"Vivid siempre alegres. Orad sin intermisión. Dad gracias por todo al Señor; porque esto es lo que quiere Dios que hagáis todos en nombre de Jesucristo" (1 Tesalonicenses 5:15-17). Cada persona que cree en Dios no puede dejar la vida de oración. La oración es la mejor oportunidad acercarse a Dios. Que la oración sea el mejor hábito de nuestra vida.
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sábado, 12 de octubre de 2019
martes, 14 de mayo de 2019
Devocionales cristianos | ¿Cómo podemos vivir una vida significativa en nuestra corta vida?
Devocionales cristianos | ¿Cómo podemos vivir una vida significativa en nuestra corta vida?
“Si tengo una segunda vida, creeré en Dios…” Eso dijo mi padre cuando estaba por morir. Él dejó este mundo lleno de preocupaciones y arrepentimientos. Al recordar esto sentí una gran tristeza y no pude evitar recordar su vida…
viernes, 10 de mayo de 2019
Devocionales cristianos | La forma de alejarse de las tragedias de la vida
Devocionales cristianos | La forma de alejarse de las tragedias de la vida
Una vez escuché una historia que decía: muchas personas importantes fueron a ver a un viejo profesor para quejarse del estrés del trabajo y de la vida. Entonces el maestro les preparó un termo de café y trajo consigo una variedad de tazas para que escogieran. Cada uno, escogió una taza bonita y costosa; pero nadie quiso beber de las tazas comunes y baratas. Basado en esto, el maestro les enseñó una lección: la taza no cambiaría la calidad del café, pero aún así, todos escogieron las tazas bonitas, lo cual era la fuente de su estrés. Él dijo: “la vida es como el café. Trabajo, dinero, fama y vuestra posición social son como las tazas. Aquellos que viven una vida feliz, disfrutan de su café sin mirar la taza”.
lunes, 29 de abril de 2019
Devocionales cristianos | pasos para ser honesto y poder entrar en el reino de los cielos

Devocionales cristianos | pasos para ser honesto y poder entrar en el reino de los cielos
Leí la palabra del Señor Jesús en la Biblia, “… En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Me di cuenta de que Dios le gusta al hombre honesto. Él espera que no tengamos pretensiones sino que nos convirtamos en una persona honesta como los inocentes niños. Ya que sólo el honesto puede entrar en el reino de los cielos. Entonces, ¿qué deberíamos hacer para ser una persona honesta? A menudo me inquieta esta cuestión. Gracias a la guía del Señor, tengo el conocimiento de cómo ser honesto. Por eso, quiero compartirlo con ustedes.
Primero, Ser honesto en la oración
Está escrito en el libro de Juan 4:23-24, el Señor Jesús dijo, “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad”. Esta parte de las escrituras me hace saber que el primer paso para ser honesto es compartir nuestros pensamientos íntimos, nuestra condición actual y dificultades reales con Dios en vez de hacer las cosas para presumir delante de otros, o decir las palabras bonitas o contrarias a nuestras propias convicciones para defraudar a Dios. Como el libro de Lucas 18:10-14 dijo, “Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. ‘Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano.’ Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘Dios, ten piedad de mí, pecador.’ Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; […]”. Al escuchar la plegaria del fariseo y el publicano, nos damos cuenta que la plegaria del publicano fue extremadamente sencilla, sólo pedía la misericordia de Dios para él, un pecador. Pero él reconoció sus errores con un corazón verdadero y se arrepintió de lo que había hecho mal ante Dios. Por el contrario, el fariseo sólo dijo algo bonito en la plegaria para vanagloriarse ante Dios y presumir ellos mismos delante de los demás. Realmente, no abrió su corazón y habló las palabras dentro de su corazón a Dios. Por tanto, aunque sus plegarias fueron bonitas, no podía recibir la aprobación de Dios. El Señor Jesús expuso a los fariseos, “que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación” (Marcos 12:40). En la vida real, deberíamos practicar hablar con seguridad a Dios, decirle la verdad y aceptar Su observación en nuestras palabras y obras, cuando oremos a Dios. Sólo de esta forma, nos podemos poner en el camino de ser una persona honesta.
Segundo, Ser una persona honesta
Deberíamos decir la verdad y abandonar las mentiras. El Señor Jesús dijo, “Antes bien, sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’; y lo que es más de esto, procede del mal ” (Mateo 5:37). Su palabra nos dice que deberíamos ir directamente al grano y hablar de forma práctica y realista, hablar sinceramente y no hacer o decir nada deshonesto. Si no hablamos sinceramente, seremos perversos. Pensando en mi vida diaria, a menudo dije bastante que no es preciso para bien de mis propios intereses y estado. Por ejemplo, algunas veces tuve que hablar en contra de mi voluntad para adorar a otros. Por temor a que los otros me rechazaran la mirada, maquillaría la verdad y diría algo que me ensalzara para dar una buena impresión. Cuando no me salían muy bien las cosas en el trabajo, siempre me esforzaba para que el problema pareciese, y lo trivializaba cuando informaba sobre él. Estos problemas a menudo surgen en nuestra vida diaria y necesitan ser solucionados cuando intentamos ser honestos. Entonces, ¿qué deberíamos hacer para resolverlos sin mentir ni decepcionar? Lo primero es establecer demandas estrictas sobre nosotros mismos y lo que decimos. Debemos aceptar que Dios ve en nuestro corazón si nuestras palabras y obras son verdaderas para ver que si existe mezcla en palabras. Si hay mezcla, debemos orar para revelarnos nuestras intenciones personales que no son correctas. Sólo de esta forma, nuestras mentiras se disminuirán más.
Tercero, No deberíamos engañar a Dios con nuestra indolencia al cumplir nuestros deberes
El Señor nos pide, “… Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento” (Mateo 22:37-38). Su palabra nos dice que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. Cuando cumplimos nuestros deberes, no debemos hacer tratamientos con Dios de manera superficial o engañarle con nuestra indolencia, sino darle a Dios lo mejor de nosotros mismos y agotarnos completamente para Él sin la adulteración de motivaciones, metas, u oficios. Sin embargo, cuando se trata de asuntos que involucren mis propios beneficios personales y se me requiera sufrir y pagar un precio, sólo estuve consciente de la carne y no pude llevar a cabo mi deber con mi corazón y fortaleza, pero quería ser descuidado y escatimar esfuerzos sin buscar ningún resultado, nunca considerando si esto puede satisfacer a Dios. Por ejemplo, cuando regué a los nuevos creyentes, sólo estuve contento que todo estaría hecho siempre y cuando los nuevos creyentes tuvieran la voluntad de asistir a reuniones, y no me importaba si ellos comprendían la verdad. Algunas veces, los hermanos y hermanas eran pasivos y débiles, sólo comunicaba con ellos pero no mantenía un seguimiento de sus situaciones personales para poder ayudarles y apoyarles. Para solucionar el problema de trabajar a la ligera, deberíamos reflejar si hemos cumplido nuestros deberes de forma aceptable, si pusimos nuestro corazón al cumplir nuestro deber y lo dimos todo de nosotros. Además, orar más a Dios, y aceptar Su observación y la supervisión de otros. Practicar esto por un tiempo nos ayudará a disminuir la situación engañosa en nuestros deberes.
Cuarto, Para ser una persona honesta, deberíamos dar nuestro corazón a Dios
Este es el método de práctica más crítico. El Señor dijo, “Este pueblo con los labios me honra, pero su corazon esta muy lejos de mi. ‘Mas en vano me rinden culto, […]’” (Mateo 15:8-9). Lo que Dios espera es que le demos completamente nuestro corazón, en vez de decir que creemos en Él y le adoramos sólo con nuestras palabras. Aunque recibamos bendiciones o sufrimos infortunios, nuestra fe nunca debe cambiar. Finalmente, podemos entregar a nosotros mismos a Dios, sometiéndonos a Su soberanía y disposiciones sin ninguna razón ni condiciones, sin discutir nuestras propias ganancias y pérdidas. Justo como las pruebas de Job, que perdió su propiedad y sus hijos, sufriendo el tormento de la enfermedad. Sin embargo, todavía mantuvo su integridad sin nadie que comprenda, ni quejarse ni malinterpretar a Dios, ni perder la confianza en Él. Además, Él creyó en la soberanía de Dios y se entregó verdaderamente a Él. Otro ejemplo, cuando Abraham le mandó Dios que entregara a su único hijo Isaac como una ofrenda sacrificial, no pidió razones ni se quejó a Dios, estuvo dispuesto de devolverle incondicionalmente a Dios su hijo favorito, que fue nacido cuando tenía cien años de edad. Y Pedro, fue crucificado cabeza abajo por seguir a Jesuscristo, y así sucesivamente. Ellos son los honestos a los ojos de Dios porque le han dado su corazón. Comparados con ellos, no puedo obedecer o adorar a Dios sin condiciones. En vez de eso, sólo quiero pagar el precio por recibir las bendiciones de Dios en el cielo, y trabajar duro en cambio por la corona de la justicia. Tales son las manifestaciones de engañar a Dios. Aunque yo creo en Dios, Dios no está en mi corazón y no le puedo entregar mi corazón. Por tanto, ser una persona honesta que sea deleitable a Dios, es necesario que nosotros le demos nuestro corazón a Él. Deberíamos orarle a Dios, confiar en Él siempre en todos los acontecimientos, y actuar en base a Su voluntad. Sin importar lo que hagamos, no deberíamos conspirar por nuestros propios intereses, sino sometimos a la soberanía de Dios y Sus disposiciones.
Para ser una persona honesta, debemos cumplir con estos cuatro aspectos en la práctica: primero, hablar las palabras de nuestro corazón a Dios; decir la verdad cuando nos enfrentemos con algo; responsabilizarnos de nuestro deber, ser serios y cuidadosos; buscar la voluntad de Dios y entregarnos a Su soberanía y disposiciones, sin quejarnos a Él aunque nos ponga pruebas o recibimos bendiciones o infortunios. Sólo de esta forma, podemos ser una persona honesta que sea probada por Dios.
Leer más:Reflexiones cristianas
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
domingo, 28 de abril de 2019
Devocionales cristianos | Como cristianos, no podemos ignorar la necesidad de reunirnos con regularidad

¡Hola, hermanos y hermanas de la Etapa del Amor!
Estoy agotada durante el día y no puedo dormir lo suficiente por la noche. Así que no quiero reunirme de manera regular porque siento que me ha limitado, creo que está bien hablar con alguien cuando lo necesito, pero no sé lo que me sucede, ¿cómo puedo resolver este problema?
Hola hermana Alma:
No estamos dispuestos a reunirnos y creemos que es suficiente con que podamos hablar con alguien cuando lo necesitemos, porque no entendemos lo que es creer verdaderamente en Dios y la importancia de reunirnos. ¡Gracias al Señor! Me gustaría compartir algunos conocimientos sobre este aspecto. Espero que te pueda beneficiar mucho.
¿Qué es creer verdaderamente en Dios?
Todos sabemos que el objetivo de Dios al crear al hombre, en principio, es que lo glorifiquemos y lo adoremos en la tierra. El Señor Jesús dijo: “[…] Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento” (Mateo 22:37-38). Como creyentes en el Señor, debemos poner el creer en Dios y adorar a Dios por encima de todo y mantener una relación regular con Dios. Reunirse, orar, comunicar la verdad y cantar himnos de alabanza a Dios son el decoro que los cristianos deben tener, y la responsabilidad que nosotros como seres creados debemos cumplir. La palabra de Dios dice: “Hay algunas personas cuya creencia nunca ha sido reconocida en el corazón de Dios. En otras palabras, Él no reconoce a estas personas como seguidores suyos, porque no elogia su creencia. […] Consideran que creer en Dios es una especie de pasatiempo de aficionado, tratan a Dios simplemente como un sustento espiritual, […] ¿Cómo mira Dios a estas personas? Las ve como no creyentes” (“Cómo conocer el carácter de Dios y el resultado de Su obra”). De esto podemos ver que ante los ojos de Dios somos incrédulos si creemos en Él sólo de palabra, confiamos en Él en nuestros corazones y tratamos de creer en Él como un sustento espiritual. El propósito de la obra de Dios es salvarnos, ya que hemos sido corrompidos por Satanás. Los verdaderos creyentes en Dios siempre deben venir ante Dios, leer más la palabra de Dios y actuar de acuerdo con los requisitos y palabra de Dios en las circunstancias de su vida. Lo verdaderos creyentes no viven en el viejo y corrupto carácter satánico, sino que obedecen la obra de Dios, persiguen desechar el carácter corrupto y tienen conocimiento acerca de la obra de Dios, Su carácter y esencia. Esto es verdaderamente creer en Dios. Y sólo de esta manera podemos ser alabados y salvos por Dios, y finalmente ser traídos a Su reino. Por el contrario, si no tenemos una relación regular con Dios, no asistimos a las reuniones, no oramos a Dios o hablamos sobre de la verdad, sino que consideramos que creer en Dios es una especie de pasatiempo, Dios verá nuestra creencia como una especie de fe, viéndonos como incrédulos. Así que aunque creamos en Él hasta el final, no podemos ser ensalzados por Dios. No sólo perderemos la oportunidad de la salvación de Dios, sino que perderemos el valor y el significado de la vida como ser de Su creación.
La vida de la Iglesia es de vital importancia
Si queremos que nuestra fe sea aprobada por Dios y deseamos recibir la salvación de Dios, debemos conocer la importancia de la vida de iglesia. La Biblia dice, “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca” (Hebreos 10:25). “Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19). No tenemos un receptor que nos permita recibir automáticamente la verdad y es difícil para nosotros entender las verdades y misterios en la palabra de Dios. Aunque hemos aprendido un poco del significado literal de las palabras de Dios, no conocemos en absoluto las intenciones de Dios ni Sus requisitos para el hombre. De esta manera, aunque seguimos a Dios, no tenemos idea de cómo cumplir la voluntad de Dios y cómo satisfacer Sus exigencias. Por lo tanto, en lo que hemos creído es en el Dios de nuestras propias naciones y en un Dios ambiguo que está en el cielo. Tal creencia no es práctica. Sin embargo, cuando leemos la palabra de Dios en las reuniones con los hermanos y hermanas, existe una comunión de nuestro propio entendimiento sobre la palabra de Dios, y aprendemos a través de la nueva luz de la comunión de otros y por experimentar la vida de la iglesia, obtendremos más. Especialmente cuando no entendemos la palabra de Dios, podemos buscar la voluntad de Dios y orar a Dios con la misma mente, y entonces el Espíritu Santo obrará en nosotros. Podemos entender el significado implícito de la palabra de Dios a través de la iluminación y guía del Espíritu Santo. A medida que conocemos gradualmente la voluntad y los requerimientos de Dios, tendremos una dirección y un objetivo. Las dificultades en nuestro trabajo y los problemas en la vida serán resueltos debido a nuestra comprensión de la verdad, que nos hará relajarnos y nos hará libres. Por lo tanto, no nos enredaremos con el mundo secular. Sólo al esforzarnos por cumplir la voluntad y los requisitos de Dios, podemos caminar por el camino de la salvación de Dios.
Es difícil ganar la obra del Espíritu Santo si no vivimos la vida de iglesia. No podemos entender la verdad y entrar en la realidad de la verdad sin la obra del Espíritu Santo. Así, no saborearemos el gozo de la presencia de Dios, mucho menos alcanzaremos la salvación de Dios. La palabra de Dios dice: “Si tu vida espiritual no es normal, no puedes entender la obra actual de Dios; siempre sientes que es del todo incompatible con tus propias nociones; aunque estás dispuesto a seguirlo, te falta el empuje interno. Así que, independientemente de lo que Dios esté haciendo en la actualidad, las personas deben cooperar. Si las personas no colaboran, el Espíritu Santo no puede realizar Su obra, y si las personas no tienen un corazón de cooperación, no pueden alcanzar la obra del Espíritu Santo. […] Si las personas no colaboran con Dios ni buscan una entrada más profunda, Dios les quitará lo que una vez tuvieron. En su interior, las personas siempre tienen ansias de comodidad y preferirían tomar la ruta fácil. Quieren conseguir las promesas de Dios sin pagar precio alguno. Estos son los pensamientos extravagantes que hay en la humanidad. Ganar la vida sin pagar un precio; ¿qué ha sido alguna vez tan fácil? Cuando alguien cree en Dios y busca entrar a la vida y busca un cambio en su carácter, debe pagar un precio y alcanzar un estado donde siempre siga a Dios sin importar lo que Él haga. Esto es algo que las personas deben hacer. Incluso si se sigue todo esto como una regla, uno debe atenerse a esto y, sin importar lo grandes que sean las pruebas, no se puede abandonar la relación normal con Dios. Se debe poder orar, mantener la vida de la iglesia y permanecer con los hermanos y hermanas. Cuando Dios te prueba, debes seguir buscando la verdad. Esto es lo mínimo para una vida espiritual” (“Debes mantener tu lealtad a Dios”). A partir de esto podemos ver que, sin importar cuán ocupados estemos por nuestro trabajo y cuán cansados estamos, es importante para nosotros mantener una vida espiritual regular. Orar, leer la Palabra de Dios y tener reuniones son parte de la vida espiritual. No seremos merecedores de la obra del Espíritu Santo si no somos capaces de poner esto en práctica. Aunque estamos dispuestos a seguir a Dios en nuestro corazón, no tenemos confianza en nuestro interior. Así que lo mínimo para nuestra fe es orar, tener reuniones y leer las palabras de Dios regularmente. Sólo guardando la vida espiritual y las reuniones, nuestra vida en espíritu puede ser fuerte.
Es difícil ganar la obra del Espíritu Santo si no vivimos la vida de iglesia. No podemos entender la verdad y entrar en la realidad de la verdad sin la obra del Espíritu Santo. Así, no saborearemos el gozo de la presencia de Dios, mucho menos alcanzaremos la salvación de Dios. La palabra de Dios dice: “Si tu vida espiritual no es normal, no puedes entender la obra actual de Dios; siempre sientes que es del todo incompatible con tus propias nociones; aunque estás dispuesto a seguirlo, te falta el empuje interno. Así que, independientemente de lo que Dios esté haciendo en la actualidad, las personas deben cooperar. Si las personas no colaboran, el Espíritu Santo no puede realizar Su obra, y si las personas no tienen un corazón de cooperación, no pueden alcanzar la obra del Espíritu Santo. […] Si las personas no colaboran con Dios ni buscan una entrada más profunda, Dios les quitará lo que una vez tuvieron. En su interior, las personas siempre tienen ansias de comodidad y preferirían tomar la ruta fácil. Quieren conseguir las promesas de Dios sin pagar precio alguno. Estos son los pensamientos extravagantes que hay en la humanidad. Ganar la vida sin pagar un precio; ¿qué ha sido alguna vez tan fácil? Cuando alguien cree en Dios y busca entrar a la vida y busca un cambio en su carácter, debe pagar un precio y alcanzar un estado donde siempre siga a Dios sin importar lo que Él haga. Esto es algo que las personas deben hacer. Incluso si se sigue todo esto como una regla, uno debe atenerse a esto y, sin importar lo grandes que sean las pruebas, no se puede abandonar la relación normal con Dios. Se debe poder orar, mantener la vida de la iglesia y permanecer con los hermanos y hermanas. Cuando Dios te prueba, debes seguir buscando la verdad. Esto es lo mínimo para una vida espiritual” (“Debes mantener tu lealtad a Dios”). A partir de esto podemos ver que, sin importar cuán ocupados estemos por nuestro trabajo y cuán cansados estamos, es importante para nosotros mantener una vida espiritual regular. Orar, leer la Palabra de Dios y tener reuniones son parte de la vida espiritual. No seremos merecedores de la obra del Espíritu Santo si no somos capaces de poner esto en práctica. Aunque estamos dispuestos a seguir a Dios en nuestro corazón, no tenemos confianza en nuestro interior. Así que lo mínimo para nuestra fe es orar, tener reuniones y leer las palabras de Dios regularmente. Sólo guardando la vida espiritual y las reuniones, nuestra vida en espíritu puede ser fuerte.
Además, hemos sido profundamente corrompidos por Satanás, no amamos las cosas positivas y nuestra naturaleza está llena del veneno de Satanás. Si no estamos a menudo cerca de Dios, es fácil para nosotros hundirnos en la trampa de Satanás, actuar en contra de la voluntad de Dios, que hará que Dios nos desprecie. El tener reuniones es una buena oportunidad para acercarse a Dios, a través de la cual nuestra relación con Dios puede ser más cercana. Podemos vivir delante de Dios en todo momento y aceptar los mandatos de Dios, para que no seamos poco convencionales y sin restricciones, sino que vivamos protegidos bajo la mirada vigilante de Dios. Mientras tanto, seremos claros y astutos en nuestro espíritu cuando tengamos una relación apropiada con Dios. Ganaremos discernimiento acerca de lo que Dios aborrece y lo que a Dios le gusta y estaremos del lado de Dios cuando nos sucedan cosas, no seguiremos a la carne y a Satanás para rebelarnos y resistir a Dios. Por lo tanto, obtendremos más bendiciones de Dios. Por ese motivo, la vida de iglesia es de vital importancia para saber si finalmente podemos ser salvos y aprobados por Dios.
Vivir en la presencia de Dios y bajo Su protección
El Señor Jesús dijo: “Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera” (Mateo 11:30). La vida que el Señor nos da es ligera. Y espera que podamos vivir una vida libre y relajada, no tan cansada. Pero ¿por qué siempre sentimos que nuestro trabajo es tan duro que no queremos reunirnos? Todos estos pensamientos provienen de Satanás y ahí está su engaño. Dios dice: “[…] lo que Dios quiere hacer en el hombre es justo lo que Satanás quiere destruir y lo que Satanás quiere destruir se expresa a través del hombre sin estar oculto en lo absoluto. […] La destrucción de Satanás en la humanidad también se representa claramente, cada vez son más depravados y sus condiciones se están hundiendo cada vez más bajo. Si es lo suficientemente grave podrían ser capturados por Satanás” (“Interpretación de la Decimoquinta Declaración”). Satanás es un enemigo de Dios. En todos los aspectos se opone a Dios y a menudo actúa sobre nuestra debilidad fatal para perturbar nuestra relación normal con Dios, permitiéndonos seguir y cuidar nuestra carne. Su propósito es alejarnos de Dios y perseguir una vida decadente y degenerada, y así lograr vencernos. Si siempre nos ponemos cómodos con nosotros mismos y satisfacemos los deseos carnales, estaremos cada vez más lejos de Dios, y las conspiraciones de Satanás prevalecerán. Por lo tanto, bajo estas circunstancias, debemos especialmente acercarnos más a Dios y estar más cerca de Él, orar más a Él y aprender a confiar en Él, pero no dejar la vida de iglesia. Debemos decidirnos para satisfacer a Dios. Cuando decidimos cooperar con Dios, Satanás se apresurará a escapar tan pronto como vea que su plan no funciona en nosotros. No nos sentiremos más limitados por las reuniones mientras estemos en una buena situación. Al contrario, pensaremos que las reuniones son una forma de disfrutar del amor de Dios.
¡Gracias por la guía de Dios! Hermana Anjing, eso es todo por nuestra confraternidad. Espero que la interacción de hoy sea útil para ti. Si tienes alguna pregunta, podemos discutirla juntos más tarde…
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
sábado, 27 de abril de 2019
Devocionales cristianos | El evangelio del descenso del reino es la respuesta a tus preguntas y te ayuda a descubrir las falacias y mentiras de Satanás.
Devocionales cristianos | El evangelio del descenso del reino es la respuesta a tus preguntas y te ayuda a descubrir las falacias y mentiras de Satanás.
Amigo, ¡Paz del domingo! En el fin de semana feliz yo te presento una aplicación de móvil de APP de la iglesia de Dios Todopoderoso, bienvenido a las personas de todos los ámbitos que desean la aparición de Dios que vienen a buscar la obra de Dios de los últimos días. esta aplicación es rica y colorida: “Espíritual del Comida Diaria” Clips de las palabras de Dios seleccionados, la llustración de las historias de la Biblia exquisita, trae a usted para entender poco a poco la gestión de Dios de seis mil años conocer la carácter de Dios y entender la voluntad de Dios. “Manantiales de aguas vivas” Todo tipo de libros una clave para descargar, disfrutar de la oferta de la vida en cualquier momento y en cualquier lugar. “Nuevo himno de Reino” ¡Escuchar la música de alabar a Dios! Sincronizada letras, le permite escuchar los himnos al mismo tiempo es fácil, para aprenderlo y cantarlo, una clave para descargar, usa sin conexión es más conveniente. “Video de Evangelio” Una colección de películas, coros, cantar y bailar, MV, los himnos, las recitaciones y otros tipos de videos, para el hambre y la sed de usted y le provee una riqueza de vida espiritual, bienvenido a las personas de todos los ámbitos de la vida que vengan a buscar.
viernes, 26 de abril de 2019
Devocionales cristianos | ¿Por qué Dios se hizo carne para llevar a cabo Su obra en la Era de la Gracia?
Devocionales cristianos | ¿Por qué Dios se hizo carne para llevar a cabo Su obra en la Era de la Gracia?
Anhelar y recibir la aparición del Señor
Hace 2000 años, el Señor Jesús prometió a Sus seguidores y dijo: “Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si Yo voy a preparar un lugar para vosotros, también vendré después, y os recibiré para que donde Yo esté también estéis vosotros” (Juan 14:3). Por esto, los creyentes anhelan que serán arrebatados al reino de los cielos cuando venga el Señor.
Hace 2000 años, el Señor Jesús prometió a Sus seguidores y dijo: “Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si Yo voy a preparar un lugar para vosotros, también vendré después, y os recibiré para que donde Yo esté también estéis vosotros” (Juan 14:3). Por esto, los creyentes anhelan que serán arrebatados al reino de los cielos cuando venga el Señor.
¿Cómo se puede recibir al regreso del Señor? Por favor haga clic: Hoy en día, son los últimos días, la hora de la venida del Señor Jesús. Las profecías del regreso del Señor se han cumplido, ¿qué debemos hacer para poder recibir al regreso del Señor?
El Señor Jesús dijo: “Y a la medianoche se oyó un grito: Mirad, llegó el novio, salid a recibirle” (Mateo 25:6). “Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).
El Señor Jesús dijo: “Y a la medianoche se oyó un grito: Mirad, llegó el novio, salid a recibirle” (Mateo 25:6). “Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).
Dios dice: “Así, ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que ‘Dios es la verdad, el camino y la vida’. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese! […] Si queréis presenciar la aparición de Dios, si queréis seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero trascender vuestras propias nociones. No debes demandar que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones”.
De “La Palabra manifestada en carne”
lunes, 22 de abril de 2019
Devocionales cristianos | ¿Los esfuerzos del humanos pueden realmente cambiar el destino?
Devocionales cristianos | ¿Los esfuerzos del humanos pueden realmente cambiar el destino?
Ahora muchas personas están planificando sus sueños. Algunas personas desean tener éxito; algunos quieren obtener un matrimonio feliz; otros quieren ser famosos... Sin embargo, cuando buscamos por nuestros sueños, siempre nos chocamos contra un muro y no podemos tener éxito. Entonces, ¿podemos dominar realmente nuestro propio destino?
Dios Todopoderoso dice: “Qué ocupación elegir, cómo ganarse la vida: ¿tienen las personas algún control sobre la toma de buenas o malas decisiones? ¿Son estas acordes con sus deseos y decisiones? La mayoría de las personas desea poder trabajar menos y ganar más, no trabajar al sol ni bajo la lluvia, vestir bien, resplandecer y brillar en todas partes, estar por encima de los demás y honrar a sus ancestros. Los deseos de las personas son tan perfectos; pero cuando dan sus primeros pasos en el viaje de su vida, llegan a darse cuenta poco a poco de lo imperfecto que es el destino humano, y por primera vez comprenden realmente la realidad de que, aunque uno pueda hacer planes atrevidos para su futuro, aunque pueda albergar audaces fantasías, nadie tiene la capacidad ni el poder para materializar sus propios sueños, nadie está en posición de controlar su propio futuro. Siempre habrá alguna distancia entre los sueños y las realidades a las que se debe hacer frente; las cosas nunca son como a uno le gustaría que fuesen, y frente a tales realidades las personas no pueden conseguir satisfacción ni contentamiento. Algunas personas llegarán incluso hasta un punto inimaginable, realizarán grandes esfuerzos y sacrificios por el bien de su sustento y futuro, intentando cambiar su propio destino. Pero al final, aunque puedan materializar sus sueños y sus deseos a través de su propio trabajo duro, nunca pueden cambiar su destino. Por muy obstinadamente que lo intenten nunca podrán superar lo que el destino les ha asignado. Independientemente de las diferencias de capacidades, el coeficiente intelectual y la fuerza de voluntad, las personas son todas iguales ante el destino, que no hace distinción entre grandes y pequeños, altos y bajos, eminentes y humildes. A qué ocupación se dedica uno, qué se hace para vivir y cuánta riqueza se amasa en la vida es algo que no deciden los padres, los talentos, los esfuerzos ni las ambiciones propias: es el Creador quien lo predestina”.
De “La Palabra manifestada en carne”
De “La Palabra manifestada en carne”
Todos quieren cambiar su propio destino con sus propias manos y buscar una vida hermosa y un matrimonio feliz para sus sueños. Resulta que esto no es lo que las personas pueden dominar y planificar. Nadie puede controlar su propio destino, los padres tampoco pueden cambiar e influir, sólo el Creador domina el destino del hombre.
sábado, 20 de abril de 2019
Conocer a Dios | Aprende a dejar las cargas,entrega a todo a Dios
Conocer a Dios | Aprende a dejar las cargas,entrega a todo a Dios
Ahora muchas personas se sienten dolorosos. El Señor Jesús dijo: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. […] Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera” (Mateo 11:28,30). El Señor es fiel, también queremos seguir las palabras del Señor, liberarnos de estas preocupaciones y dificultades y vivir libremente más, pero ¿por qué no podemos hacerlo, en contrario, cada vez más estamos cansados?
viernes, 19 de abril de 2019
Devocionales cristianos | ¿Cuál es el efecto que se debe lograr por la oración?
Dios dice: “Las personas pueden llevar a cabo la práctica de la oración y comprender la importancia de la oración, pero el efecto que la oración debe lograr no es nada sencillo. La oración no es un proceso de pasar por las formalidades o de seguir un procedimiento o de recitar las palabras de Dios, es decir, la oración no quiere decir repetir palabras como perico y copiarles a los demás. En la oración le debes dar tu corazón a Dios, compartiendo con Dios las palabras que están en tu corazón para que Dios te pueda tocar. Si las oraciones han de ser efectivas, entonces se deben basar en la lectura de las palabras de Dios. Sólo orando en medio de las palabras de Dios se podrá recibir más esclarecimiento e iluminación. Una oración verdadera se demuestra cuando se tiene un corazón que anhela las exigencias que Dios le hace y se está dispuesto a cumplir estas exigencias; se podrá odiar todo lo que Dios odia y sobre esta base se tendrá conocimiento, se conocerá y se tendrá claras las verdades que Dios explica. Tener la determinación, la fe, el conocimiento y un camino por el cual practicar después de orar, sólo esto es orar verdaderamente y sólo la oración como esta puede ser efectiva. Sin embargo, la oración se debe construir sobre el fundamento del disfrute de las palabras de Dios y teniendo comunión con Dios en Sus palabras, y el corazón puede buscar a Dios y estar en paz ante Dios. Esa oración ya ha alcanzado el punto de la comunión verdadera con Dios”.
De “La Palabra manifestada en carne”
Leer más: Reflexiones cristianas
jueves, 18 de abril de 2019
Devocionales cristianos | ¿Cómo orarás cuando seas malinterpretado por los demás?
Devocionales cristianos | ¿Cómo orarás cuando seas malinterpretado por los demás?
Dios Todopoderoso dice: “Cuando los demás te malinterpreten puedes orar a Dios y decirle: ‘¡Oh Dios! No pido que los demás me toleren ni que me perdonen. Sólo pido que pueda amarte en mi corazón, que esté seguro en mi corazón y que mi conciencia esté tranquila. No pido que los demás me elogien o me tengan en alta estima; sólo busco satisfacerte de corazón; cumplo mi función haciendo todo lo que puedo y aunque soy tonto y estúpido, y de un pobre calibre y ciego, sé que Tú eres maravilloso y estoy dispuesto a consagrarte todo lo que tengo’”.
De “La Palabra manifestada en carne”
Leer más: Cómo orar a Dios para que me escuche
miércoles, 17 de abril de 2019
Devocionales cristianos | Buscan amar y conocer a Dios, que son los deberes para cada uno de nosotros
Devocionales cristianos | Buscan amar y conocer a Dios, que son los deberes para cada uno de nosotros
Dios dice: “Al tener fe en Dios, no sólo debes buscar las bendiciones, sino debes buscar amar a Dios y conocer a Dios. Por medio de Su esclarecimiento y tu propia búsqueda, puedes comer y beber Su palabra, desarrollar un verdadero entendimiento de Dios, y tener un amor verdadero de Dios que brote de tu corazón. En otras palabras, tu amor por Dios es el más genuino, de tal manera que nadie puede destruirlo o ponerse en el camino de tu amor por Él. Entonces, estás en el camino correcto de la fe en Dios. Esto prueba que perteneces a Dios, porque Dios ha tomado posesión de tu corazón, por lo que nada más puede poseerte. Debido a tu experiencia, al precio que pagaste y a la obra de Dios, eres capaz de desarrollar un amor espontáneo por Dios. Entonces eres liberado de la influencia de Satanás y vives a la luz de la palabra de Dios. Sólo cuando te has librado de la influencia de las tinieblas puedes considerar que has ganado a Dios. En tu creencia en Dios, debes buscar esta meta. Este es el deber de cada uno de vosotros”.
De “La Palabra manifestada en carne”
¡Se ruega verlo! la justicia de Dios
domingo, 14 de abril de 2019
Evangelio de hoy | ¿Por qué lleva Dios a cabo la obra de salvar a la humanidad?
Palabras relevantes de Dios:
En el principio Dios estaba reposando. No había seres humanos ni nada más sobre la tierra en aquel entonces y Dios no había hecho ninguna obra. Dios sólo comenzó Su obra de gestión una vez que la humanidad existió y una vez que la humanidad se había corrompido. De este momento en adelante ya no reposó, sino que comenzó a ocuparse entre la humanidad. Debido a la corrupción de la humanidad fue que Dios fue sacado de Su reposo y también fue por la rebelión del arcángel que Dios fue sacado de Su reposo. Si Dios no derrota a Satanás y salva a la humanidad, que se ha corrompido, Dios nunca más podrá entrar en el reposo. Así como al hombre le falta el reposo, a Dios también. Cuando Dios una vez más entre en el reposo, el hombre también entrará en el reposo. Una vida en el reposo es una vida sin guerra, sin inmundicia, sin una persistente injusticia. Es decir, sin el acoso de Satanás (aquí “Satanás” se refiere a las fuerzas hostiles), ni la corrupción de Satanás, así como la invasión de cualquier fuerza que se oponga a Dios. Todos siguen a los de su propia especie y adoran al Señor de la creación. El cielo y la tierra están completamente tranquilos. Esta es la vida apacible de la humanidad. Cuando Dios entre en el reposo, ya no seguirá más la injusticia sobre la tierra y ya no habrá más invasión de ninguna fuerza hostil. La humanidad también entrará en un nuevo reino; no será más una humanidad corrompida por Satanás, sino una humanidad que ha sido salvada después de haber sido corrompida por Satanás. El día de reposo de la humanidad también es el día de reposo de Dios. Dios perdió Su reposo debido a la incapacidad de la humanidad de entrar en el reposo; no fue que al principio Dios fuese incapaz de reposar.
de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”
En el principio Dios estaba reposando. No había seres humanos ni nada más sobre la tierra en aquel entonces y Dios no había hecho ninguna obra. Dios sólo comenzó Su obra de gestión una vez que la humanidad existió y una vez que la humanidad se había corrompido. De este momento en adelante ya no reposó, sino que comenzó a ocuparse entre la humanidad. Debido a la corrupción de la humanidad fue que Dios fue sacado de Su reposo y también fue por la rebelión del arcángel que Dios fue sacado de Su reposo. Si Dios no derrota a Satanás y salva a la humanidad, que se ha corrompido, Dios nunca más podrá entrar en el reposo. Así como al hombre le falta el reposo, a Dios también. Cuando Dios una vez más entre en el reposo, el hombre también entrará en el reposo. Una vida en el reposo es una vida sin guerra, sin inmundicia, sin una persistente injusticia. Es decir, sin el acoso de Satanás (aquí “Satanás” se refiere a las fuerzas hostiles), ni la corrupción de Satanás, así como la invasión de cualquier fuerza que se oponga a Dios. Todos siguen a los de su propia especie y adoran al Señor de la creación. El cielo y la tierra están completamente tranquilos. Esta es la vida apacible de la humanidad. Cuando Dios entre en el reposo, ya no seguirá más la injusticia sobre la tierra y ya no habrá más invasión de ninguna fuerza hostil. La humanidad también entrará en un nuevo reino; no será más una humanidad corrompida por Satanás, sino una humanidad que ha sido salvada después de haber sido corrompida por Satanás. El día de reposo de la humanidad también es el día de reposo de Dios. Dios perdió Su reposo debido a la incapacidad de la humanidad de entrar en el reposo; no fue que al principio Dios fuese incapaz de reposar.
de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”
miércoles, 10 de abril de 2019
Evangelio de hoy | La relación entre cada una de las tres etapas de la obra de Dios
Palabras relevantes de Dios:
Desde la obra de Jehová a la de Jesús, y desde la de Jesús a la de la era actual, las tres eras cubren la totalidad de la amplitud de la gestión de Dios, y todas ellas son la obra de un mismo Espíritu. Desde que creó el mundo, Dios siempre ha estado gestionando a la humanidad. Él es el principio y el fin, el primero y el último, y aquel que inicia una era y quien lleva la era a su fin. Las tres etapas de la obra, en diferentes eras y distintos lugares, han sido llevadas a cabo con seguridad por un solo Espíritu. Todos los que separan estas tres fases se oponen a Dios.
de ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Vosotros debéis entender la obra de Jehová, las leyes que Él estableció y los principios por los cuales Él guio la vida del hombre, el contenido de la obra que Él hizo en la Era de la Ley, el propósito por el cual Él divulgó las leyes, la relevancia de Su obra para la Era de la Gracia y la obra que Dios hace en esta etapa final. La primera etapa es la obra de la Era de la Ley, la segunda etapa es la obra de la Era de la Gracia y la tercera etapa es la obra de los últimos días. Debéis entender estas etapas de la obra de Dios. […] La obra realizada en los últimos días representa el juicio, la ira y el castigo. No puede reemplazar la obra de la Era de la Ley y la de la Era de la Gracia. Sin embargo, las tres etapas se interrelacionan en una sola entidad y son toda la obra hecha por un Dios. Naturalmente, la ejecución de esta obra se divide en eras independientes. La obra realizada en los últimos días lo concluye todo; lo hecho en la Era de la Ley es el comienzo; y lo hecho en la Era de la Gracia es la redención. […] En los últimos días, sólo la obra de la palabra se hace para dar entrada a la Era del Reino, pero no representa a todas las eras. Los últimos días no son más que los últimos días y no más que la Era del Reino, que no representan a la Era de la Gracia o la Era de la Ley. Los últimos días son simplemente la época en la que toda la obra del plan de gestión de seis mil años se os revela. Esta es la revelación del misterio.
La obra en los últimos días es la última etapa de las tres. Es la obra de otra nueva era y no representa toda la obra de gestión. El plan de gestión de seis mil años se divide en tres etapas de la obra. Ninguna etapa por sí sola representa la obra de las tres eras, sino que sólo puede representar una parte de un todo. El nombre Jehová no puede representar todo el carácter de Dios. El hecho de que llevase a cabo obra en la Era de la Ley no demuestra que Dios sólo pueda ser Dios bajo la ley. Jehová estableció leyes para el hombre y entregó mandamientos, pidiendo a este que edificase el templo y altares; la obra que Él hizo sólo representa la Era de la Ley. La obra que hizo no demuestra que Dios es el Dios que pide al hombre guardar la ley, el Dios en el templo, o el Dios delante del altar. Esto no puede decirse. La obra bajo la ley sólo puede representar una era. Por tanto, si Dios sólo hizo la obra en la Era de la Ley, el hombre lo definiría diciendo: “Dios es el Dios en el templo. Para servirle, debemos ponernos túnicas sacerdotales y entrar en el templo”. Si la obra de la Era de la Gracia nunca se hubiera llevado a cabo y la Era de la Ley hubiera continuado hasta el presente, el hombre no sabría que Dios también es misericordioso y amoroso. Si la obra en la Era de la Ley no se hubiera hecho, y sólo se hubiera llevado a cabo la de la Era de la Gracia, el hombre sólo sabría que Dios puede redimir al hombre y perdonar sus pecados. Sólo sabría que Él es santo e inocente, que puede sacrificarse y ser crucificado por el hombre. Este sólo sabría esto y no tendría entendimiento de todo lo demás. Así pues, cada era representa una parte del carácter de Dios. La Era de la Ley representa algunos aspectos, la Era de la Gracia algunos aspectos, y la era presente algunos aspectos. El carácter de Dios sólo puede revelarse plenamente a través de la combinación de las tres etapas. Sólo cuando conoce las tres etapas puede el hombre recibirlo plenamente. Ninguna de las tres etapas puede omitirse. Sólo verás el carácter de Dios en su totalidad una vez conozcas estas tres etapas. La finalización de la obra por parte de Dios en la Era de la Ley no demuestra que Él es el Dios bajo la ley, y la finalización de Su obra de redención no muestra que Dios redimirá para siempre a la humanidad. Estas son conclusiones sacadas por el hombre. La Era de la Gracia ha llegado a su fin, pero no puedes decir que Dios sólo pertenece a la cruz y que esta representa Su salvación. Si lo haces, estás definiendo a Dios. En esta etapa, Él está haciendo principalmente la obra de la palabra, pero no puedes decir que nunca ha sido misericordioso para con el hombre y que todo lo que ha traído es castigo y juicio. La obra en los últimos días deja al descubierto la de Jehová y la de Jesús así como todos los misterios no entendidos por el hombre. Además, revela el destino y el final de la humanidad, y concluye toda la obra de salvación en medio de la humanidad. Esta etapa de la obra en los últimos días pone fin a todo. Todos los misterios no entendidos por el hombre deben descifrarse para permitir al hombre obtener una perspectiva de los mismos y tener un entendimiento claro en su corazón. Sólo entonces puede el hombre ser dividido según sus tipos. Sólo después de que el plan de gestión de seis mil años se haya completado, llegará el hombre a entender el carácter de Dios en su totalidad, porque Su gestión habrá llegado entonces a su fin.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
La obra realizada en el presente ha empujado hacia adelante la obra de la Era de la Gracia; esto es, la obra en todo el plan de gestión de seis mil años se ha movido hacia adelante. Aunque la Era de la Gracia ha terminado, la obra de Dios ha progresado más. ¿Por qué digo una y otra vez que esta etapa de la obra se construye sobre la Era de la Gracia y la Era de la Ley? Esto significa que la obra de hoy en día es una continuación de la obra realizada en la Era de la Gracia y ha sido una elevación de la obra realizada en la Era de la Ley. Las tres etapas están estrechamente interconectadas y cada una se vincula con la siguiente. ¿Por qué digo también que esta etapa de la obra se construye sobre la realizada por Jesús? Si esta etapa no se construyese sobre la obra realizada por Jesús, la crucifixión, la obra de redención realizada previamente, aún tendría que llevarse a cabo en ella. Esto no tendría sentido. Por tanto, no es que la obra haya terminado totalmente, sino que la era se ha movido hacia adelante y la obra se ha vuelto más elevada que antes. Podría decirse que esta etapa de la obra se edifica sobre el fundamento de la Era de la Ley y la roca de la obra de Jesús. La obra se edifica etapa a etapa, y esta etapa no es un nuevo comienzo. Sólo la combinación de las tres etapas de la obra puede considerarse el plan de gestión de seis mil años.
de ‘Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación’ en “La Palabra manifestada en carne”
La etapa final de la obra no se queda sola, sino que forma parte de un todo junto a las dos anteriores, es decir, es imposible completar toda la obra de salvación haciendo únicamente una de las tres etapas de la obra. Aunque la etapa final de la misma pueda salvar totalmente al hombre, esto no significa que sólo sea necesario llevar a cabo esta etapa por sí sola, y que las dos anteriores no sean necesarias para salvar al hombre de la influencia de Satanás. Ninguna etapa de las tres puede esgrimirse por sí sola como la única visión que toda la humanidad debe conocer, porque la totalidad de la obra de salvación está constituida por las tres etapas de la obra, no una de ellas por sí sola. Mientras no se haya cumplido la obra de salvación, la gestión de Dios no podrá llegar a un final completo. El ser, el carácter y la sabiduría de Dios se expresan en la totalidad de la obra de salvación, y no se le revelaron al hombre al principio, sino que se han expresado gradualmente en la misma. Cada etapa de esta expresa parte del carácter de Dios, y parte de Su ser; no todas las etapas de la obra pueden expresar de forma directa y completa la totalidad del ser de Dios. Así pues, la obra de salvación sólo puede concluir totalmente una vez que las tres etapas de la obra se hayan completado, y por tanto el conocimiento de la totalidad de Dios por parte del hombre es inseparable de las mismas. Lo que el hombre obtiene de una etapa de la obra es simplemente el carácter de Dios que se expresa en una sola parte de Su obra. No puede representar el carácter y el ser expresados en las etapas anterior o posterior. Esto se debe a que la obra de salvación de la humanidad no puede finalizarse en el acto durante un período, o en un lugar, sino que se va volviendo cada vez más profunda de acuerdo al nivel de desarrollo del hombre en diferentes momentos y lugares. Es una obra llevada a cabo en etapas, y no se completa en una sola. Así pues, toda la sabiduría de Dios se cristaliza en las tres etapas y no en una sola. Todo Su ser y sabiduría se establecen en estas tres etapas, y cada una de ellas contiene Su ser, y registra la sabiduría de Su obra. […] Cada una de las tres etapas se lleva a cabo sobre el fundamento de la anterior, no de forma independiente, separada de la obra de salvación. Aunque existen grandes diferencias en la era y el tipo de obra realizada, en su núcleo sigue estando la salvación de la humanidad, y cada etapa de la obra de salvación es más profunda que la anterior.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
La obra de todo el plan de gestión de Dios está realizada personalmente por Dios mismo. La primera fase —la creación del mundo— fue llevada personalmente a cabo por Él, y de no haber sido así, nadie habría sido capaz de crear a la humanidad. La segunda etapa fue la redención de toda la humanidad, y también la hizo Dios mismo. La tercera es evidente: existe una necesidad incluso mayor de que acabe ya toda obra que Él tenga que hacer por sí mismo. Dios lleva a cabo, personalmente, toda la obra de redimir, conquistar, ganar y perfeccionar a la totalidad de la humanidad. Si Él no hiciera esta obra personalmente, Su identidad no podría ser representada por el hombre ni este podía realizar Su obra. Para derrotar a Satanás, con el fin de ganar a la humanidad y para darle al hombre una vida normal en la tierra, Él dirige al hombre y obra en medio de él de manera personal; por el bien de todo Su plan de gestión y por toda Su obra, Él debe hacer esta obra personalmente.
de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en “La Palabra manifestada en carne”
Si tienes un conocimiento claro de las tres etapas de la obra —es decir, de todo el plan de gestión de Dios— y si puedes correlacionar totalmente las dos etapas anteriores de la obra de Dios con la etapa presente, y puedes ver que es obra llevada a cabo por un Dios, no tendrás fundamento más firme. Un solo Dios realizó las tres etapas de la obra; esta es la visión más grande, y la única senda para conocer a Dios. Las tres etapas de la obra sólo pudieron haber sido hechas por Dios mismo, y ningún hombre podía hacer semejante obra en Su nombre, es decir que sólo Dios mismo podía haber hecho Su propia obra desde el principio hasta hoy.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Leer más: Devocionales cristianos
Desde la obra de Jehová a la de Jesús, y desde la de Jesús a la de la era actual, las tres eras cubren la totalidad de la amplitud de la gestión de Dios, y todas ellas son la obra de un mismo Espíritu. Desde que creó el mundo, Dios siempre ha estado gestionando a la humanidad. Él es el principio y el fin, el primero y el último, y aquel que inicia una era y quien lleva la era a su fin. Las tres etapas de la obra, en diferentes eras y distintos lugares, han sido llevadas a cabo con seguridad por un solo Espíritu. Todos los que separan estas tres fases se oponen a Dios.
de ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Vosotros debéis entender la obra de Jehová, las leyes que Él estableció y los principios por los cuales Él guio la vida del hombre, el contenido de la obra que Él hizo en la Era de la Ley, el propósito por el cual Él divulgó las leyes, la relevancia de Su obra para la Era de la Gracia y la obra que Dios hace en esta etapa final. La primera etapa es la obra de la Era de la Ley, la segunda etapa es la obra de la Era de la Gracia y la tercera etapa es la obra de los últimos días. Debéis entender estas etapas de la obra de Dios. […] La obra realizada en los últimos días representa el juicio, la ira y el castigo. No puede reemplazar la obra de la Era de la Ley y la de la Era de la Gracia. Sin embargo, las tres etapas se interrelacionan en una sola entidad y son toda la obra hecha por un Dios. Naturalmente, la ejecución de esta obra se divide en eras independientes. La obra realizada en los últimos días lo concluye todo; lo hecho en la Era de la Ley es el comienzo; y lo hecho en la Era de la Gracia es la redención. […] En los últimos días, sólo la obra de la palabra se hace para dar entrada a la Era del Reino, pero no representa a todas las eras. Los últimos días no son más que los últimos días y no más que la Era del Reino, que no representan a la Era de la Gracia o la Era de la Ley. Los últimos días son simplemente la época en la que toda la obra del plan de gestión de seis mil años se os revela. Esta es la revelación del misterio.
La obra en los últimos días es la última etapa de las tres. Es la obra de otra nueva era y no representa toda la obra de gestión. El plan de gestión de seis mil años se divide en tres etapas de la obra. Ninguna etapa por sí sola representa la obra de las tres eras, sino que sólo puede representar una parte de un todo. El nombre Jehová no puede representar todo el carácter de Dios. El hecho de que llevase a cabo obra en la Era de la Ley no demuestra que Dios sólo pueda ser Dios bajo la ley. Jehová estableció leyes para el hombre y entregó mandamientos, pidiendo a este que edificase el templo y altares; la obra que Él hizo sólo representa la Era de la Ley. La obra que hizo no demuestra que Dios es el Dios que pide al hombre guardar la ley, el Dios en el templo, o el Dios delante del altar. Esto no puede decirse. La obra bajo la ley sólo puede representar una era. Por tanto, si Dios sólo hizo la obra en la Era de la Ley, el hombre lo definiría diciendo: “Dios es el Dios en el templo. Para servirle, debemos ponernos túnicas sacerdotales y entrar en el templo”. Si la obra de la Era de la Gracia nunca se hubiera llevado a cabo y la Era de la Ley hubiera continuado hasta el presente, el hombre no sabría que Dios también es misericordioso y amoroso. Si la obra en la Era de la Ley no se hubiera hecho, y sólo se hubiera llevado a cabo la de la Era de la Gracia, el hombre sólo sabría que Dios puede redimir al hombre y perdonar sus pecados. Sólo sabría que Él es santo e inocente, que puede sacrificarse y ser crucificado por el hombre. Este sólo sabría esto y no tendría entendimiento de todo lo demás. Así pues, cada era representa una parte del carácter de Dios. La Era de la Ley representa algunos aspectos, la Era de la Gracia algunos aspectos, y la era presente algunos aspectos. El carácter de Dios sólo puede revelarse plenamente a través de la combinación de las tres etapas. Sólo cuando conoce las tres etapas puede el hombre recibirlo plenamente. Ninguna de las tres etapas puede omitirse. Sólo verás el carácter de Dios en su totalidad una vez conozcas estas tres etapas. La finalización de la obra por parte de Dios en la Era de la Ley no demuestra que Él es el Dios bajo la ley, y la finalización de Su obra de redención no muestra que Dios redimirá para siempre a la humanidad. Estas son conclusiones sacadas por el hombre. La Era de la Gracia ha llegado a su fin, pero no puedes decir que Dios sólo pertenece a la cruz y que esta representa Su salvación. Si lo haces, estás definiendo a Dios. En esta etapa, Él está haciendo principalmente la obra de la palabra, pero no puedes decir que nunca ha sido misericordioso para con el hombre y que todo lo que ha traído es castigo y juicio. La obra en los últimos días deja al descubierto la de Jehová y la de Jesús así como todos los misterios no entendidos por el hombre. Además, revela el destino y el final de la humanidad, y concluye toda la obra de salvación en medio de la humanidad. Esta etapa de la obra en los últimos días pone fin a todo. Todos los misterios no entendidos por el hombre deben descifrarse para permitir al hombre obtener una perspectiva de los mismos y tener un entendimiento claro en su corazón. Sólo entonces puede el hombre ser dividido según sus tipos. Sólo después de que el plan de gestión de seis mil años se haya completado, llegará el hombre a entender el carácter de Dios en su totalidad, porque Su gestión habrá llegado entonces a su fin.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
La obra realizada en el presente ha empujado hacia adelante la obra de la Era de la Gracia; esto es, la obra en todo el plan de gestión de seis mil años se ha movido hacia adelante. Aunque la Era de la Gracia ha terminado, la obra de Dios ha progresado más. ¿Por qué digo una y otra vez que esta etapa de la obra se construye sobre la Era de la Gracia y la Era de la Ley? Esto significa que la obra de hoy en día es una continuación de la obra realizada en la Era de la Gracia y ha sido una elevación de la obra realizada en la Era de la Ley. Las tres etapas están estrechamente interconectadas y cada una se vincula con la siguiente. ¿Por qué digo también que esta etapa de la obra se construye sobre la realizada por Jesús? Si esta etapa no se construyese sobre la obra realizada por Jesús, la crucifixión, la obra de redención realizada previamente, aún tendría que llevarse a cabo en ella. Esto no tendría sentido. Por tanto, no es que la obra haya terminado totalmente, sino que la era se ha movido hacia adelante y la obra se ha vuelto más elevada que antes. Podría decirse que esta etapa de la obra se edifica sobre el fundamento de la Era de la Ley y la roca de la obra de Jesús. La obra se edifica etapa a etapa, y esta etapa no es un nuevo comienzo. Sólo la combinación de las tres etapas de la obra puede considerarse el plan de gestión de seis mil años.
de ‘Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación’ en “La Palabra manifestada en carne”
La etapa final de la obra no se queda sola, sino que forma parte de un todo junto a las dos anteriores, es decir, es imposible completar toda la obra de salvación haciendo únicamente una de las tres etapas de la obra. Aunque la etapa final de la misma pueda salvar totalmente al hombre, esto no significa que sólo sea necesario llevar a cabo esta etapa por sí sola, y que las dos anteriores no sean necesarias para salvar al hombre de la influencia de Satanás. Ninguna etapa de las tres puede esgrimirse por sí sola como la única visión que toda la humanidad debe conocer, porque la totalidad de la obra de salvación está constituida por las tres etapas de la obra, no una de ellas por sí sola. Mientras no se haya cumplido la obra de salvación, la gestión de Dios no podrá llegar a un final completo. El ser, el carácter y la sabiduría de Dios se expresan en la totalidad de la obra de salvación, y no se le revelaron al hombre al principio, sino que se han expresado gradualmente en la misma. Cada etapa de esta expresa parte del carácter de Dios, y parte de Su ser; no todas las etapas de la obra pueden expresar de forma directa y completa la totalidad del ser de Dios. Así pues, la obra de salvación sólo puede concluir totalmente una vez que las tres etapas de la obra se hayan completado, y por tanto el conocimiento de la totalidad de Dios por parte del hombre es inseparable de las mismas. Lo que el hombre obtiene de una etapa de la obra es simplemente el carácter de Dios que se expresa en una sola parte de Su obra. No puede representar el carácter y el ser expresados en las etapas anterior o posterior. Esto se debe a que la obra de salvación de la humanidad no puede finalizarse en el acto durante un período, o en un lugar, sino que se va volviendo cada vez más profunda de acuerdo al nivel de desarrollo del hombre en diferentes momentos y lugares. Es una obra llevada a cabo en etapas, y no se completa en una sola. Así pues, toda la sabiduría de Dios se cristaliza en las tres etapas y no en una sola. Todo Su ser y sabiduría se establecen en estas tres etapas, y cada una de ellas contiene Su ser, y registra la sabiduría de Su obra. […] Cada una de las tres etapas se lleva a cabo sobre el fundamento de la anterior, no de forma independiente, separada de la obra de salvación. Aunque existen grandes diferencias en la era y el tipo de obra realizada, en su núcleo sigue estando la salvación de la humanidad, y cada etapa de la obra de salvación es más profunda que la anterior.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
La obra de todo el plan de gestión de Dios está realizada personalmente por Dios mismo. La primera fase —la creación del mundo— fue llevada personalmente a cabo por Él, y de no haber sido así, nadie habría sido capaz de crear a la humanidad. La segunda etapa fue la redención de toda la humanidad, y también la hizo Dios mismo. La tercera es evidente: existe una necesidad incluso mayor de que acabe ya toda obra que Él tenga que hacer por sí mismo. Dios lleva a cabo, personalmente, toda la obra de redimir, conquistar, ganar y perfeccionar a la totalidad de la humanidad. Si Él no hiciera esta obra personalmente, Su identidad no podría ser representada por el hombre ni este podía realizar Su obra. Para derrotar a Satanás, con el fin de ganar a la humanidad y para darle al hombre una vida normal en la tierra, Él dirige al hombre y obra en medio de él de manera personal; por el bien de todo Su plan de gestión y por toda Su obra, Él debe hacer esta obra personalmente.
de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en “La Palabra manifestada en carne”
Si tienes un conocimiento claro de las tres etapas de la obra —es decir, de todo el plan de gestión de Dios— y si puedes correlacionar totalmente las dos etapas anteriores de la obra de Dios con la etapa presente, y puedes ver que es obra llevada a cabo por un Dios, no tendrás fundamento más firme. Un solo Dios realizó las tres etapas de la obra; esta es la visión más grande, y la única senda para conocer a Dios. Las tres etapas de la obra sólo pudieron haber sido hechas por Dios mismo, y ningún hombre podía hacer semejante obra en Su nombre, es decir que sólo Dios mismo podía haber hecho Su propia obra desde el principio hasta hoy.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
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martes, 2 de abril de 2019
Devocionales cristianos | La aplicación móvil
Devocionales cristianos | La aplicación móvil
¡Amigos todo bien! ¡Qué humor tan agradable! ¿Qué tal vosotros? Ultimamente he instalado la aplicación del móvil para utilizar, me siento muy conveniente, cuando salgo de casa no llavo mi portatíl , entonces, puedo utilizarlo para escuchar la música, ver los videos y leer las palabras de Dios… las alimentación de espíritual son muy rico. recomendo a los amigos.
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martes, 25 de diciembre de 2018
Por qué Dios le preguntó a Pedro, “¿Tú me amas?”
Los registros del Nuevo Testamento, “Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” (Juan 21: 15-17)
lunes, 24 de diciembre de 2018
Oración a Dios | Hoy, ¿te has acercado al Señor?
En la Biblia se dice que “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
jueves, 20 de diciembre de 2018
Estudios biblicos | El Día de Gracias, Hablando de dar Gracias – Crecimiento Espiritual
El día de gracias significa dar gracias a Dios por la bendición de la cosecha. En septiembre del 1620, había 102 puritanos perseguidos de Inglaterra en el barco llamado “Mayflower” que cruzaba los mares hacia América. Debido a la exposición, el cansancio y las enfermedades infecciosas, solo quedaban unas 50 personas. Cuando estaban desesperados, aprendieron a pescar, cazar, cultivar y alimentar pavos de los indios. Aún mejor, con condiciones climáticas favorables todo el año, tuvieron una cosecha abundante. Por el bien de dar gracias por las bendiciones de Dios, invitaron a los indios a celebrar este día de la letra roja. A partir de entonces, esta costumbre continúa hasta nuestros días. En el 1863, el presidente de los Estados Unidos, Lincoln, proclamó el Día de Acción de Gracias como un feriado nacional.
lunes, 17 de diciembre de 2018
Lectura Bíblica diaria: la mujer inteligente samaritana

Creo que mucha gente debe estar familiarizada con la historia acerca de la mujer de Samaria: cuando sacaba agua, la mujer samaritana se encontró con Jesucristo que le pidió agua. Luego reconoció que Él era el Mesías que vendría en la profecía durante su diálogo.
Como mujer común, ella no tenía mucho conocimiento de las Escrituras ni había estado en contacto con personas de alto nivel en el mundo religioso, pero podía reconocer la voz de Dios. No podemos dejar de maravillarnos de esto. ¿Fue la gracia especial de Jesucristo? ¿O tenía ella un cierto secreto detrás? Durante los tres años y medio cuando Jesucristo hizo Su obra en la tierra, mucha gente mantuvo Su compañía por un corto tiempo. Al mismo tiempo, también trató a muchas personas con gracia. Pero, ¿cuántos realmente podrían reconocer que Jesucristo era el Mesías? ¿Y cómo la mujer de Samaria identificó al Señor Jesús?
Está registrado en la Biblia de esta manera: “Jesús le dice: Ve, llama á tu marido, y ven acá. Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien has dicho, No tengo marido; Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Dícele la mujer: Señor, paréceme que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalem es el lugar donde es necesario adorar. Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando él viniere nos declarará todas las cosas. Dícele Jesús: Yo soy, que hablo contigo. … Entonces la mujer dejó su cántaro, y fué á la ciudad, y dijo á aquellos hombres: Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo?” (Juan 4:16-26, 28-29).
Después de que Jesucristo le dijo a la mujer de Samaria sobre el hecho de que había tenido cinco maridos, se sorprendió, porque nadie sabía lo que había hecho en la oscuridad. Por esta razón, ella creía que Él no era un hombre común y lo consideraba un profeta. Después de eso, ella habló acerca de la confusión en su corazón: ¿Dónde debería el hombre adorar a Dios, en la montaña o en Jerusalén? ¿Y exactamente cómo debe el hombre adorar a Dios? Jesucristo le hizo saber que el hombre no debía adorar a Dios ni en esta montaña, ni en Jerusalén, y claramente le dijo, “cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren”. Al escuchar estas palabras, la mujer samaritana reconoció que Jesucristo era el Mesías que vendría en la profecía. Esto acaba de cumplir las palabras de Jesucristo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;”(Juan 10:27). Solo las ovejas de Dios pueden reconocer la voz de Dios.
Como se puede ver en las palabras de la mujer de Samaria, la razón por la que ella pudo identificar al Señor Jesús no fue simplemente porque ella tomó las profecías como prueba, sino más importante, porque ella era consciente de que las palabras de Dios tienen autoridad y poder . Cuando Jesucristo dijo que había tenido cinco esposos, ella tenía claro que esto no podía ser dicho por ningún hombre, porque solo Dios escudriña los corazones de las personas. Además, Dios también puede suplir las necesidades espirituales del hombre. Cuando la gente de esa época no tenía claro cómo adorar a Dios, Jesucristo resolvió su confusión con solo una palabra y señaló el camino de adorar a Dios por ellos.
Por lo tanto, la mujer samaritana inmediatamente echó su vasija de agua, y se fue a la ciudad para testificar al Señor. Ella era sabia, porque escuchó las palabras del Señor con su corazón y, por lo tanto, lo reconoció. También debemos prestar atención a escuchar las palabras de Dios como la samaritana inteligente. Solo de esta manera podemos dar la bienvenida al regreso del Señor, tal como Jesucristo dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;” (Juan 10:27).
Fuente: Estudiar la Biblia
Recomendación: Devocionales cristianos
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