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jueves, 6 de febrero de 2020

¿Por qué Dios encarnado no usa una grande imágen de persona importante?

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Muchos creyentes que creen en el Señor Jesús saben que el Señor Jesús es Dios encarnado, pero de la Biblia, podemos ver que cuando el Señor Jesús se hizo carne para obrar y hablar, nadie lo conoció, todos decían: "¿No es este el hijo de José? ¿No es Nazareno?". ¿Por qué hablaba la gente así sobre Él? Porque el Señor Jesús tenía una humanidad normal en apariencia. Era una persona normal y no tenía una presencia fuerte ni imponente, y por ello, nadie lo aceptó. Entonces, ¿por qué el Señor Jesús no nació en una familia de la aristocracia real y usó una imagen alta sino que nacío en una familia común y usó una imagen corriente para obrar entre los hombres?

sábado, 9 de noviembre de 2019

Palabra de Dios | Las declaraciones de Dios al universo entero: La sexta declaración

Palabra de Dios | Las declaraciones de Dios al universo entero: La sexta declaración
En los asuntos del espíritu, debes ser delicadamente sensible; a Mis palabras debes ser cuidadosamente atento. Debes aspirar al estado en el cual veas Mi Espíritu y Mi cuerpo carnal, Mis palabras y Mi cuerpo carnal como un todo indivisible, para que toda la humanidad sea capaz de satisfacerme en Mi presencia. He caminado sobre todos con Mis pies, expandiendo Mi mirada sobre la completa extensión del universo, y he andado en medio de toda la humanidad, probando los sabores dulces, agrios, amargos y picantes de la experiencia humana, pero el hombre nunca me ha reconocido verdaderamente, ni tampoco me ha notado cuando caminaba extensamente. Porque estuve en silencio y no realicé ninguna proeza sobrenatural; debido a esto nadie me vio realmente. Las cosas no son ahora como solían ser: voy a hacer cosas que, desde el comienzo de la creación, el mundo no ha visto jamás. Voy a expresar palabras que, durante todas las eras, los hombres nunca han oído, porque pido que toda la humanidad venga a conocerme en la carne. Estos son pasos en Mi gestión, acerca de los cuales la humanidad no posee la más mínima noción. Incluso, cuando hablo de estos abiertamente, el hombre está todavía tan confundido en su mente que es imposible explicárselos detalladamente. Es aquí donde yace la desdichada bajeza del hombre, ¿no es así? Esto es precisamente lo que deseo remediar en él, ¿no es así? Todos estos años no he hecho ningún trabajo sobre el hombre; todos estos años, incluso aquellos quienes estuvieron en contacto directo con Mi cuerpo encarnado, nunca escucharon la voz procedente directamente de Mi divinidad. Así que, es inevitable que los seres humanos estén faltos de conocimiento sobre Mí, pero este solo hecho no ha afectado el amor de la humanidad por Mí a través de los tiempos. Ahora, sin embargo, he obrado en vosotros incontables obras milagrosas e insondables, así como he dicho a vosotros muchas palabras. Y aún, incluso bajo condiciones como estas, muchas personas todavía se oponen a Mí ante Mi cara. Permíteme darte algunos ejemplos:

martes, 5 de noviembre de 2019

¿Sabes qué es la encarnación?

Durante dos mil años, aunque los que creen en el Señor saben que el Señor Jesús era Dios encarnado, pero pocos de ellos pueden entender el misterio de la verdad sobre qué es la encarnación. Y la Biblia ha profetizado muchas veces que el Señor Jesús aparecerá en el Hijo del hombre para obrar en los últimos días. Si no entendemos la verdad de la encarnación, ¿podremos conocerlo cuando regrese el Señor? ¿Lo negaremos y lo excluiremos? Por lo tanto, entender la verdad de la encarnación es crucial para recibir el regreso del Señor. Echemos un vistazo a lo que Dios dice.

miércoles, 30 de octubre de 2019

Palabras de Dios | Las declaraciones de Dios al universo entero: La quinta declaración

Palabras de Dios  | Las declaraciones de Dios al universo entero: La quinta declaración
Cuando Mi Espíritu habla, expresa Mi carácter entero. ¿Está claro esto para vosotros? No tener claro este punto sería equivalente a oponerse a Mí directamente. ¿Habéis visto verdaderamente la importancia que radica en esto? ¿Sabéis vosotros en realidad cuánto esfuerzo, cuánta energía gasto en vosotros? ¿En verdad os atrevéis a poner al descubierto en Mi presencia lo que habéis hecho? Y tenéis el descaro de llamaros Mi pueblo ante Mi cara, ¡no tenéis sentido de la vergüenza, y menos aún ningún razón! Tarde o temprano, este tipo de gente será expulsada ​​de Mi casa. ¡No trates de imponérteme, pensando que has defendido Mi testimonio! ¿Es esto algo que la humanidad es capaz de hacer? Si no hubiese quedado nada de tus intenciones y tus objetivos, hace tiempo que hubieras tomado un camino diferente. ¿Piensas que ignoro cuánto puede aguantar el corazón humano? A partir de este momento, en todas las cosas tú debes entrar en la realidad de la práctica; ya no te servirá simplemente cotorrear como solías hacerlo. En el pasado, la mayoría de vosotros lograsteis vivir a costillas mías; el hecho de que seáis capaces hoy de manteneros de pie se debe enteramente a la severidad de Mis palabras. ¿Piensas que Mis palabras son dichas al azar sin un objetivo? ¡Imposible! Desde lo alto miro hacia abajo sobre todas las cosas, y desde lo alto ejerzo dominio sobre todas las cosas. De la misma manera, he enviado Mi salvación sobre la tierra. No existe momento alguno en el que Yo no esté vigilando, desde Mi lugar secreto, cada movimiento de la humanidad, todo lo que la gente dice y hace. La humanidad es para Mí un libro abierto: Yo veo y conozco a todos y cada uno. El lugar secreto es Mi morada, y el empíreo es la cama sobre la que me acuesto. Las fuerzas de Satanás no pueden llegar a Mí, porque estoy desbordante de majestad, rectitud y juicio. Un inefable misterio reside en Mis palabras. Cuando hablo, os convertís en aves de corral que acaban de ser echadas al agua, abrumadas por la confusión, o como bebés que acaban de tener un susto, pareciendo que no saben nada, porque vuestro espíritu ha caído en estado de estupor. ¿Por qué digo que el lugar secreto es Mi morada? ¿Conoces el más profundo significado de lo que digo? ¿Quién en toda la humanidad es capaz de conocerme? ¿Quién es capaz de conocerme como conoce a su propio padre y madre? Descansando en Mi morada, observo con atención: todas las personas en la tierra se mueven afanosamente, “viajando por todo el mundo” y corriendo de allá para acá, todo por el bien de su destino, de su futuro. Pero ni una sola tiene la energía para emplear en la construcción de Mi reino, ni siquiera la suficiente como la fuerza que uno utilizaría para respirar. Yo he creado la raza humana, y la he rescatado muchas veces de la tribulación, pero todos los seres humanos son unos ingratos: ni uno solo entre ellos es capaz de enumerar todas las instancias de Mi salvación. ¿Cuántos años, cuántos siglos han pasado desde la creación del mundo hasta el día de hoy, y cuántos milagros he realizado, cuántas veces he manifestado Mi sabiduría? Pero el hombre, como un lunático afligido con demencia y letargo o, peor aún, a veces como una fiera salvaje que se agita en el bosque, no tiene la menor intención de acatar Mis asuntos. Muchas veces he sentenciado al hombre a la muerte y lo he condenado a morir, pero el plan de Mi gestión no puede ser alterado por nadie. Y así el hombre, aunque todavía en Mis manos, se pavonea de las cosas viejas a las que se aferra. Debido a los pasos de Mi obra, os he rescatado una vez más, vosotros que habéis nacido en la gran familia corrupta, decadente, sucia e inmunda.

lunes, 16 de septiembre de 2019

Dándome cuenta que he estado caminando la senda de los fariseos


Algo que siempre hemos discutido en las comuniones previas, son las sendas que caminaron Pedro y Pablo. Se dice que Pedro puso atención a conocerse a sí mismo y a Dios y que fue alguien a quien Dios aprobó, mientras que Pablo sólo puso atención a su obra, reputación y estatus, y fue alguien a quien Dios despreciaba. Siempre he tenido miedo de caminar la senda de Pablo, que es por lo cual normalmente a menudo leo las palabras de Dios acerca de las experiencias de Pedro, para ver cómo llegó a conocer a Dios. Después de vivir así por un tiempo, sentí que me había vuelto más obediente que antes, mi deseo de reputación y estatus había perdido intensidad y que había llegado a conocerme un poco. En este momento creí que aunque no estaba completamente en la senda de Pedro, se podía decir que había tocado el borde de ella, y por lo menos significaba que no me estaba dirigiendo hacia la senda de Pablo. Sin embargo, las revelaciones de la palabra de Dios me avergonzarían.
Una mañana, cuando estaba practicando las devociones espirituales, vi las siguientes palabras de Dios: “La obra de Pedro fue el cumplimiento del deber de una criatura de Dios. Él no obró en el rol de apóstol, sino en el transcurso de su propia búsqueda del amor a Dios. El curso de la obra de Pablo también contenía su búsqueda personal […]. No hubo experiencias personales en su obra; todo fue por causa de la obra y no se llevó a cabo en medio de su búsqueda de un cambio. Todo en su obra fue una transacción, no contenía nada sobre el deber ni la sumisión de una criatura de Dios. Durante el transcurso de su obra no se produjeron cambios en el viejo carácter de Pablo. Su obra fue, sencillamente, de servicio a los demás y fue incapaz de producir cambios en su carácter. […] Pedro fue diferente: había pasado por la poda, el trato y el refinamiento. El objetivo y la motivación de su obra fueron fundamentalmente diferentes a los de Pablo. Aunque Pedro no realizó una gran cantidad de obra, su carácter sufrió muchos cambios y lo que buscaba era la verdad y un cambio real. No llevaba a cabo su obra tan sólo por el bien de la obra misma” (‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios tocaron mi alma y me quedé callado: Pedro fue alguien quien cumplió su deber como una criatura creada. Trabajó a través de su proceso de buscar a amar a Dios, a diferencia de su papel como apóstol. Pero, ¿era yo alguien cumpliendo su deber como una criatura creada o sólo estaba haciendo mi trabajo como una obrera? En este momento recordé las diferentes condiciones del pasado: Cuando la iglesia tenía mucho trabajo de qué encargarse, otros hermanos y hermanas dijeron: Vosotros verdaderamente estáis cargados con la obra de Dios. Yo entonces diría de repente: Nosotros los líderes no tenemos opción sino tratar con ello. A veces, en las familias anfitrionas o en frente de los compañeros de trabajo, quería ser considerado con mi cuerpo físico y relajarme, pero entonces pensaría: No, yo soy una lideresa, debo vivir una humanidad normal y no ser libertino. Cuando no sentía ganas de comer y beber las palabras de Dios, también pensaría: Como un líder, si no como y bebo las palabras de Dios, entonces, ¿cómo podría resolver los problemas de las otras personas? A veces fui con una compañera de trabajo a la familia anfitriona con la que ella se estaba quedando y cuando veía la manera en la que la hermana anfitriona me trataba, no era tan entusiasta como la trataba a ella, me molestaría: Puedes no saber quién soy, pero yo soy su lideresa. A veces, por cualquier razón, no sentía ganas de comunicarme con los hermanos y hermanas anfitriones, pero entonces pensaría: Como una lideresa, ¿cómo me vería la gente si vengo pero no me comunico con ellos? Ya que soy una lideresa tendré que comunicarme con las familias anfitrionas… Estos comportamientos diferentes me hicieron ver: Estaba trabajando por el estatus. Fuera de estar comunicándome con las personas, asistiendo a reuniones, o manejando los asuntos generales, todo era sólo porque yo era una lideresa que me sentía obligada a cumplir un poco de mi deber y hacer un poco de trabajo. No estaba cumpliendo mi deber como una criatura creada, y además no estaba trabajando a través de mi proceso de amar a Dios como lo había hecho Pedro. Si las cosas continuaran como antes, cuando llegue el día en que sea despedida y reemplazada, tal vez no seguiría cumpliendo mi deber de la manera que lo hago ahora. Sólo entonces vi que yo no era una persona que practicaba la verdad ni era considerada con la voluntad de Dios. En cambio, era una villana despreciable que sólo trabajaba por la reputación y el estatus. Es imposible tener lealtad hacia Dios trabajando en la manera que lo había hecho, porque era meramente superficial. No estaba practicando la verdad de buena gana y no estaba siendo considerada con la voluntad de Dios, porque “todo fue por causa de la obra y no se llevó a cabo en medio de su búsqueda de un cambio”. ¿Cómo podría tal servicio posiblemente satisfacer la voluntad de Dios? Pablo estaba trabajando en su posición como un apóstol; su obra estaba llena de transacciones. Yo estaba trabajando y me estaba consumiendo en mi posición como una lideresa. ¿Cómo son esas intenciones y propósitos para creer en Dios diferentes a las de Pablo?
En este punto, caí delante de Dios: ¡Oh Dios! Gracias por la salvación oportuna, que me hizo salir de mi estupor, darme cuenta de mi condición real y ver que todavía estaba caminando la senda de Pablo el fariseo. Mi trabajo y el cumplimiento de mi deber eran exactamente lo mismo que los fariseos, que debieron haberte dado asco. ¡Oh, Dios Todopoderoso! Estoy dispuesta a cambiar mis malas intenciones y concepciones bajo la guía de Tu palabra. ¡Estoy dispuesta a cumplir mi deber como una criatura creada y a seguir el ejemplo de Pedro en hacer lo que debo estar haciendo a través del proceso de amar a Dios, dejando de trabajar en la posición de mi papel como lideresa, y hacer todo lo posible para buscar y avanzar hacia la senda de Pedro!
De "Testimonios de experiencia del juicio de Cristo"

domingo, 15 de septiembre de 2019

Testimonios Cristianos | Veo la senda para conocer a Dios


Testimonios Cristianos | Veo la senda para conocer a Dios
Un día vi el siguiente pasaje de la palabra de Dios en el artículo “Cómo Pedro llegó a conocer a Jesús”: “En el tiempo en que siguió a Jesús, Pedro observó y llevó a su corazón todo acerca de Su vida: Sus acciones, palabras, movimientos y expresiones […]. Del tiempo que estuvo en contacto con Jesús, Pedro también se dio cuenta que Su carácter era diferente al de un hombre común. Siempre actuaba con firmeza y nunca con prisa, nunca exageraba ni le restaba importancia a un tema y conducía Su vida de una forma que era tanto normal como admirable. En la conversación, Jesús era elegante y lleno de gracia, era abierto y alegre pero sereno y nunca perdía Su dignidad al llevar a cabo Su obra. Pedro vio que Jesús algunas veces era taciturno pero que otras veces hablaba sin cesar. A veces estaba tan contento que se volvía ágil y vivaz como una paloma y otras veces estaba tan triste que no hablaba para nada, como si fuera una madre experimentada. A veces estaba lleno de ira como un soldado valiente que sale corriendo para matar a los enemigos y otras veces hasta como un león rugiente. Algunas veces reía; otras veces oraba y lloraba. No importa cómo actuara Jesús, Pedro llegó a tener un amor y respeto sin límites por Él. La risa de Jesús lo llenaba de alegría, Su tristeza lo hundía en la pena, Su ira lo atemorizaba, mientras que Su misericordia, perdón y severidad lo hacían llegar a amar a Jesús de verdad, desarrollando una sincera reverencia y un anhelo por Él. Por supuesto, Pedro solo llegó a darse cuenta de todo esto gradualmente, para cuando ya había vivido junto a Jesús por unos pocos años”. Después de leer este pasaje pensé: ¡No es de extrañar que Pedro pudiera alcanzar el conocimiento de Dios! Resulta que fue porque durante el tiempo que vivió junto a Jesús día y noche, él personalmente fue testigo de cada palabra y cada movimiento de Jesús, y de aquello, descubrió más de lo adorable de Dios. Ahora también es la época cuando Dios se hace carne para descender personalmente en el mundo del hombre para obrar. Si yo también pudiera tener la fortuna de poder estar en contacto con Dios y pasar tiempo juntos como la tuvo Pedro, entonces, ¿no conocería también mejor a Dios? ¡Oh! Es una vergüenza que ahora sólo pueda leer la palabra de Dios pero no pueda ver el rostro de Cristo. Entonces, ¿cómo podría ganar el verdadero conocimiento de Dios?

jueves, 15 de agosto de 2019

Testimonios Cristianos | ¡Es muy importante obedecer la obra del Espíritu Santo!

Hace un tiempo, si bien siempre encontraba algo de inspiración y provecho cuando una hermana que trabajaba conmigo compartía la iluminación que había logrado al comer y beber de la palabra de Dios, siempre tenía la sensación de que estaba presumiendo. Pensaba para mí: “Si le respondo ahora, ¿no la estaré adulando? En ese sentido, ¿no pareceré menos que ella?” Como resultado, me negaba a plantear mis propias opiniones en comunión o a hacer comentarios sobre los pensamientos que ella compartía. Una vez, la hermana, tras haber obtenido esclarecimientos a partir del comer y beber de un pasaje específico de la palabra de Dios, sintió que algo no estaba bien en nuestra condición y me preguntó si estaba dispuesta a estar en comunión con ella sobre ese pasaje. Apenas me lo preguntó, afloraron todos estos pensamientos y sentimientos de resentimiento: “Sólo quieres dar testimonio para ti misma, tener público a quién predicarle. ¿Por qué debería estar en comunión contigo?” Incluso llegué a faltar a una reunión para no tener que escucharla. Al cabo de un tiempo, comencé a sentir un gran peso en mi corazón, sabía que algo estaba mal, pero no se me ocurría ninguna buena manera de resolver mi conflicto interno. Todo lo que podía hacer era dedicarme íntegramente a mis deberes, comer y beber la palabra de Dios y cantar los himnos para distraerme de estos sentimientos negativos. Sin embargo, cuando tenía que enfrentarme con la situación actual, aparecía la misma corrupción en mi corazón, las cosas empeoraban en lugar de mejorar, y yo no tenía ni idea de qué hacer al respecto.
A los pocos días, confronté con la hermana durante la comunión. La hermana dijo: “Últimamente has estado muy callada durante la comunión, me parece que te está pasando algo”. Si bien esas palabras fueron como un puñetazo en el estómago, para no perder la cara negué que existiera algún problema. En ese momento me pareció que la hermana había sido demasiado arrogante: Parecía hablarme sin consideración alguna hacia mi propia dignidad y tuve la sensación de que me trataba despectivamente. Inmediatamente regresaron a mi mente todos los viejos pensamientos corruptos. Cuanto más peleaba, más se oscurecía mi espíritu; había perdido contacto con Dios. Con un sentimiento de total desprotección, me arrodillé ante Dios para rogarle que me iluminara en cuanto a la condición real. En el medio de la oración, me llegó la palabra de Dios: “¡Quienes ven la obra del Espíritu Santo como un juego son frívolos!” (‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”). Más tarde, también encontré el siguiente pasaje: “El Espíritu Santo no sólo obra en ciertos hombres que son usados por Dios, sino que lo hace aún más en la iglesia. Él podría estar obrando en cualquiera. Ahora puede obrar en ti y después de que lo hayas experimentado, puede obrar en alguien más después. Síguela de cerca; cuanto más sigas la luz presente, más puede crecer tu vida. Sigue a aquellos en los que el Espíritu Santo obra, sin importar la clase de hombre que pueda ser. Asimila sus experiencias a través de las tuyas y vas a recibir cosas aún más elevadas. Al hacerlo así verás el crecimiento con mayor rapidez. Esta es la senda de la perfección para el hombre y una forma por la cual la vida crece. La senda a la perfección se alcanza a través de tu obediencia hacia la obra del Espíritu Santo. Tú no sabes por medio de qué clase de persona obrará Dios para perfeccionarte, ni tampoco por medio de qué persona, suceso o cosa Él te traerá beneficios y te permitirá adquirir algo de discernimiento. Si puedes caminar en este camino correcto, esto muestra que hay gran esperanza para ti para que seas perfeccionado por Dios. Si no eres capaz de hacerlo, esto muestra que tu futuro será desolado y uno de tinieblas” (‘Los verdaderamente obedientes seguramente serán ganados por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”). Al leer este pasaje, comencé a darme cuenta: ¡Todo este tiempo me había estado resistiendo a la obra del Espíritu Santo! En estos días, la hermana se ha iluminado varias veces al comer y beber la palabra de Dios, lleva una carga para su deber y la vida de los demás y está feliz de apoyar y ayudar a otros; obviamente el Espíritu Santo está obrando en ella. Si bien debía obedecer la obra del Espíritu Santo y aceptar su ayuda, tildé a la hermana de presumida, pensando que sólo quería demostrar que era mucho mejor que todos. Como resultado, rechacé sus conocimientos, y me negué a estar en comunión con ella. Dios obraba a través de la hermana para mostrarme mi condición y ayudarme, y todo lo que yo hice fue proyectar resentimiento y prejuicios, y tomarla como mi enemiga. A simple vista, parece que fuera sólo un conflicto entre la hermana y yo, pero en realidad ¡me he estado enfrentando a Dios! ¿No estaba rechazando y resistiéndome a la obra del Espíritu Santo? ¡Qué astuta, desagradable, arrogante y obstinada he sido! Para guardar las apariencias y preservar mi estatus, me negué a rebajarme para recibir su ayuda ¡e incluso rechacé, evité y juzgué su comunión! ¡No demostré ni una pizca de razonamiento ni humanidad! En este punto, me di cuenta de que no había estado viviendo verdaderamente en obediencia y en el temor de Dios, no amaba la verdad y estaba ciega a la obra preciosa del Espíritu Santo en la hermana. Por el contrario, coloqué mi propio estatus personal y vanidad por sobre todo lo demás. Había preferido abandonar la obra del Espíritu Santo antes que quedar mal. ¿Qué diferencia había entre mis acciones y las de los líderes religiosos que, a fin de garantizar su fama y estatus, se resistían a Dios y lo condenaban aun sabiendo que es el camino hacia la verdad? ¿No era sólo otra persona frívola que, tal como dijo Dios, ve la obra del Espíritu Santo como un juego? Al mirar retrospectivamente, me doy cuenta de que el Espíritu Santo no sólo estaba obrando en la hermana, sino que también intentaba mejorarme a mí, abrirme los ojos y concederme algún beneficio a partir del proceso. ¿Qué hice a cambio? Fui arrogante y engreída, y negué la gracia de Dios en todo momento. ¡Cuántas oportunidades de lograr la perfección, ser iluminada y conocer las verdades en mayor profundidad desperdicié! ¡Qué tonta e idiota he sido!
En ese momento, sentí incluso más rencor y culpa por todo lo que había hecho, así que oré a Dios: “Dios, he estado ciega, he sido tonta y arrogante, y de ningún modo merezco la obra que has realizado en mí ni ser perfeccionada por Ti. Dios, agradezco Tu guía e iluminación, y que me hayas mostrado mi propia ignorancia y estupidez. Te prometo, de ahora en más, que cuando cualquiera de los hermanas y hermanos esté en comunión, siempre que lo hagan de acuerdo con la palabra o la voluntad de Dios, lo seguiré, obedeceré y aceptaré, porque ese es el camino hacia el crecimiento en mi vida y una marca de Tu bendición. No soy obediente a nadie, sino a todas las cosas positivas que provienen de Ti. Es una oportunidad de aceptar Tu perfección. Si vuelvo a desobedecerte o a revelarme contra Ti, te pido que lances Tu castigo sobre mí”.
De "Testimonios de experiencia del juicio de Cristo"

sábado, 27 de julio de 2019

Testimonios Cristianos | Alzarse a través de la oscura opresión

Nací en una pobre y remota zona montañosa donde hemos quemado incienso y adorado a Buda por muchas generaciones. Hay templos budistas en toda la tierra donde todas las familias iban a quemar incienso; nadie había creído en Dios. En 1995, mi esposa y yo estábamos en otra parte del país donde creíamos en el Señor Jesús; después de regresar empezamos a difundir el evangelio y el número de personas que lo aceptaron creció lentamente hasta llegar a más de 100 personas. El hecho de que cada vez más personas estaban creyendo en Dios alarmó al gobierno local. Un día de 1997, la policía me citó para que fuese a la comisaría local, donde me estaban esperando el jefe de la Oficina de Seguridad Pública del Condado, el jefe de la Oficina de Seguridad Nacional, el jefe de la Oficina de Religión y el jefe de la comisaría de policía, así como algunos otros agentes de policía. El jefe de la Oficina de Seguridad Pública me preguntó: “¿Por qué crees en Dios? ¿Con quién tienes contacto? ¿De dónde sacasteis las Biblias? ¿Por qué no vas a la iglesia para las reuniones?” Yo dije: “La gente fue creada por Dios, toda la luz del sol, el aire y el agua fueron creados por Dios; es la ley del cielo y de la tierra que la gente crea en Dios y lo adora. La Constitución Nacional también estipula expresamente que los ciudadanos tienen libertad de religión; ¿por qué no nos permitís creer libremente en Dios?”. El jefe de la Oficina de Religión dijo: “Hay límites a la libertad religiosa, como un pequeño pájaro dentro de una jaula: aunque no está atado de pies y alas, sólo puede moverse dentro de la jaula”. Cuando le oí hablar estas falacias, me indigné y le dije enojado: “¡Entonces el Gobierno nacional miente a su pueblo!”. Cuando me oyeron decir esto, sabían que estaban equivocados y se quedaron sin palabras, así que me dejaron volver a casa. En ese momento, yo no estaba al tanto de la esencia de la persecución de los creyentes llevada a cabo por el Gobierno del PCCh hasta el año 1999, cuando acepté la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Al leer las palabras de Dios y experimentar una persecución aún más cruel por parte del Gobierno del PCCh, pude ver con claridad que el PCCh era la encarnación de Satanás, el espíritu maligno; era el enemigo de Dios tal y como se expresa en la Biblia: “Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9).

viernes, 28 de junio de 2019

"Cómo conocer al Dios en la tierra" Palabra de Dios


 "Cómo conocer al Dios en la tierra" Palabra de Dios

Dios Todopoderoso dice: “Consideráis todos los hechos de Cristo desde el punto de vista del impío y juzgáis toda Su obra, Su identidad y Su esencia desde la perspectiva de los malvados. Habéis cometido un grave error y hecho lo que nunca hicieron quienes estuvieron antes que vosotros. Esto es, sólo servís al Dios elevado del cielo con una corona sobre Su cabeza y nunca atendéis al Dios que consideráis tan insignificante como para no verlo. ¿No es este vuestro pecado? ¿No es el ejemplo típico de vuestra ofensa contra el carácter de Dios? Adoráis mucho al Dios del cielo. Adoráis mucho a figuras elevadas y estimáis a los que tienen una gran elocuencia. Estáis alegremente dominados por el Dios que da abundantes riquezas, y añoráis en gran manera al Dios que puede cumplir todos los deseos. El único a quien no adoras es este Dios no elevado; tu único objeto de odio es la relación con este Dios a quien ningún hombre puede considerar altamente. La única cosa que no estás dispuesto a hacer es servir a este Dios que nunca te ha dado un solo céntimo, y el único a quien no anhelas es este Dios desagradable. Esa clase de Dios no puede permitirte ampliar tus horizontes, sentir como si hubieras encontrado un tesoro, y mucho menos cumplir lo que deseas. ¿Por qué lo sigues entonces? ¿Has pensado en esta pregunta?”.

martes, 11 de junio de 2019

Conocer a Dios | Cómo conocer la autoridad de Dios (parte I)



Conocer a Dios | Cómo conocer la autoridad de Dios (parte I)

Hermanos y hermanas, ¡hola a todos! Hoy estudiaremos el tema de cómo conocer la autoridad de Dios. Dice Dios: "Aunque la expresión 'la autoridad de Dios' pueda parecer insondable, la autoridad de Dios no es en absoluto abstracta. Él está presente con el hombre cada minuto de su vida, dirigiéndolo a través de cada día. Así, en la vida cotidiana de cada persona, el hombre verá y experimentará necesariamente el aspecto más tangible de la autoridad de Dios. Esta tangibilidad es prueba suficiente de que la misma existe de verdad y permite por completo que uno reconozca y comprenda la realidad de que Dios posee esta autoridad". (De "La Palabra manifestada en carne (Continuación)"). ¿Queréis saber cómo Dios gobierna y manda sobre todas las cosas? ¿Qué relación guarda nuestro destino de seres humanos con la autoridad de Dios? Este programa os ayudará a conocer la autoridad de Dios. ¡Permaneced atentos!

viernes, 7 de junio de 2019

Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios (Parte 1)


Dios Todopoderoso dice: "Las tres etapas de la obra están en el corazón de toda la gestión de Dios, y en ellas se expresan el carácter de Dios y qué es Él. Aquellos que no conocen las tres etapas de la obra de Dios son incapaces de entender cómo expresa Él Su carácter, no conocen la sabiduría de Su obra, y siguen ignorando las muchas formas en las que Él salva a la humanidad, así como Su voluntad para toda ella. Las tres etapas de la obra son la expresión completa de la obra de salvar a la humanidad. Aquellos que no conocen las tres etapas de la obra ignorarán los diversos métodos y principios de la obra del Espíritu Santo; aquellos que sólo se ciñen rígidamente a la doctrina que permanece de una etapa de la obra son personas que limitan a Dios a la doctrina, y cuya creencia en Él es vaga e incierta. Tales personas nunca recibirán Su salvación".

domingo, 19 de mayo de 2019

Conocer a Dios: Los Secretos del Cactus

mini cactus
Conocer a Dios: Los Secretos del Cactus
Cuando pensamos en los cactus, lo que de inmediato se nos ocurre es que están cubiertos de espinas que nos pichan si no tenemos cuidado. Nos hace querer estar lo más lejos posible de ellos. Pocas personas les gustan, y una vez no fui la excepción. Pero algunas experiencias cambiaron mi punto de vista de los cactus y me llevaron a descubrir muchos de sus secretos…

domingo, 12 de mayo de 2019

Conocer a Dios | El Amor de Dios Está escondido en las Pequeñas Plantas


Conocer a Dios | El Amor de Dios Está escondido en las Pequeñas Plantas

La naturaleza despierta en primavera. Los pastos, se asoman sobre la tierra silenciosamente, los árboles dan sus hojas que se balancean con gracia con el viento; varias flores despliegan su esplendor, compitiendo por atención. ¡Qué escenario tan impresionante! Tal vez, su corazón es cautivado por esas flores, o incluso más atraído por una hermosa vista en algún lugar, negándose a alejarse de él. Sin embargo, me pregunto si habrás notado algunas plantas creciendo en las esquinas. Aunque no son muy especiales, poseen efectos maravillosos que nos ayudan en la cura de enfermedades o daños a la salud.

sábado, 20 de abril de 2019

Conocer a Dios | Aprende a dejar las cargas,entrega a todo a Dios


Conocer a Dios | Aprende a dejar las cargas,entrega a todo a Dios

Ahora muchas personas se sienten dolorosos. El Señor Jesús dijo: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. […] Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera” (Mateo 11:28,30). El Señor es fiel, también queremos seguir las palabras del Señor, liberarnos de estas preocupaciones y dificultades y vivir libremente más, pero ¿por qué no podemos hacerlo, en contrario, cada vez más estamos cansados?

Conocer a Dios | Todo cumplirá por la fe


Conocer a Dios | Todo cumplirá por la fe

“Jesús le dijo: ‘¿Cómo si tú puedes?’ Todas las cosas son posibles para el que cree”. (Marcos 9:23).
De las palabras del Señor podemos ver que mientras tengamos la confianza por Dios, que todas las cosas pueden ser resuelto. Incluso el Señor dijo que si la persona tiene la verdadera fe y dice a este monte, de aquí allá, y nada será imposible (véase: Mateo 17:20). En las cosas que creemos que son imposibles de lograr, pero para aquellos que tienen confianza, siempre y cuando dependan a Dios en todas las cosas, que todas pueden lograr y realizar.

sábado, 13 de abril de 2019

Conocer el propósito de las tres etapas de la obra de Dios relacionada con Su gestión de la humanidad

Palabras relevantes de Dios:

Todo Mi plan de gestión, el cual se extiende por seis mil años, consta de tres etapas, o de tres eras: la Era de la Ley al comienzo, la Era de la Gracia (que es también la Era de la Redención) y, finalmente, la Era del Reino. Mi obra en estas tres eras difiere según la naturaleza de cada era, pero en cada etapa se ajusta a las necesidades del hombre, o para ser más precisos, se hace en función de los trucos empleados por Satanás en Mi guerra contra él. El objetivo de Mi obra es derrotar a Satanás, para manifestar Mi sabiduría y Mi omnipotencia, develar todos los trucos de Satanás y, por ende, salvar a toda la humanidad que vive bajo su campo de acción. Tiene el objeto de mostrar Mi sabiduría y Mi omnipotencia, mientras que al mismo tiempo revele lo horrendo de Satanás. Aún más, está orientado a enseñar a Mis creaciones a discriminar entre el bien y el mal, a reconocer que Yo soy el Gobernador de todas las cosas, para que se vea claramente que Satanás es el enemigo de la humanidad, el más bajo de lo bajo, el maligno, y para aclarar la diferencia entre el bien y el mal, la verdad y la falsedad, la santidad y la suciedad, la grandeza y la bajeza; que todo quede tan claro como el día. De esta manera, la humanidad ignorante puede dar testimonio de Mí, de que no soy Yo quien corrompe a la humanidad, y que sólo Yo, el Creador puede salvar a la humanidad, y que puede conceder a las personas cosas para el disfrute; y que ellas lleguen a saber que Yo soy el Gobernador de todas las cosas, y que Satanás no es más que una de Mis creaciones, que posteriormente se volvió contra Mí. Mi plan de gestión de seis mil años consta de tres etapas con el fin de lograr el siguiente efecto: permitir que Mis creaciones sean Mis testimonios, que conozcan Mi voluntad, que vean que Yo soy la verdad.

viernes, 12 de abril de 2019

Evangelio de hoy | El objetivo y la relevancia de la obra de Dios en la Era de la Gracia

El objetivo y la relevancia de la obra de Dios en la Era de la Gracia
Versículo relevantes:

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El (Juan 3:17).

Palabras relevantes de Dios:

Jesús representa toda la obra de la Era de la Gracia; Él fue encarnado y crucificado, e inauguró la Era de la Gracia. Él fue crucificado con el fin de completar la obra redentora, para poner fin a la Era de la Ley y comenzar la Era de la Gracia, y por ello fue llamado el “Comandante Supremo”, la “Ofrenda por el Pecado”, el “Redentor”. Por ende, la obra de Jesús fue diferente en contenido de la obra de Jehová, a pesar de que ambas eran en principio lo mismo. Jehová comenzó la Era de la Ley, estableció su sede principal, el lugar de nacimiento, de Su obra en la tierra, y dio los mandamientos; esos fueron dos de Sus logros, los cuales representan la Era de la Ley. La obra que Jesús llevó a cabo en la Era de la Gracia no fue emitir mandamientos, sino el cumplimiento de los mandamientos, dando paso así a la Era de la Gracia y concluyendo la Era de la Ley que duró dos mil años. Fue el pionero, marcando el comienzo de la Era de la Gracia, sin embargo, la redención continuó siendo el núcleo de Su obra. Por lo que Sus logros también siguieron siendo dos: la apertura de una nueva era, y completar la obra de redención a través de Su crucifixión. Luego se fue. En ese momento, la Era de la Ley llegó a su fin y la humanidad entró en la Era de la Gracia.

miércoles, 10 de abril de 2019

Evangelio de hoy | La relación entre cada una de las tres etapas de la obra de Dios

Palabras relevantes de Dios:

Desde la obra de Jehová a la de Jesús, y desde la de Jesús a la de la era actual, las tres eras cubren la totalidad de la amplitud de la gestión de Dios, y todas ellas son la obra de un mismo Espíritu. Desde que creó el mundo, Dios siempre ha estado gestionando a la humanidad. Él es el principio y el fin, el primero y el último, y aquel que inicia una era y quien lleva la era a su fin. Las tres etapas de la obra, en diferentes eras y distintos lugares, han sido llevadas a cabo con seguridad por un solo Espíritu. Todos los que separan estas tres fases se oponen a Dios.

de ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Vosotros debéis entender la obra de Jehová, las leyes que Él estableció y los principios por los cuales Él guio la vida del hombre, el contenido de la obra que Él hizo en la Era de la Ley, el propósito por el cual Él divulgó las leyes, la relevancia de Su obra para la Era de la Gracia y la obra que Dios hace en esta etapa final. La primera etapa es la obra de la Era de la Ley, la segunda etapa es la obra de la Era de la Gracia y la tercera etapa es la obra de los últimos días. Debéis entender estas etapas de la obra de Dios. […] La obra realizada en los últimos días representa el juicio, la ira y el castigo. No puede reemplazar la obra de la Era de la Ley y la de la Era de la Gracia. Sin embargo, las tres etapas se interrelacionan en una sola entidad y son toda la obra hecha por un Dios. Naturalmente, la ejecución de esta obra se divide en eras independientes. La obra realizada en los últimos días lo concluye todo; lo hecho en la Era de la Ley es el comienzo; y lo hecho en la Era de la Gracia es la redención. […] En los últimos días, sólo la obra de la palabra se hace para dar entrada a la Era del Reino, pero no representa a todas las eras. Los últimos días no son más que los últimos días y no más que la Era del Reino, que no representan a la Era de la Gracia o la Era de la Ley. Los últimos días son simplemente la época en la que toda la obra del plan de gestión de seis mil años se os revela. Esta es la revelación del misterio.

La obra en los últimos días es la última etapa de las tres. Es la obra de otra nueva era y no representa toda la obra de gestión. El plan de gestión de seis mil años se divide en tres etapas de la obra. Ninguna etapa por sí sola representa la obra de las tres eras, sino que sólo puede representar una parte de un todo. El nombre Jehová no puede representar todo el carácter de Dios. El hecho de que llevase a cabo obra en la Era de la Ley no demuestra que Dios sólo pueda ser Dios bajo la ley. Jehová estableció leyes para el hombre y entregó mandamientos, pidiendo a este que edificase el templo y altares; la obra que Él hizo sólo representa la Era de la Ley. La obra que hizo no demuestra que Dios es el Dios que pide al hombre guardar la ley, el Dios en el templo, o el Dios delante del altar. Esto no puede decirse. La obra bajo la ley sólo puede representar una era. Por tanto, si Dios sólo hizo la obra en la Era de la Ley, el hombre lo definiría diciendo: “Dios es el Dios en el templo. Para servirle, debemos ponernos túnicas sacerdotales y entrar en el templo”. Si la obra de la Era de la Gracia nunca se hubiera llevado a cabo y la Era de la Ley hubiera continuado hasta el presente, el hombre no sabría que Dios también es misericordioso y amoroso. Si la obra en la Era de la Ley no se hubiera hecho, y sólo se hubiera llevado a cabo la de la Era de la Gracia, el hombre sólo sabría que Dios puede redimir al hombre y perdonar sus pecados. Sólo sabría que Él es santo e inocente, que puede sacrificarse y ser crucificado por el hombre. Este sólo sabría esto y no tendría entendimiento de todo lo demás. Así pues, cada era representa una parte del carácter de Dios. La Era de la Ley representa algunos aspectos, la Era de la Gracia algunos aspectos, y la era presente algunos aspectos. El carácter de Dios sólo puede revelarse plenamente a través de la combinación de las tres etapas. Sólo cuando conoce las tres etapas puede el hombre recibirlo plenamente. Ninguna de las tres etapas puede omitirse. Sólo verás el carácter de Dios en su totalidad una vez conozcas estas tres etapas. La finalización de la obra por parte de Dios en la Era de la Ley no demuestra que Él es el Dios bajo la ley, y la finalización de Su obra de redención no muestra que Dios redimirá para siempre a la humanidad. Estas son conclusiones sacadas por el hombre. La Era de la Gracia ha llegado a su fin, pero no puedes decir que Dios sólo pertenece a la cruz y que esta representa Su salvación. Si lo haces, estás definiendo a Dios. En esta etapa, Él está haciendo principalmente la obra de la palabra, pero no puedes decir que nunca ha sido misericordioso para con el hombre y que todo lo que ha traído es castigo y juicio. La obra en los últimos días deja al descubierto la de Jehová y la de Jesús así como todos los misterios no entendidos por el hombre. Además, revela el destino y el final de la humanidad, y concluye toda la obra de salvación en medio de la humanidad. Esta etapa de la obra en los últimos días pone fin a todo. Todos los misterios no entendidos por el hombre deben descifrarse para permitir al hombre obtener una perspectiva de los mismos y tener un entendimiento claro en su corazón. Sólo entonces puede el hombre ser dividido según sus tipos. Sólo después de que el plan de gestión de seis mil años se haya completado, llegará el hombre a entender el carácter de Dios en su totalidad, porque Su gestión habrá llegado entonces a su fin.

de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

La obra realizada en el presente ha empujado hacia adelante la obra de la Era de la Gracia; esto es, la obra en todo el plan de gestión de seis mil años se ha movido hacia adelante. Aunque la Era de la Gracia ha terminado, la obra de Dios ha progresado más. ¿Por qué digo una y otra vez que esta etapa de la obra se construye sobre la Era de la Gracia y la Era de la Ley? Esto significa que la obra de hoy en día es una continuación de la obra realizada en la Era de la Gracia y ha sido una elevación de la obra realizada en la Era de la Ley. Las tres etapas están estrechamente interconectadas y cada una se vincula con la siguiente. ¿Por qué digo también que esta etapa de la obra se construye sobre la realizada por Jesús? Si esta etapa no se construyese sobre la obra realizada por Jesús, la crucifixión, la obra de redención realizada previamente, aún tendría que llevarse a cabo en ella. Esto no tendría sentido. Por tanto, no es que la obra haya terminado totalmente, sino que la era se ha movido hacia adelante y la obra se ha vuelto más elevada que antes. Podría decirse que esta etapa de la obra se edifica sobre el fundamento de la Era de la Ley y la roca de la obra de Jesús. La obra se edifica etapa a etapa, y esta etapa no es un nuevo comienzo. Sólo la combinación de las tres etapas de la obra puede considerarse el plan de gestión de seis mil años.

de ‘Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación’ en “La Palabra manifestada en carne”

La etapa final de la obra no se queda sola, sino que forma parte de un todo junto a las dos anteriores, es decir, es imposible completar toda la obra de salvación haciendo únicamente una de las tres etapas de la obra. Aunque la etapa final de la misma pueda salvar totalmente al hombre, esto no significa que sólo sea necesario llevar a cabo esta etapa por sí sola, y que las dos anteriores no sean necesarias para salvar al hombre de la influencia de Satanás. Ninguna etapa de las tres puede esgrimirse por sí sola como la única visión que toda la humanidad debe conocer, porque la totalidad de la obra de salvación está constituida por las tres etapas de la obra, no una de ellas por sí sola. Mientras no se haya cumplido la obra de salvación, la gestión de Dios no podrá llegar a un final completo. El ser, el carácter y la sabiduría de Dios se expresan en la totalidad de la obra de salvación, y no se le revelaron al hombre al principio, sino que se han expresado gradualmente en la misma. Cada etapa de esta expresa parte del carácter de Dios, y parte de Su ser; no todas las etapas de la obra pueden expresar de forma directa y completa la totalidad del ser de Dios. Así pues, la obra de salvación sólo puede concluir totalmente una vez que las tres etapas de la obra se hayan completado, y por tanto el conocimiento de la totalidad de Dios por parte del hombre es inseparable de las mismas. Lo que el hombre obtiene de una etapa de la obra es simplemente el carácter de Dios que se expresa en una sola parte de Su obra. No puede representar el carácter y el ser expresados en las etapas anterior o posterior. Esto se debe a que la obra de salvación de la humanidad no puede finalizarse en el acto durante un período, o en un lugar, sino que se va volviendo cada vez más profunda de acuerdo al nivel de desarrollo del hombre en diferentes momentos y lugares. Es una obra llevada a cabo en etapas, y no se completa en una sola. Así pues, toda la sabiduría de Dios se cristaliza en las tres etapas y no en una sola. Todo Su ser y sabiduría se establecen en estas tres etapas, y cada una de ellas contiene Su ser, y registra la sabiduría de Su obra. […] Cada una de las tres etapas se lleva a cabo sobre el fundamento de la anterior, no de forma independiente, separada de la obra de salvación. Aunque existen grandes diferencias en la era y el tipo de obra realizada, en su núcleo sigue estando la salvación de la humanidad, y cada etapa de la obra de salvación es más profunda que la anterior.

de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

La obra de todo el plan de gestión de Dios está realizada personalmente por Dios mismo. La primera fase —la creación del mundo— fue llevada personalmente a cabo por Él, y de no haber sido así, nadie habría sido capaz de crear a la humanidad. La segunda etapa fue la redención de toda la humanidad, y también la hizo Dios mismo. La tercera es evidente: existe una necesidad incluso mayor de que acabe ya toda obra que Él tenga que hacer por sí mismo. Dios lleva a cabo, personalmente, toda la obra de redimir, conquistar, ganar y perfeccionar a la totalidad de la humanidad. Si Él no hiciera esta obra personalmente, Su identidad no podría ser representada por el hombre ni este podía realizar Su obra. Para derrotar a Satanás, con el fin de ganar a la humanidad y para darle al hombre una vida normal en la tierra, Él dirige al hombre y obra en medio de él de manera personal; por el bien de todo Su plan de gestión y por toda Su obra, Él debe hacer esta obra personalmente.

de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si tienes un conocimiento claro de las tres etapas de la obra —es decir, de todo el plan de gestión de Dios— y si puedes correlacionar totalmente las dos etapas anteriores de la obra de Dios con la etapa presente, y puedes ver que es obra llevada a cabo por un Dios, no tendrás fundamento más firme. Un solo Dios realizó las tres etapas de la obra; esta es la visión más grande, y la única senda para conocer a Dios. Las tres etapas de la obra sólo pudieron haber sido hechas por Dios mismo, y ningún hombre podía hacer semejante obra en Su nombre, es decir que sólo Dios mismo podía haber hecho Su propia obra desde el principio hasta hoy.

de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

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