus ojos ven muchas cosas que no deberían conocer, y saben muchas cosas que no deberían saber, por lo que cuando vuelven a nacer, pueden ser ciegos. Algunos son muy diestros cuando están vivos, pelean frecuentemente, y cometen mucha maldad y, por tanto, cuando vuelven a nacer pueden ser discapacitados, lisiados o mancos, jorobados o con el cuello torcido. Pueden caminar con cojera o tener una pierna más corta que la otra, etc. Y así, están sometidos a diferentes castigos según el nivel de maldad que cometieron mientras vivían. ¿Y qué me decís? ¿Por qué hay personas con los ojos torcidos? ¿Hay muchas personas así? Hoy las hay en cantidad. Algunos tienen los ojos torcidos porque en su vida pasada usaron demasiado sus ojos, hicieron demasiadas cosas malas, y por eso cuando nacen en esta vida sus ojos están torcidos, y en casos graves incluso están ciegos. ¿Piensas que es agradable mirar a estas personas que tienen los ojos torcidos? ¿Dan una buena impresión? Ves que tienen una buena estructura facial, su piel es clara y pálida, tienen los ojos grandes y los párpados dobles; pero desgraciadamente uno de sus ojos está torcido. ¿Qué aspecto tienen? ¿No afecta esto por completo a la apariencia de la persona? Y con este impacto, ¿qué tipo de vida tienen? Cuando conocen a otros, piensan de sí mismos: “¡Oh, tengo los ojos torcidos! No debo mirar tanto a las personas, no quiero que los vean. Tengo que hablar con la cabeza inclinada, no puedo mirarlos a la cara”. Sus ojos torcidos afectan a su forma de mirar las cosas, y a su capacidad de mirar a las personas a la cara. ¿No han perdido así el uso de sus ojos? ¿No se han compensado así los excesos de su vida anterior? Por tanto, en la siguiente vida, no se atreverán a hacer nada tan malo. ¡Esto es retribución!

Algunas personas se llevan bien con los demás antes de morir, hacen muchas cosas buenas por los que están a su alrededor, por sus seres queridos, sus amigos, sus colegas o por los que tienen relación con ellas. Ayudan a los demás, son caritativas y se preocupan por ellos, o los ayudan económicamente; otros tienen una buena opinión de ellos, y cuando estas personas vuelven al mundo espiritual no son castigadas. Que un incrédulo no sea castigado en forma alguna significa que fue una buena persona. En lugar de creer en la existencia de Dios, sólo lo hace en el Viejo Hombre en el Cielo. Sólo cree que hay un espíritu sobre él observando todo lo que él hace; eso es todo lo que cree. ¿Y cuál es el resultado? Se comporta mucho mejor. Estas personas tienen un corazón bueno y caritativo, y cuando regresan finalmente al mundo espiritual, este las tratará muy bien y pronto se reencarnarán y volverán a nacer. ¿Y a qué tipo de familia llegarán? Aunque no serán ricas, la vida familiar será tranquila, habrá armonía entre sus miembros, pasarán días felices y serenos, todos estarán gozosos y tendrán una buena vida. Cuando alcance la edad adulta, tendrá muchos hijos e hijas, y muchos parientes; sus hijos serán talentosos y disfrutarán del éxito, y ellos y su familia disfrutarán de una buena fortuna. Y ese resultado está muy conectado con la vida pasada de la persona. Es decir, toda su vida, hasta después de morir, adónde va cuando se reencarna, si es varón o mujer, cuál es su misión, qué cosas afrontarán en la vida, sus contratiempos, qué bendiciones disfrutan, a quién conocen, qué les pasará; nadie puede predecir esto, evitarlo ni esconderse de ello. Dicho de otro modo, después de que tu vida se haya establecido, en lo que te ocurre, por mucho que intentes evitarlo, y por cualquier medio que intentes eludirlo, no tienes forma de violar el curso vital que Dios ha establecido para ti en el mundo espiritual. Y es que cuando te reencarnas, el destino de tu vida ya se ha establecido. Sea bueno o malo, todos deben enfrentarse a esto, y tienen que seguir adelante; este es un asunto que nadie que vive en este mundo puede evitar, y ningún otro es más real. Bien, habéis entendido todo esto, ¿verdad?

Una vez comprendido esto, ¿veis que Dios tiene controles y una administración muy exigentes y rigurosos para el ciclo de la vida y de la muerte de los incrédulos? En primer lugar, Dios ha establecido diversos edictos celestiales, decretos y sistemas en el reino espiritual; después de la declaración de los mismos, estos se llevan a cabo tal como Dios los estableció, por seres que ocupan diversas posiciones oficiales en el mundo espiritual, y nadie se atreve a violarlos. Y así, en el ciclo de la vida y de la muerte de la humanidad en el mundo del hombre, tanto si alguien se reencarna como animal o como persona, existen leyes para ambos casos. Y al proceder estas leyes de Dios, nadie se atreve a quebrantarlas ni es capaz de hacerlo. El mundo material que las personas ven es regular y está ordenado únicamente por esa soberanía de Dios, y gracias a que estas leyes existen. Sólo por esa soberanía de Dios la humanidad puede coexistir pacíficamente con el otro mundo que es del todo invisible para la humanidad, y puede vivir en armonía con él. Todo esto es inextricable desde la soberanía de Dios. Tras la muerte de la vida carnal de un alma, esta sigue viva. ¿Qué pasaría, pues, si no tuviera la administración de Dios? El alma vagaría por todo el lugar, entrometiéndose en todas partes, y dañaría incluso a las cosas vivientes en el mundo de la humanidad. Ese daño no sólo se produciría contra la humanidad, sino también contra plantas y animales; pero las primeras en sufrir daño serían las personas. Si esto ocurriera, si dicha alma estuviera sin administración y realmente hiciera daño a las personas, y cometiera maldades, también se llevaría a cabo un tratamiento adecuado de la misma en el mundo espiritual: si las cosas fueran graves, el alma dejaría pronto de existir, sería destruida; de ser posible, se colocaría en algún lugar y se reencarnaría. Es decir, la administración de las diversas almas por parte del mundo espiritual se ordena y se lleva a cabo según unos pasos y unas reglas. Es sólo gracias a esa administración que el mundo material del hombre no ha caído en el caos, que la humanidad del mundo material posee una mentalidad normal, una racionalidad normal y una vida carnal ordenada. Sólo después de que la humanidad tenga una vida normal así serán capaces los que viven en la carne de continuar desarrollándose y reproduciéndose a lo largo de las generaciones.

¿Qué pensáis de las palabras que acabáis de oír? ¿Son nuevas para vosotros? ¿Y qué sentís después de que os haya dicho estas palabras hoy? Aparte de ser nuevas, ¿sentís algo más? Decidme. (Las personas deberían comportarse bien, y veo que Dios es grande y temible.) (Siento más reverencia hacia Dios; en el futuro seré más cauto cuando me ocurra algo, me comportaré mejor en lo que digo y hago.) (Habiendo oído la enseñanza de Dios acerca de cómo se ocupa Él del fin de diversos tipos de personas, en un aspecto siento que el carácter de Dios no permite ninguna ofensa, y que debería venerarlo a Él; y en otro aspecto, soy consciente de qué tipo de persona agrada a Dios, y cuál no, y por tanto quiero ser una de esas que le gustan.) ¿Veis que Dios tiene principios en Sus actos en este ámbito? ¿Cuáles son los principios por los cuales actúa? (Él establece el fin de las personas según todo lo que hacen.) Esto es en cuanto a los diversos finales para los incrédulos de los que acabamos de hablar. Cuando se trata de los incrédulos, ¿es el principio subyacente a las acciones de Dios el de recompensar a los buenos y castigar a los malvados? ¿Veis que hay un principio en las acciones de Dios? Deberíais ser capaces de ver que lo hay. Los incrédulos no creen realmente en Dios, no obedecen Sus orquestaciones y no son conscientes de Su soberanía, y mucho menos lo reconocen a Él. Y lo más grave, blasfeman contra Dios, y lo maldicen, y son hostiles hacia los que creen en Él. Aunque estas personas tienen semejante actitud hacia Dios, Su administración de ellas sigue sin desviarse de Sus principios; Él las administra de una forma ordenada de acuerdo con Sus principios y Su carácter. ¿Cómo considera Dios su hostilidad? ¡Como ignorancia! Y así ha hecho que estas personas —la mayoría de los incrédulos— se hayan reencarnado alguna vez como animales. Así pues, ¿qué dirías tú que son los incrédulos a los ojos de Dios? (Ganado.) A los ojos de Dios, son de ese tipo, son ganado. Dios administra el ganado y a la humanidad, y tiene los mismos principios para esta clase de personas. Incluso en la administración de estas por parte de Dios y Sus acciones hacia ellas, se sigue viendo Su carácter y las leyes para Su dominio sobre todas las cosas. Y así, ¿veis la soberanía de Dios en los principios por los cuales Él administra a los incrédulos de los que acabo de hablar? ¿Veis el carácter justo de Dios? (Lo vemos.) Veis la soberanía de Dios y Su carácter. Es decir, no importa de cuál de todas estas cosas se ocupe, Dios actúa de acuerdo con Sus propios principios y carácter. Esta es la esencia de Dios. Él no rompería descuidadamente con los decretos o edictos celestiales que estableció porque considere a este tipo de personas como ganado; Dios actúa según principios, sin el más mínimo desorden; Sus acciones no se ven afectadas en absoluto por ningún factor, y no importa lo que haga, todo se rige por Sus propios principios. Esto se decide por el hecho de que Dios tiene la esencia de Dios mismo, que es una esencia exclusiva no poseída por ningún ser creado. Dios es meticuloso y responsable en Su gestión, Su enfoque, Su dirección, Su administración y Su gobierno de cada objeto, persona y cosa viviente entre todas las cosas que creó, y nunca ha sido descuidado en esto. Para aquellos que son buenos, Él es misericordioso y bueno. A los que son malvados les inflige un castigo implacable; y para los diversos seres vivientes, hace disposiciones apropiadas de una forma oportuna y regular, de acuerdo con los diferentes requisitos del mundo de la humanidad en diferentes momentos, de forma que estos diversos seres vivientes se reencarnan según los papeles que desempeñan de una manera ordenada, y se mueven entre el mundo material y el espiritual de una forma ordenada. Esto es lo que la humanidad debería entender y conocer.

La muerte de un ser viviente, la terminación de una vida física, indica que el ser viviente ha pasado del mundo material al espiritual, mientras que el nacimiento de una nueva vida física indica que un ser viviente ha pasado del mundo espiritual al material y ha comenzado a acometer su papel, a desempeñar su papel. Tanto si es la partida como la llegada de un ser, ambas son inseparables de la obra del mundo espiritual. Cuando alguien llega al mundo material, Dios ya ha hecho disposiciones y definiciones apropiadas en el mundo espiritual para la familia a la que va, la era en la que llega, la hora en que lo hace y el papel que desempeña. Y, de esta forma, toda la vida de esta persona, las cosas que hace y las sendas que toma, procede de acuerdo con las disposiciones del mundo espiritual, sin el más mínimo error. En cambio, el momento en el que termina una vida física y la manera y el lugar en que lo hace son claros y discernibles para el mundo espiritual. Dios gobierna el mundo material y el espiritual, y no pospondrá el ciclo normal del alma de la vida y la muerte ni podrá cometer errores en las disposiciones de un ciclo de vida y muerte del alma. Cada uno de los alguaciles en los puestos oficiales del mundo espiritual lleva a cabo sus tareas, y hace lo que debería hacer, de acuerdo con las instrucciones y normas de Dios. Y así, en el mundo de la humanidad, todo fenómeno material observado por el hombre es ordenado, y no contiene caos. Todo esto se debe al gobierno ordenado de todas las cosas por parte de Dios, así como a que la autoridad de Dios lo domina todo, y todo aquello sobre lo que Él gobierna incluye el mundo material en el que vive el hombre y, además, el mundo espiritual invisible detrás de la humanidad. Por tanto, si la humanidad desea tener una buena vida, y desea vivir en un buen entorno, además de ser provista con todo el mundo material visible, debe serlo también con el espiritual, el que nadie puede ver, el que gobierna a todo ser viviente por causa de la humanidad, y que es ordenado. Por lo tanto, cuando se dice que Dios es la fuente de vida para todas las cosas, ¿no hemos añadido nuestra conciencia y entendimiento de “todas las cosas”?

2) El ciclo de la vida y la muerte de las diversas personas de fe
Acabamos de exponer el ciclo de la vida y de la muerte de la primera categoría: los incrédulos. Ahora, expongamos el de la segunda: las diversas personas de fe. “El ciclo de la vida y de la muerte de las diversas personas de fe” es también un tema muy importante, y es conveniente que tengáis algún entendimiento del mismo. Primero, hablemos de la fe a la que se refiere la “fe” en la expresión “personas de fe”: significa judaísmo, cristianismo, catolicismo, islam y budismo; estas cinco religiones principales. Además de los incrédulos, las personas que creen en estas cinco religiones ocupan una gran parte de la población del mundo. Entre estas cinco religiones, aquellos que han hecho una carrera de su creencia —seguidores que trabajan a tiempo completo para su fe— son pocos, aunque las mismas tienen muchos creyentes. Sus creyentes van a un lugar diferente cuando mueren. ¿“Diferente” de quién? De los incrédulos, las personas sin fe de las que acabamos de hablar. Después de morir, los creyentes de estas cinco religiones van a otro lugar, un lugar diferente al de los incrédulos. El mundo espiritual también emitirá un juicio sobre ellos con base en todo lo que hicieron antes de morir, tras lo cual serán procesados en consecuencia. ¿Pero por qué se pone a estas personas en otro lugar para procesarlas? Existe una razón importante para ello. ¿Y cuál es esta razón? Os lo contaré usando un ejemplo.

Tomemos el budismo: dejadme contaros una realidad. Un budista es, primeramente, alguien que se ha convertido al budismo, y es alguien que sabe cuál es su creencia. Cuando los budistas se cortan el pelo y se convierten en monje o monja, esto significa que se han apartado del mundo secular y han dejado atrás el clamor del mundo del hombre. Cada día cantan los sutras y sólo comen comida vegetariana, viven una vida ascética, y pasan sus días acompañados por la luz fría y débil de la lámpara de mantequilla. Pasan toda su vida de esta manera. Cuando su vida física termina, hacen un resumen de la misma, pero en sus corazones no saben adónde irán tras morir, con quién se encontrarán ni qué final tendrán; en sus corazones no tienen claras estas cosas. No han hecho otra cosa que pasar toda su vida acompañados por una fe, tras lo cual parten del mundo acompañados por deseos e ideales ciegos. Tal es la terminación de su vida física cuando dejan el mundo de los vivos, y cuando su vida física ha terminado, vuelven a su lugar original en el mundo espiritual. Si estas personas se reencarnan o no para regresar a la tierra y continuar su autocultivación depende de su conducta y autocultivación anterior a su muerte. Si no hicieron nada malo durante su vida, se reencarnarán y serán enviados rápidamente a la tierra de nuevo, donde se afeitarán de nuevo la cabeza y se convertirán en monjes o monjas. Lo harán de tres a siete veces: según el procedimiento de la primera vez, su cuerpo físico se autocultiva, tras lo cual mueren y regresan al mundo espiritual donde son examinados. Después de esto, si no hay problemas, pueden volver una vez más al mundo del hombre, y continuar su autocultivación, lo que quiere decir que pueden convertirse una vez más al budismo y continuar su autocultivación. Después de reencarnarse de tres a siete veces, regresarán una vez más al mundo espiritual al que van cada vez que su vida física acaba. Si sus diversas cualificaciones y su conducta en el mundo humano concuerdan con los edictos celestiales del mundo espiritual, desde este punto en adelante permanecerán allí; ya no se reencarnarán más como seres humanos ni habrá riesgo alguno de que se les castigue por hacer el mal en la tierra. No experimentarán este proceso nunca más. En su lugar, según sus circunstancias, adoptarán una posición en el ámbito espiritual, que es aquello a lo que los budistas hacen referencia como la consecución de la inmortalidad. Ahora lo entendéis, ¿verdad? ¿Y a qué se refiere la “consecución de la inmortalidad” en el budismo? Significa pasar a ser un oficial del mundo espiritual, y que no haya más oportunidad de reencarnación o castigo. Más aún, significa no sufrir más la irritación de ser humano después de reencarnarse. ¿Existe, pues, alguna oportunidad para ellos de reencarnarse como un animal? Definitivamente no. ¿Y qué significa esto? Que permanecen para asumir un papel en el mundo espiritual y ya no se reencarnan más como persona. Este es un ejemplo de inmortalidad conseguida.

¿Y qué ocurre con aquellos que no consiguen la inmortalidad? Cuando regresan al mundo espiritual, el alguacil pertinente los examina y verifica, comprobando que no se han autocultivado diligentemente ni han sido meticulosos cantando los sutras tal como lo prescribe el budismo; en vez de ello, cometieron muchas maldades e hicieron muchas cosas impías. Cuando vuelven al mundo espiritual, se celebra un juicio por sus maldades, tras el cual son castigados. No hay excepciones en esto. Así pues, ¿cuándo conseguirá la inmortalidad esta clase de persona? En la vida en la que no hagan el mal; cuando, tras retornar al mundo espiritual, se vea que no hicieron nada malo antes de morir. ¡De acuerdo! Siguen reencarnándose, siguen cantando los sutras, pasan sus días con la luz fría y débil de la lámpara de mantequilla, no matan a ningún ser viviente, no comen carne ni participan en el mundo del hombre, dejando sus problemas muy atrás, y no teniendo disputas con otros. Durante este proceso, no hacen el mal, tras lo cual vuelven al mundo espiritual, y después de que todas sus acciones y su comportamiento se hayan examinado, son enviados una vez más al mundo del hombre, en un ciclo que tiene lugar de tres a siete veces. Si no se producen alteraciones durante los mismos, su consecución de la inmortalidad no se verá afectada, y tendrán éxito. Este es un rasgo del ciclo de la vida y la muerte de todas las personas de fe: pueden conseguir la inmortalidad, y asumir una posición en el mundo espiritual. Esto es lo que los hace diferentes de los incrédulos. Primeramente, cuando están vivos en la tierra, ¿cuál es la conducta de los que pueden asumir una posición en el mundo espiritual? No deben cometer ningún mal en absoluto: asesinato, incendios provocados, violación o saqueo; si cometen fraude, engaño, hurto o robo, no pueden conseguir la inmortalidad. Es decir, si tienen alguna relación o afiliación con hacer el mal, no podrán escapar del castigo del mundo espiritual. Este lleva a cabo disposiciones adecuadas para los budistas que consiguen la inmortalidad: se les puede asignar la administración de aquellos que parecen creer en el budismo, y el Viejo Hombre en el Cielo, y se dará una jurisdicción a los budistas, que podrán administrar a los incrédulos, o ser un alguacil muy menor. Tal asignación tiene lugar de acuerdo con la naturaleza de estas almas. Este es un ejemplo del budismo.

Entre las cinco religiones de las que hemos hablado, el cristianismo es en cierto modo especial. ¿Y qué es especial en el cristianismo? Son personas que creen en el Dios verdadero. ¿Cómo pueden enumerarse aquí los que creen en el Dios verdadero? Porque el cristianismo reconoce meramente que hay un Dios, y se oponen a Él y le son hostiles. Han clavado una vez más a Cristo en la cruz, y se han enemistado con la obra de Dios de los últimos días, con el resultado de que han quedado al descubierto y se han visto reducidos a un grupo de fe. Como el cristianismo es un tipo de fe, está, sin duda, únicamente relacionado con la fe: es una especie de ceremonia, de denominación, de religión y algo apartado de la fe de aquellos que siguen verdaderamente a Dios. La razón por la que lo he enumerado entre las cinco religiones principales es que el cristianismo se ha visto reducido al mismo nivel que el judaísmo, el budismo y el islam. La mayor parte de los cristianos no creen que exista un Dios, o que Él gobierne sobre todas las cosas; y mucho menos creen en Su existencia. En su lugar, se limitan a emplear las Escrituras para hablar sobre teología, sirviéndose de esta para enseñar a las personas a ser amables, a soportar el sufrimiento, y a hacer cosas buenas. El cristianismo es este tipo de religión: sólo se concentra en teorías teológicas, no tiene absolutamente ninguna relación con la obra de Dios de gestionar y salvar al hombre, es la religión de aquellos que siguen a Dios pero a los que Él no reconoce. Sin embargo, Dios también tiene un principio para Su acercamiento a ellos. Él no los gestiona ni se ocupa de ellos de manera informal, a Su voluntad, del mismo modo que a los incrédulos. Su acercamiento a ellos es el mismo que a los budistas: si, mientras viven, los cristianos tienen autodisciplina, son capaces de regirse estrictamente por los Diez Mandamientos y los demás preceptos, y atenerse a las leyes en lo que estas exigen de su propia conducta, y si pueden hacer esto toda su vida, también tendrán que pasar la misma cantidad de tiempo pasando por los ciclos de la vida y de la muerte antes de alcanzar verdaderamente el presunto rapto. Después de conseguir este rapto, permanecen en el mundo espiritual, donde asumen una posición y pasan a ser uno de sus alguaciles. De igual manera, si perpetran maldades en la tierra, si son pecadores y cometen demasiados pecados, es inevitable que sean castigados y disciplinados con diversa severidad. En el budismo, conseguir la inmortalidad significa entrar en el Nirvana, ¿pero cómo lo llaman en el cristianismo? Se llama “entrar en el cielo” y ser “arrebatado”. Los que son verdaderamente arrebatados también pasan por el ciclo de la vida y de la muerte de tres a siete veces, tras lo cual, una vez muertos, vienen al mundo espiritual, como si se hubieran quedado dormidos. Si cumplen con los requisitos pueden quedarse y asumir un papel y, a diferencia de las personas en la tierra, no se reencarnarán de una forma simple ni según lo convencional.

Entre todas estas religiones, el final del que hablan y por el que se esfuerzan es el mismo que la consecución de la inmortalidad en el budismo, sólo que se consigue por diferentes medios. Todos son del mismo tipo. A las personas de estas religiones que son capaces de guardar estrictamente los preceptos religiosos en su conducta, a este grupo de personas, Dios le da un destino adecuado, un lugar apropiado al que ir, y lo gestiona apropiadamente. Todo esto es razonable, pero no es como la gente imagina. Ahora, habiendo oído lo que les ocurre a los cristianos, ¿cómo os sentís? ¿Os sentís tristes por ellos? ¿Simpatizáis con ellos? (Un poco.) No hay nada que pueda hacerse; sólo pueden culparse a sí mismos. ¿Por qué digo esto? La obra de Dios es verdadera, Él está vivo y es real, y Su obra tiene como objetivo a toda la humanidad y a toda persona; ¿por qué no aceptan esto los cristianos? ¿Por qué se oponen y persiguen a Dios como locos? Tienen suerte incluso de tener un final como este; ¿por qué sentís pena por ellos? Que se les trate de esta forma demuestra una gran tolerancia. Deberían ser destruidos con base en su grado de oposición a Dios; pero Él no lo hace, y simplemente trata al cristianismo de la misma forma que a una religión ordinaria. ¿Es, pues, necesario entrar en detalles sobre las otras religiones? ¿Cuáles son los valores de todas estas religiones? Que las personas sean buenas y no cometan maldades. Sufrir más dificultades, no hacer el mal, decir cosas agradables, hacer buenas obras, no maldecir a otros, no sacar conclusiones precipitadas sobre otros, distanciarse de las disputas, hacer buenas cosas, ser una buena persona; la mayoría de las enseñanzas religiosas son como estas. Y así, si estas personas de fe —estas personas de diversas religiones y denominaciones— son capaces de guardar estrictamente los preceptos religiosos, no cometerán grandes errores o pecados durante el tiempo que estén en la tierra, y después de reencarnarse de tres a siete veces, estas personas en general, los que son capaces de guardar estrictamente los preceptos religiosos, se quedarán para asumir un papel en el mundo espiritual. ¿Hay muchas personas así? No es fácil hacer el bien ni regirse por reglas y leyes religiosas. El budismo no permite a las personas comer carne; ¿podrías hacerlo? Si tuvieras que vestir túnicas grises y cantar sutras en un templo budista todo el día, ¿podrías hacerlo? No sería fácil. El cristianismo tiene los Diez Mandamientos y los demás preceptos; ¿son estos mandamientos y leyes fáciles de guardar? ¡No lo son! Veamos, por ejemplo, el maldecir a los demás: las personas son incapaces de cumplir esta norma, ¿verdad? Incapaces de frenarse, maldicen, y después de hacerlo ya no pueden volver atrás. ¿Y qué hacen entonces? ¡Confiesan sus pecados por la noche! No pueden refrenarse de maldecir a otros, y después de hacerlo sigue habiendo odio en sus corazones, y hasta llegan tan lejos como planear cuándo van a hacerles daño. En resumen, para los que viven en este dogma muerto, no es fácil dejar de pecar o cometer maldades. Y así, en cada religión, sólo unas pocas personas pueden alcanzar la inmortalidad. ¡Piensas que como muchas personas siguen estas religiones, muchos serán capaces de quedarse para asumir un papel en el reino espiritual! Pero no son tantos; sólo unos pocos son capaces de lograrlo. Generalmente es así para el ciclo de la vida y de la muerte de las personas de fe. Lo que las aparta es que pueden conseguir la inmortalidad, que es su diferencia con los incrédulos.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

viernes, 1 de marzo de 2019

Algunas personas creen que la fe en Dios debe basarse en la Biblia, pero ¿puede conseguir realmente la salvación la fe basada en la Biblia?

Biblia, estudios biblicos,pregunta acerca de la Biblia
Versículos bíblicos como referencia:
Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida (Juan5:39-40).
La respuesta de la palabra de Dios:
Sólo ella puede salvar al hombre. La Biblia no puede salvar al hombre; no ha cambiado en absoluto durante varios miles de años y, si la adoras, nunca obtendrás la obra del Espíritu Santo.
de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Las personas han estudiado la Biblia durante todos estos años, han venido con muchas explicaciones, y realizado mucho trabajo; también tienen muchas opiniones diferentes acerca de ella, que debaten interminablemente, de manera que se han formado más de dos mil denominaciones hoy. Todos quieren encontrar algunas explicaciones especiales, o misterios más profundos en la Biblia, quieren explorarla, y encontrar en ella el trasfondo de la obra de Jehová en Israel, de la de Jesús en Judea, o más misterios que nadie más conoce. El acercamiento de las personas a la Biblia se produce por obsesión y fe, y nadie puede aclarar del todo la historia interna o la esencia de la misma. Así pues, el resultado es que las personas siguen teniendo hoy una sensación indescriptible de magia cuando se trata de la Biblia; aún más que eso, están obsesionadas con ella, y tienen fe en ella. Hoy en día, todos quieren encontrar las profecías de la obra de los últimos días en la Biblia, quieren descubrir qué obra hace Dios durante los últimos días y qué señales hay para los últimos días. De esta forma, su adoración de la Biblia se vuelve más ferviente, y mientras más se acercan los últimos días, más credibilidad dan a sus profecías, particularmente a las relativas a estos. Con esa creencia ciega en la Biblia, con esa confianza en ella, no tienen deseo de buscar la obra del Espíritu Santo. En las ideas de las personas, piensan que sólo ella puede traer la obra del Espíritu Santo; sólo en ella pueden encontrar los pasos de Dios; sólo en ella están escondidos los misterios de Su obra; sólo la Biblia —no otros libros o personas— puede clarificar todo lo de Dios y la totalidad de Su obra; la Biblia puede traer la obra del cielo a la tierra; y puede tanto comenzar como concluir las eras. Con estos conceptos, las personas no tienen inclinación a buscar la obra del Espíritu Santo. Así pues, independientemente de cuánta ayuda prestara la Biblia a las personas en el pasado, esta ha pasado a ser un obstáculo para la obra más reciente de Dios. Sin ella, las personas podrían buscar los pasos de Dios en cualquier otro lugar; pero hoy, la Biblia los ha contenido, y extender Su obra reciente ha pasado a ser doblemente difícil, y una ardua lucha. Todo esto se debe a los capítulos y los dichos famosos de la Biblia, así como sus diversas profecías. La Biblia se ha vuelto un ídolo en las mentes de las personas, un enigma en sus cerebros, y son simplemente incapaces de creer que Dios puede obrar excluyéndola, de creer que las personas pueden encontrar a Dios fuera de la Biblia, y mucho menos son capaces de creer que Dios podría apartarse de ella durante la obra final y comenzar de nuevo. Esto es impensable para las personas; no pueden creerlo ni imaginarlo. La Biblia se ha convertido en un gran obstáculo para que los hombres acepten la nueva obra de Dios, y ha dificultado su desarrollo.
de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
La Biblia es un libro histórico, y si hubieras comido y bebido el Antiguo Testamento durante la Era de la Gracia, si hubieras puesto en práctica lo exigido en la época del Antiguo Testamento en la Era de la Gracia, Jesús te habría rechazado y condenado; si hubieras aplicado el Antiguo Testamento a la obra de Jesús, habrías sido un fariseo. Si hoy pones juntos el Antiguo y el Nuevo Testamento para comerlos y beberlos, y practicar, el Dios de hoy te condenará; ¡habrás quedado atrás en la obra actual del Espíritu Santo! ¡Si comes el Antiguo y el Nuevo Testamento, estás fuera de la corriente del Espíritu Santo! […]
La obra realizada por Jesús durante la época del Nuevo Testamento abrió una nueva obra: Él no obraba según la del Antiguo Testamento, ni aplicaba las palabras habladas por Jehová del Antiguo Testamento. Él hacía Su propia obra, una más nueva y más elevada que la ley. Por eso dijo: “No penséis que he venido a destruir la ley o a los profetas; Yo no he venido a destruirla sino a hacer que se cumpla”. Así pues, de acuerdo con lo que Él cumplió, rompió con mucha doctrina. Llevaba a los discípulos a los campos de trigo a recoger y comer los granos. No guardaba el día de reposo y dijo: “El Hijo del Hombre es Señor incluso del día de reposo”. En esa época, según las normas de los israelitas, quienquiera que no guardase el día de reposo sería apedreado hasta la muerte. Sin embargo, Jesús nunca entró en el templo ni guardó el día de reposo, y Jehová no llevó a cabo Su obra durante la época del Antiguo Testamento. Por tanto, la obra realizada por Jesús sobrepasó la ley del Antiguo Testamento, era más elevada que esta y no concordaba con ella. Durante la Era de la Gracia, Jesús no obró según la ley del Antiguo Testamento, había desafiado esas doctrinas. Hoy sigue habiendo personas que se adhieren a la Biblia, y a la ley del Antiguo Testamento en particular, ¿no niega esto la obra de Jesús? Algunos dicen que la Biblia es un libro sagrado, que debe leerse, y algunos dicen que la obra de Dios debe sostenerse para siempre, que el Antiguo Testamento es el pacto de Dios con los israelitas, que no se puede prescindir de él, ¡y que el día de reposo siempre debe guardarse! ¿No son ridículos? ¿Por qué no guardaba Jesús el día de reposo? ¿Estaba pecando? ¿Quién puede ver a través de tales cosas? Independientemente de cómo leas la Biblia, será imposible conocer la obra de Dios usando los poderes de comprensión del hombre. No sólo no obtendrás un conocimiento puro de Dios, sino que tus ideas se volverán cada vez más atroces, de forma que empezarás a oponerte a Dios. De no ser por la encarnación de Dios hoy, las personas se perderían por sus propios conceptos, y morirían en medio del castigo de Dios.
de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Si deseas ver la obra de la Era de la Ley, y cómo siguieron los israelitas el camino de Jehová, debes leer el Antiguo Testamento; si deseas entender la obra de la Era de la Gracia, debes leer el Nuevo Testamento. ¿Pero cómo ves la obra de los últimos días? Debes aceptar el liderazgo del Dios de hoy, y entrar en la obra de hoy, porque esta es la nueva obra, y nadie la ha registrado anteriormente en la Biblia. Hoy, Dios se ha hecho carne y ha seleccionado a otros escogidos en China. Él obra en estas personas, continúa Su obra en la tierra, continúa la obra de la Era de la Gracia. La obra de hoy es una senda por la que el hombre nunca ha caminado, y que nadie ha visto nunca. Es una obra que nunca se ha hecho antes: es la obra más reciente de Dios en la tierra. Así pues, la obra que nunca se ha hecho antes no es historia, porque ahora es ahora, y aún no se ha convertido en pasado. Las personas no saben que Dios ha hecho una obra mayor y más nueva en la tierra, y fuera de Israel, que ya ha ido más allá del ámbito de este, así como de las predicciones de los profetas, que es una obra nueva y maravillosa fuera de las profecías, y una obra más nueva más allá de Israel, que las personas no pueden percibir ni imaginar. ¿Cómo podría contener la Biblia registros explícitos de tal obra? ¿Quién podría haber registrado cada pedazo de la obra de hoy, sin omisión, de antemano? ¿Quién podría registrar esta obra más poderosa y sabia que desafía a las convenciones del viejo libro enmohecido? La obra de hoy no es historia, y como tal, si deseas caminar por la nueva senda de hoy, debes salir de la Biblia, ir más allá de los libros de profecía o historia en ella. Sólo entonces serás capaz de caminar por la nueva senda apropiadamente, y sólo entonces serás capaz de entrar en la nueva esfera y en la nueva obra.
de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Si hay un camino más elevado, ¿por qué estudiar ese más bajo y obsoleto? Si hay declaraciones y una obra más nuevas, ¿por qué vivir entre relatos históricos? Las nuevas declaraciones pueden proveer para ti, lo que demuestra que esta es la nueva obra; los viejos relatos no pueden saciarte ni satisfacer tus necesidades actuales, y esto significa que son historia, y no la obra del aquí y ahora. El camino más elevado es la obra más nueva, y con ella, por muy alto que fuera el camino del pasado, sigue siendo la historia de las reflexiones de las personas; independientemente de su valor como referencia, sigue siendo el camino antiguo. Aunque se registra en el “libro sagrado”, el camino antiguo es historia; aunque no hay constancia del mismo en el “libro sagrado”, el nuevo camino es del aquí y el ahora. Este puede salvarte y cambiarte, porque es la obra del Espíritu Santo.
de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida y nunca podrán obtener el camino perpetuo de la vida. Esto es así porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años en vez del agua de vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no siempre estarás en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos son las palabras que sólo pueden darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees son eso que sólo pueden enriquecer tu lengua, no las filosofías que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aun los caminos que te pueden llevar a la perfección. […] observes quién está obrando ahora, quién está llevando ahora a cabo la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida.
de ‘Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”
Recomendación: Reflexiones Cristianas
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.